Después de aquella iniciación, Azura no podía negar que se sentía un poco agotada luego de tener que acostumbrarse al ritmo de aquel desafiante artefacto, admitía que le sirvió como un buen ejercicio y aunque casi se tuerce el tobillo por no tomar en serio las advertencias de Phyria, todo salió bien al final y era un miembro oficial de la compañía de baile de la Orden de Askr.
Afortunadamente luego de que salieran de la sala, fue por fin capaz de pedirle a Phyria un poco de su tiempo para discutir en privado un asunto importante, cosa que Phyria acepto con una sonrisa amable.
Azura se encontraba en la habitación de la invocadora que, estaba más ordenado de lo que regularmente estaba, no era que Phyria fuera una persona desordenada, pero era muy común encontrar que su cama siguiera des tendida a pesar de ser muy entrada la tarde o, con algunas de sus ropas o objetos dispersos tanto en su cama con en la mesa de su pequeña sala.
Con una sonrisa Azura recibió un té verde que Phyria hizo para ella, no era tan bueno como el de Sakura, pero tenía el sabor justo para el disfrute de ella, Phyria decidió tomar una de esas bebidas burbujeantes de su mundo, no paso mucho para que después de un cómodo silencio, Phyria comenzara a hablar.
-Bien Azura, ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?-comenzó a decir Phyria en tono curioso-Para que me hayas pedido que fuera en privado, es porque no quieres que llegue a oídos de Rhajat-supuso Phyria con una sonrisa divertida.
Siendo justos, cualquiera que pasara un mínimo de tiempo con ella y Rhajat, comprendía que a pesar de llevarse bien, eso no implicaba que se molestaran entre ellas a la mínima de oportunidad, aunque desgraciadamente Azura se encontraba un poco más lejos de lo normal para estar a la par de su querida cuñada...
-Bueno, parece que tienes un mínimo de observadora-respondió Azura con una ligera sonrisa-Pero ya que me ha tomado algo de tiempo lograr esta reunión, seré directa esta vez-continuó Azura con un ligero toque de seriedad que preocupo un poco a Phyria-Phyria, quiero que me enseñes a tener tu impresionante rango vocal-pidió Azura en tono firme.
Hubo un lapso silencio un poco largo hasta que finalmente Phyria fue capaz de responder.
-¿En serio quieres que te enseñe a cantar?-cuestionó Phyria incrédula.
-Phyria tienes el rango vocal más amplio que haya escuchado, eres capaz de cantar como un demonio, como una cantante de ópera, en coro e inclusive expresando una variedad de emociones que han llamado toda mi atención-aseguró Azura en tono serio.
-Quizás, pero estoy muy lejos de ser una maestra de canto-afirmó Phyria un poco más compuesta.
-Estoy bastante segura que, para tener ese impresionante rango de voz, debiste haberlo obtenido bajo la instrucción de un gran maestro-señaló Azura sin perder su determinación.
-Pues de hecho si, estuve como... casi nueve años tomando clases de canto con mis amigas y fui parte del coro de la iglesia junto con ellas-expresó Phyria en tono pensativo, no recordaba exactamente cuando comenzaron esas épocas donde, apenas les permitían a las tres hacer algo ajeno a esos cursos.
-Entonces debiste estar muy interesada en una carrera musical-concluyó Azura con una sonrisa tranquila.
-En realidad fueron clases en las que me obligo a ir mi mamá-admitió Phyria ligeramente incomoda, Azura entendió de inmediato que ese era un tema del que Phyria, no estaba dispuesta a hablar.
-¿Fue en ese adiestramiento, donde te enseñaron cantar como un demonio?-cuestionó Azura en tono tranquilo, tratando de desviar un poco el tema.
-¡Estás loca!-exclamó Phyria tomándola por sorpresa-Mi pueblo era especialmente religioso, si se me hubiera ocurrido cantar así en una clase de canto o en la iglesia, no me caben dudas de que me hubieran crucificado y luego quemado-afirmó Phyria un poco más compuesta...
...
Azura realmente esperaba que lo dijo Phyria fuera una gran exageración... pero al notar aquel ligero miedo en su mirada, le dejo en claro que ese no era un escenario del todo descabellado...
-Ya veo...-expresó Azura finalmente, bebiendo un poco de té para esconder esa ligera tensión que se formo en ella.
-Cantar así fue algo que aprendí con ayuda de Helia y Natalie, cuando dejamos de ir a esas clases-afirmó Phyria luego de unos momentos.
-¿Qué te motivo a aprender a cantar ese tipo de música?-cuestionó Azura con genuina curiosidad.
-Es complicado...-comenzó a decir Phyria en un tono lejano-Conocí esa música en una etapa de mi vida donde estaba llena de frustraciones y miedos-continuo Phyria en un tono calmo, pero ligeramente apagado-Se podía decir que esa música fue la que me ayudo a lidiar con esos cambios y problemas con los que tuve que lidiar sola-expresó Phyria con cierto aire cansado.
-Aunque francamente, no sé si me dedique tan vehementemente a conseguirlo porque sentía una gran pasión por esa música o, solo quería hacer algo diferente a lo que mis padres siempre me impusieron-admitió Phyria en tono reflexivo.
Desde que la conoció, Azura siempre considero a Phyria como un enorme misterio por muchas razones variadas, era una persona de un mundo tan diferente a los suyos, portaba un arma que superaba en poder a cualquier cosa que hubiera visto Azura en su vida, tenía aptitudes de liderazgo que superaban a todos los miembros de la orden y sin embargo...
...
Sin importar el enorme misticismo que rodeaba a Phyria, ella no dejaba de ser una humana que parecía que aun lidiaba con sus propios demonios que, le daba la impresión de que ella llevaba años arrastrándolos... no muy diferente a la mayoría de los héroes de la orden y ella...
Su reflexión fue interrumpida cuando Phyria cortó el silencio que se genero luego de sus palabras.
-Pero, si realmente estas interesada, supongo que puedo enseñarte todo lo que aprendí, aunque dudo que pueda enseñarle mucho a una cantante de tu calibre-suspiró Phyria con un deje de cansancio.
-Estoy segura de que podrás enseñarme mucho más de lo que crees-afirmó Azura con una leve sonrisa.
-Solo tengo una pequeña condición a cambio-comentó Phyria en tono tranquilo.
-¿Cuál condición?-cuestionó Azura en tono curioso.
-No usaras ese cochino collar maldito mientras practiques conmigo-sentenció Phyria en tono firme.
-¿Cómo...?-trató de decir Azura tratando de recuperar la compostura, cuando Phyria la interrumpió con suavidad.
-Recuerda que tengo acceso a las crónicas de sus mundos, sé lo que usas y sé lo que te está provocando y, aunque la maldición es mucho más débil gracias a Askr, no pienso tomar ningún riesgo-aclaró Phyria con cierta autoridad, Azura no encontró manera contradecir eso...
-Además, sería triste que la gran Azura no tuviera la confianza suficiente para cantar, sin su preciado collar que le da una ayudadita extra-señaló Phyria en un ligero tono burlón, Azura no fue capaz de evitar arquear una ceja en señal de desagrado... como detestaba que Phyria fuera tan buen encontrando los nervios de alguien... tal como Rhajat y Tharja...
-Está bien, supongo que mientras no estemos en combate, puedo cumplir fácilmente esa condición-suspiró Azura en tono cansado.
-Bien, entonces prepárate Azura, porque aprender eso tiene su chiste para no acabar lastimándote gravemente la garganta-afirmó Phyria con una sonrisa.
A pesar de tomarle algo de tiempo, Azura podía suspirar satisfecha de haber logrado su cometido y, aunque esta vez tomaría más enserio la advertencia de Phyria sobre los peligros de aprender ese arte, estaba segura de que no sería tan difícil como Phyria lo planteaba.
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Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd
AdventureSigue las aventuras pero sobre todo desventuras, de una invocadora que intenta traer la paz al reino de Askr. Haciendo tratos con el diablo (Anna) para conseguir orbes y cosas, lidiar con los príncipes de Askr y sus invocaciones pero sobre todo, sob...