Principios básicos

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Después de esperar casi un día completo, Héctor apenas podía contener su emoción mientras se acercaba a la habitación de Phyria, hoy por fin comenzaría su adiestramiento en los principios de aquel increíble estilo de pelea del mundo de Phyria llamado boxeo y, no podía esperar para comenzar a aprender a golpear con esa increíble fuerza.

Apenas tocó la puerta de la habitación, Phyria le hizo una señal para que entrara, Héctor para ese punto no estaba seguro de que esperar, por un lado pensó que Phyria le daría una pequeña platica sobre los movimientos y las reglas del deporte, por otro pensó que quizás le mostraría sus demás peleas...

Pero lo que realmente no esperaba, era ver a ese petulante excusa de rey sentado en el sofá de Phyria con un recipiente lleno de palomitas de maíz...

-¿¡Qué hace este idiota aquí!?-exclamó Héctor molesto, Michalis se limitó a comer unas cuantas palomitas, ignorando completamente al marqués de Ostia.

-Oh cierto-comenzó a decir Phyria con otro recipiente de palomitas en la mano y unas bebidas-Michalis y yo ya estamos en buenos termino, de hecho llevó un tiempo enseñándole a boxear-afirmó Phyria en tono tranquilo, antes de dejar las cosas en la mesa de centro.

-¿¡Cómo pudiste enseñarle eso a alguien como ÉL primero que a mí!?-bramó Héctor indignado.

-Bueno, el me lo pidió primero luego de que le aplique mi golpe insignia hace algún tiempo-confesó Phyria en tono tranquilo.

-¡Aun así ÉL no es de confianza!-acusó Héctor señalando a Michalis, el cual ya parecía bastante fastidiado de los quejidos del joven marqués.

-Tranquilo Héctor, si así fuera no le habría enseñado en primer lugar-suspiró Phyria antes de hacerle una señal a Héctor para que se sentara en el sofá a lado de ella.

-Está bien, pero si huelo algún problema lo sacare a patadas de aquí-amenazó Héctor antes de sentarse a regañadientes.

-Dudo que tan siquiera puedas darme batalla-aseguró Michalis en tono indiferente, antes de que Phyria le entregara la bebida que le pidió.

-¡Cuida tus palabras, porque puedo hacerte pedazos cuando lo desee!-exclamó Héctor en tono retador, listo para ir a los puños contra el engreído rey.

-Chicos, si siguen así, cancelare el entrenamiento para ambos-mencionó Phyria con la suficiente seriedad para que los dos se quedaran callados-Bien Héctor, lo que estas a punto de ver fue una de las inspiraciones que me hizo elegir el boxeo en primer lugar-aseguró Phyria con una gran sonrisa.

-¿Son peleas de un boxeador famoso?-cuestionó Héctor muy emocionado.

-Bueno, más o menos-comenzó a decir Phyria en tono pensativo-El caso es que será algo que te enseñara como pelea un boxeador apasionado a su profesión-aseguró Phyria en tono alegre.

-¿Entonces que estamos esperando?, ¡Colócalo de una vez!-clamó Héctor muy emocionado, arrancándole un suspiro cansado a Michalis.

Héctor casi inmediatamente lo reconoció como una de esas animaciones que veía Phyria y, al juzgar que Michalis no se había quejado en lo más mínimo, debía ser una muy buena para lograr eso, poco a poco fue conociendo la vida de un boxeador que aunque tenía todo en contra, sus incasable espíritu fue lo que lo mantuvo a seguir adelante.

La vida de aquel chico no fue para nada fácil y Héctor no pudo evitar sorprenderse al descubrir que aquel apasionado deporte, también tenía un lado oscuro y no pudo evitar preguntarse si Phyria lidió con alguna situación similar en su tiempo de boxeadora profesional.

Sorprendido, Héctor pudo comprender la extraña frase que Phyria sentenció cuando aseguro que continuaría peleando hasta las últimas consecuencias... quizás fue porque ella se sintió por unos breves momentos identificada con la misma situación del joven Joe... pero a pesar de eso... a Héctor no le quedaban dudas de que ambos compartían el mismo espíritu de lucha.

La conclusión de su última gran batalla, logró que Héctor comenzara a llorar con una mezcla de asombro y tristeza que no era capaz de controlar... no importaba cuanto tiempo pasara o cuantos mundos visitara, de ahora en adelante, ¡El siempre llevaría presente en su memoria y corazón el extraordinario valor de aquel valeroso hombre llamado Joe Yabuki!

-Ese sujeto... era más que un boxeador... era un gran guerrero en toda regla...-mencionó Héctor en los créditos del último capítulo, sin poder dejar de llorar.

Phyria se percató que incluso, Michalis estaba derramando unas cuantas lágrimas discretas.

-Phyria...-comenzó a decir Héctor débilmente preocupando a Phyria-¡Tienes que enseñarme inmediatamente como boxear! ¡Quiero demostrar que puedo ser un guerrero tan digno como él!-exclamó Héctor muy motivado, derramando aun algunas lágrimas.

-Vamos, ya es algo tarde-expresó Phyria en tono cansado, ganándose una mirada molesta de su amigo-Además pensé que querrían ver el otro anime de boxeo que tengo-mencionó Phyria en tono tranquilo.

-¿Hay otro?-cuestionaron Héctor y Michalis interesados, ignorando completamente que había hablado a la vez.

-Sí, se llama Hajime no Ippo y tiene un protagonista tan increíble como Joe-aseguró Phyria con una gran sonrisa.

-¡Veámoslo!-exclamaron al mismo tiempo los dos guerreros, Phyria suspiro agradecida de haberlos convencido, en especial porque aun le dolían los brazos de haberse aferrado tanto del piso debajo de su cama...

Equipados con unas nuevas rondas de palomitas ybebidas, los tres miembros de la orden comenzaron a ver una de las historiasfavoritas de la invocadora que, no solo los llenó de un renovado respeto por elboxeo, sino que también ambos se propusieron en volverse los mejores boxeadoresque la Orden de los Héroes de Askr hubiera visto.

Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2ndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora