Apoyo de Amistad (Mercedes/Phyria)

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Aunque llegó a esa mítica tierra en circunstancias de lo más curiosas, Mercedes no podía negar que, fue toda una bendición haber llegado a ese increíble reino, los conocimientos que había ganado eran comparables con los de Garreg Mac y, convivir con personas de tan diferentes regiones y culturas fue increíblemente enriquecedor.

La variopinta cantidad de personalidades que tenía la orden de los héroes, sin duda contribuyo mucho en su interés en aprender no solo las cosas relacionadas a los diferentes mundos de donde procedían sus miembros, sino también del que procedía la legendaria invocadora.

De todos los mundos sin dudas, el más increíble era el mundo de la invocadora, aun le sorprendía que aun sin tener la bendición de la magia, el mundo de Phyria estaba a kilómetros y kilómetros de distancia de cualquiera de los suyos, al punto de tener una variedad increíble de artilugios que Mercedes, aun le costaba creer que no usaran alguna fuerza mística.

Aunque no fue la curiosidad hacía ese fantástico mundo, lo que movió a la alumna de Garreg Mac a buscar a la invocadora, pues luego de escuchar unos muy interesantes rumores de sus compañeros sobre lo que sucedió en el festival de la cosecha, sabía que Phyria sería toda una experta en uno de sus temas y pasatiempo favorito.

Paso casi una hora buscando a la susodicha hasta que, por fin la encontró en uno de los pasillos, al parecer regresando de entrenar debido a la ropa ligera que Phyria portaba, ya que regularmente la usaba cuando hacían los ejercicios matutinos de la orden.

-Buenas tardes Phyria-saludó Mercedes con una sonrisa tranquila.

-Hola Mercedes, ¿Cómo has estado?-respondió Phyria en tono tranquilo.

-De maravilla, gracias por preguntar-afirmó Mercedes en tono amable-Ya que por fin he podido encontrarte, me gustaría hablar contigo sobre unos, interesantes rumores que escuche sobre ti-mencionó Mercedes con notable interés.

-Tendrás que ser más clara, tengo demasiados rumores cargando a mis espaldas-informó Phyria en tono cansado, lo único que más o menos le garantizaba que no fuera uno malo, era que Mercedes no estaba intentando molerla a palos...

-Tranquila, no es nada malo-aseguró Mercedes en tono alegre-He escuchado de mis compañeros que eres, una experta en el ámbito de historias de terror-terminó de decir Mercedes en tono cómplice y bajo.

-Mercedes, estas frente a alguien empapada de conocimiento del género de terror-afirmó Phyria con cierto orgullo.

-¡Esplendido!, ¿No te molestara narrarme algunas de las historias que conoces, verdad?-quiso saber Mercedes sin perder su ánimo.

-Tengo algo mejor que eso-comenzó a decir Phyria con una sonrisa segura-¿Qué te parecería controlar a una persona dentro de un cuento de terror?-cuestionó Phyria en un tono interesante.

-Te escucho-observó Mercedes con notable interés.

-Ven a mi habitación a media noche y, te enseñare las bendiciones de los videojuegos de terror-mencionó Phyria en tono cómplice.

-Esos llamado videojuegos de terror, ¿Solo funcionan a una hora especifica?-cuestionó Mercedes en tono curioso.

-No, es solo para crear ambiente-afirmó Phyria en tono divertido, no le quedaban dudas a Mercedes de que Phyria sabía lo que hacía.

Las horas pasaron inusualmente lentas antes llegara la hora pactada, Mercedes se aproximó a la habitación con cierta emoción, preguntándose como serían aquellos videojuegos de terror, dio unos suaves toques en la puerta esperando no molestar a nadie a estas horas de la noche, para su fortuna Phyria no tardo en abrirle la puerta y dejarla pasar.

-¿Lista para tu incursión a los juegos de terror?-cuestionó Phyria en tono alegre una vez que la puerta estaba cerrada.

-Más que lista, ¿Dónde comenzamos?-respondió Mercedes con entusiasmo.

-Primero jugaremos un clásico, ¡Silent Hill!-exclamó Phyria con cierta emoción mostrándole a Mercedes un curioso cuadrado con la imagen un señor en tonos grises.

-¿De qué trata esa historia?-cuestionó Mercedes muy curiosa.

-No quiero arruinarte la sorpresa-aclaró Phyria en tono divertido, Mercedes sonrió de manera amable, debía ser algo muy bueno como para que Phyria quisiera que lo descubriera por su cuenta.

Con todo conectado, y luego de que Phyria le diera algunas instrucciones sobre lo que era un videojuego, como usar el control y en general los controles de ese juego, Phyria encendió el aparato, apago las luces y la aventura por el místico juego comenzó.

Phyria tuvo que ser su interprete ya que Mercedes no comprendía el lenguaje del juego y cuanto más se adentraba en el juego, más le fascinaba lo que veía, nunca había tenido una sensación similar en la que, directamente sus decisiones y pulso, serían lo que determinaría que ese pobre hombre llamado Harry lograra encontrar a su hija y sacarlos a ambos de ese misterioso pueblo.

Cuanto más avanzaba en la aventura más se daba cuenta que, incluso si ella con sus habilidades estuviera llevando acabo aquella misión, estaba segura que no sería más sencillo, estar en un lugar que te ataca con tus peores temores, sumado que llegaba a un punto donde no sabias que era real o no, los monstruos y aquella sensación de tensión y miedo que le provocaba no solo la música del juego, sino del pueblo en general, estaba provocando que sus nervios estuvieron a flor de piel.

Hubo muchas ocasiones en las que pego un salto del susto, otras donde no fue capaz de contener sus gritos o soltar el control en pánico, dejando al pobre Harry a su suerte, nunca se había sentido tan... indefensa, esa era la palabra correcta, los controles no era siempre responsivos y Harry no era precisamente un mago o alguien entrenado para pelear, solo era una persona común y corriente que estaba dando todo de si para salvar a su hija.

La profundidad de la historia fue algo que sorprendió a Mercedes, como todo esto estaba relacionado por culpa de un culto que tuvo la brillante idea de servir a un dios corrupto, el caos y el pandemonio que se desato en busca de traerlo a este mundo terrenal fue algo que asustó y fascinó a Mercedes en partes iguales.

¡Definitivamente esos videojuegos de terror eran increíbles!

No fue hasta las cinco de la mañana que Mercedes dio por terminada su aventura, sacando aparentemente un final realmente malo, Mercedes apenas podía quejarse, considerando que no investigo ciertas zonas gracias a sus nervios que estaban en su peor momento y... por haber dejado morir al pobre Harry varias veces cuando soltó el control.

Ninguna de las dos habló sobre toda la experiencia, porque apenas el juego regresó a la pantalla del menú, el cansancio fue capaz de vencerlas, dejando a las dos chicas dormidas en el sofá en una posición apenas cómoda, pero luego de esa larga noche eso era lo que menos les importaba.

Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2ndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora