Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd

Apoyo de amistad (Hinoka/Lucius) 2

A pesar de las dificultades que últimamente estaba teniendo la orden de los héroes, debido al repentino y casi inhumano reto que la invocadora les arrojo, solo para descubrir un poco de su pasado, las cosas no estaban siendo pesadas para Hinoka.

Tanto así que incluso comenzó a no solo entrenarse físicamente, sino también comenzar aprender otras habilidades varias que le servirían como princesa, ver el enorme crecimiento de su hermana menor sin duda la motivo a mejorar cada vez más, en especial cuando no podía quedarse atrás, ya que debía darle el ejemplo a Aikantra, Takumi y Sakura.

Uno de aquellos tópicos que decidió practicar fue la cocina, debido a que incluso en la orden de Askr, tenía la reputación de hacer comida algo... cuestionable... de hecho lo suficiente como para que los magos negros del grupo, se pelearan por ella para hacer experimentos con aquella curiosa "materia oscura" que ella creaba...

Por eso y en vista que su mejor amiga tenía el mismo problema que ella, estaba pensando en reclutarla para juntas avanzaran en el arte de cocinar, como lo habían hecho siempre con otras cosas desde que se hicieron amigas...

...

Lo que no contaba era que su querida amiga Setsuna... ya la había dejado atrás hace un buen tiempo...

No sabía quien tomó la iniciativa de enseñarle a cocinar, pero quien fuera debía ser una eminencia en aquel arte como para poder enseñarle a cocinar a su amiga... incluso Setsuna le regalo un pay de manzana como agradecimiento por todo lo que hacía por ella... el postre estaba simplemente delicioso...

A penas aguantando el golpe que recibió en su orgullo de que, una persona tan distraída como Setsuna lograra aventajarla con esa facilidad, decidió pedir consejo con la única persona con la que sentía la suficiente confianza para hablar de esos tópicos.

-Entonces, esta triste porque Setsuna aprendió a cocina antes que usted, ¿Verdad?-cuestionó Lucius en tono sereno, mientras bebía una taza de té junto a Hinoka en una de las mesas del comedor.

-No me malinterprete, de verdad me siento feliz y orgullosa de lo que logro Setsuna-comenzó a decir Hinoka en tono sincero-Es solo que... siento que me estoy quedando atrás...-susurró Hinoka algo triste.

-Todos aprendemos a nuestro propio ritmo princesa Hinoka, no debería desanimarse solo porque no ha logrado avanzar tan rápido como los demás-aconsejó Lucius en tono comprensivo.

-Lo sé, pero no puedo dejar de sentir que estoy fallando como modelo a seguir-suspiró Hinoka con cierta melancolía.

-Bien, entonces será mejor que comencemos a trabajar inmediatamente-expresó Lucius con una sonrisa amable, llamando la atención de Hinoka-La ayudare a mejorar sus habilidades culinarias, cocine su mejor platillo y yo me ocupare de catarlo y ayudarla a mejorar con cada intento-aseguro Lucius con una sonrisa sincera.

-D-De verdad haría eso por mi padre Lucius-exclamó Hinoka muy sorprendida.

-Prometí que la ayudaría en lo que necesitara, así que no se preocupe, solo de su mejor esfuerzo-aseguró Lucius en tono cálido.

-Padre Lucius... ¡Usted sin dudas es la persona más buena del mundo!-afirmó Hinoka llorosa, ¡Lucius debía ser la reencarnación de una deidad benéfica sin dudas!

Hinoka partió inmediatamente hacia la cocina a trabajar en su mejor platillo, daría su mejor esfuerzo para sorprender al padre Lucius, por su parte Lucius se quedo sentado en la mesa esperando el platillo con tranquilidad, escuchó rumores sobre que la cocina de la princesa Hinoka, no era apta ni siquiera para un prisionero, pero confiaba que aquellos rumores solo fueran simples exageraciones de sus compañeros.

Desgraciadamente, la primera mala señal vino cuando escucho demasiado ruido en la cocina, preocupado pregunto si todo estaba bien, pero Hinoka le respondió que lo tenía todo controlado, un rato después comenzó a sentir un aroma a quemado y, aunque tuvo la enorme necesidad de ir a ver como estaba, no quería desanimar a la princesa Hinoka.

En cosa de minutos el aroma pasó de quemado a uno algo desagradable que comenzó a hacer que Lucius temiera lo peor, tratando de serenarse se dijo así mismo que quizás, todo era producto de su imaginación que era alimentada por los rumores que escuchó y que, no era posible que la princesa Hinoka cocinara tan mal... ¿Verdad?...

Poco después Hinoka salió animada con un plato con algo... con algo... que Lucius no fue capaz de darle forma... ¿En qué problema se había metido?...

-¡Listo!-exclamó Hinoka con mucho ánimo, antes de colocar frente a Lucius su platillo-Espero que te guste mi espacialidad, omelette relleno de arroz, espero que lo disfrutes-sonrió Hinoka algo emocionada.

...

Lucius ya había visto ese platillo antes de manos de la princesa Sakura... y lo que le trajo la princesa Hinoka... no se parecía ni en lo más mínimo...

-B-Bien, lo probare inmediatamente-aseguró Lucius mostrando su mejor sonrisa.

Tomó su cuchara de la manera más tranquila que pudo y, luego rezar en su mente a Santa Elimine por su protección, comió una gran cucharada del platillo, lo mastico y lo trago, aterrizando en su estómago como si fuera una piedra.

-Y bien, ¿Qué tal sabia padre Lucius?-quiso saber Hinoka con cierta emoción, ¡Estaba segura que lo había logrado!

Su emoción se apago cuando repentinamente Lucius puso los ojos en blanco antes de caer de su asiento...

...

¿¡QUÉ ACABABA DE HACER!?

-¡Padre Lucius!-clamó Hinoka alterada levantando a su amigo, notando que no solo tenía los ojos en blanco, sino que también su rostro se veía bastante verde...

Aterrada, cargo a Lucius en sus brazos y salido del comedor gritando como una loca que necesitaba urgentemente un curandero o ¡Alguien que pudiera salvarle la vida!

Quizás aquella oración en la que Lucius se encomendó a Santa Elimine realmente funcionó, porque no le tomo mucho tiempo a Hinoka encontrar Genny y Maribelle que, acaban de volver de hacer un chequeo médico a los guardias del castillo.

Lo que quedo de aquella profana comida nadie lo supo, pero escucharon rumores de que Tharja y Rhajat en conjunto, perfeccionaron un veneno increíblemente eficaz el mismo día que aquella masa oscura desapareció.