Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd

A veces solo debes divertirte

Después de no haber visto a Phyria durante dos semanas completas, Azura se estaba preguntando seriamente si tendría su oportunidad de hablar con ella, aparentemente la invocadora tenía que realizar unas pruebas sagradas que, era lo único que le permitía obtener los legendarios orbes que ofrecía en el altar de Askr para invocar héroes de otros mundos.

Según arrojo su investigación del tema, las primeras veces que Phyria realizaba aquellas pruebas, no siempre regresaba con buena salud e incluso en una ocasión tuvo que sobrevivir a una prueba que, en palabras de la propia Camilla, fue algo que puso a prueba la fuerza mental y emocional de la invocadora.

Aparentemente hace algún tiempo aquellas pruebas habían pasado a ser algo que le tomaba a Phyria días e incluso semanas completarlas, pero consiguiendo una buena cantidad de orbes en el proceso, desgraciadamente todo indicaba que en su última expedición, fue una de esas donde la invocadora arriesgo mucho solo para conseguir muy poco y, luego de regresar a la orden, paso mucho tiempo discutiendo algo muy importante con Anna, ya que ella era la única que podía acompañarla en aquellos desafíos.

Pese a sus mejores intentos, no consiguió tener una charla privada con Phyria, Azura no era el tipo de persona orgullosa que no podía aceptar que otra persona fuera mejor que ella en algo, pero... no estaba de humor de que esto llegara a oídos de la querida esposa de su prima y, se lo restregara en la cara en esta vida... y muy probablemente en las siguientes...

Trato de ignorar esos pensamientos, aun le sorprendía el hecho de que tanto Rhajat como Aikantra lograran continuar su relación en otra vida, cuando escuchó a Aikantra jurarle a Rhajat que incluso en su siguiente vida la buscaría para estar a su lado, siempre le pareció hasta cierto punto una promesa vacía, aunque bien intencionada.

...

Nunca pensó que realmente su querida prima lograra cumplir esa promesa, aunque considerando las cosas que llego a hacer junto con Corrin, no debería sorprenderle que lograra algo que parecía prácticamente imposible.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando empezó a escuchar un sonido extrañamente familiar, lo siguió hasta llegar al patio del castillo donde observo una escena bastante interesante.

Justo en una de las bancas que daba hacia una gran cantidad de bellas jardineras con rosas, gardenias, silenes y todo tipo de flores nativas de Askr, Phyria se encontraba con la princesa Sharena, la princesa Fjorm y varios miembros jóvenes de la orden, queriendo averiguar qué pasaba antes de acercarse al grupo y utilizando un árbol como cobertura, Azura observó lo que pasaba.

-No sabía que tuvieras un repertorio de tantas divertidas canciones-mencionó Fjorm con una sonrisa alegre.

-Les dije que algunos de mis programas tienen muy buen material de canciones de este tipo-expresó Phyria en tono alegre.

-Especialmente los programas que tienen un noticiero de la mejor calidad-afirmó María con una gran sonrisa.

-Sin olvidar las mejores notas verdes-agregó Menja en tono animado.

-Y los mejores toptoptoptoptop de música-aseguró Ylgr saltando animada.

-Debo ver esos programas más seguido-mencionó Sharena en tono pensativo.

-Siempre son bienvenidos cualquiera que quiera acompañarnos a verlos-aseguró María en tono tranquilo.

-Además uno no es lo suficientemente mayor para disfrutar de esos programas-aclaró Phyria sin dejar de sonreír.

-No les importaría que las acompañemos la próxima vez, ¿Verdad?-cuestionó Fjorm un poco tímida.

-Claro que no, siempre que alguien tengo curiosidad de aprender de buena cultura de mi mundo, siempre será bienvenido a mi humilde habitación-declaró Phyria con cierto orgullo.

-Con eso arreglado, ¿Qué otra canción podemos cantar?-quiso saber Ylgr muy alegre.

-¿Qué tal una clásica?-respondió Phyria con una sonrisa.

-¿Pero cuál de todas es clásica?-cuestionó Menja en tono curioso, como respuesta Phyria comenzó a tararear parte de la canción que se refería, los ojos de las niñas se iluminaron al reconocer la melodía.

-"Bailan sin César, bailan sin César, hasta que aparezca César, y lo arruine todo"-comenzaron a cantar las niñas muy emocionadas.

Azura no pudo evitar sorprenderse al ver como Phyria y las niñas cantaban alegremente, con las habilidades de Phyria realmente pensó que solo se dedicaba a cantar cuando algún evento o una situación lo requerían, pero todo le indicaba que a Phyria le gustaba simplemente cantar por gusto.

Gracias a la simpleza de las canciones, no pasó mucho para que las princesas Fjorm y Sharena se unieran a su improvisado concierto, Azura se mantuvo como un espectador silencioso mientras sonreía por las ingeniosas y divertidas letras que recitaba el pequeño grupo.

Poco a poco su mente comenzó a rememorar aquellas épocas donde cantaba con su madre simplemente para divertirse... ¿Cuándo fue la última vez que lo hizo porque le apetecía hacerlo?, desde que la guerra en su mundo comenzó y todo el asunto de su repentina partida a Hoshido, su canto acabo volviéndose una habilidad vital para ayudar a su familia y amigos...

Realmente... ella extrañaba mucho aquellas épocas en las que simplemente cantaba cualquier cosa que se viniera a la mente por simple diversión y... porque era una de esas actividades que realmente le encantaba compartir con su amada madre...

-¿Azura, te gustaría unirte a nosotras?-cuestionó María en tono amable, sacando a Azura de sus pensamientos y pese a sus mejores esfuerzo, no pudo evitar dar un pequeño salto por la repentina aparición de María.

-N-no era mi intención interrumpir-atinó a decir Azura algo apenada, recriminándose mentalmente por haber tartamudeado.

-Oye entre más seamos mejor, además todos están esperando que te nos unas-afirmó María en tono animado.

Azura observó hacia el pequeño grupo, notando que le hacían señales para que se acercara a cantar con ellas... realmente no era mala idea rememorar esos viejos días, en especial cuando en Askr aun podía respirarse periodos de paz suficientemente largos como para hacer esas actividades recreativas.

Con una sonrisa tranquila, Azura se acercó junto con María al grupo, no paso mucho tiempo para que se uniera al improvisado coro, cantando por primera vez en mucho tiempo sin temor a cometer errores o simplemente dejándose llevar por la alegría del momento.

La tarde se pasó entre risas, cantos bastante animados entre todas y aprendiendo junto con las princesas, una práctica que Phyria y las niñas llamaban "guitarra de aire" que, apartemente era algo muy importante que se debía hacer para interpretar algunas de las canciones que recitaban.