Punto de quiebre

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Una de las tareas más habituales de la orden de los héroes, era hacer cierta inspecciones en diferentes zonas del gran reino de Askr, si bien a veces era realmente complicado viajar durante horas para llegar a las tierras más apartadas del castillo, lo cierto era que era una de las mejores formas de mantener a los ladrones disuadidos de atacar los pueblos.

Si bien la orden no estaba del todo interesada en masacrar cuanto ladrón respirara, ninguno de ellos se contenía a la hora de detener amenazas que se habían cobrado no solo la estabilidad de pueblos inocentes, sino también causado daños colaterales a gente que nos les habían hecho nada.

Desde la última gran matanza que la orden realizo en un pueblo cercano de las montañas, muchos de los grupos de ladrones habían optado por pasar al anonimato o simplemente disolverse... los rumores del baño de sangre de aquella batalla atormentó las mentes de muchos de ellos, al punto de hacer cualquier cosa, con tal de jamás tener problemas con algún miembro de la orden...

A pesar de que la situación en muchos territorios estaba controlada, no podían permitirse bajar la guardia, en especial porque no estaban seguros si, en el peor de los casos, Loki había logrado colar más tropas de Embla en otras zonas donde, pudieran planear un ataque simultáneo a gran escala... un riesgo que nadie en la orden estaba dispuesto a correr...

El pequeño grupo conformado por Camilla, Catria, Lucius y Phyria, había llegado a uno de los pueblos más lejanos que, colindaban con una de las fronteras con el reino de Embla, debido a que quería mantener cierto perfil bajo, no solo para no llamar la atención de algún posible espía o enemigo, sino también para evitar la aglomeración de gente que, tenía muchos deseos de conocer en persona a la gran invocadora, Phyria opto por usar un uniforme de soldado de Askr y una capucha simple color café para ocultar su rostro.

Llevaban casi una hora en el pueblo y todo parecía estar en orden, los vigilantes de la zona no habían informado ninguna actividad sospechosa en el área e incluso afirmaban que estaban seguros de que los soldados de Embla, temían acercarse a la fortaleza cercana al borde.

Si bien las noticias fueron gratas para el grupo, decidieron tomar sus precauciones, así que organizando a un pequeño grupo de cazadores, fueron junto Catria a instalar algunas trampas que, pudieran disuadir la llegada de algún enemigo, el resto se mantuvo revisando cada una de las defensas de la zona y que todos los soldados del lugar estuvieran bien equipados.

Luego de casi dos horas de hacer inspección tras inspección en el equipo de los soldados, Phyria decidió entrar en una de las tabernas cercanas al puesto de soldados para beber algo, el día estaba especialmente caluroso y la ropa que llevaba, no la estaba ayudando a mantenerse fresca.

El lugar parecía estar en la hora feliz y, quedaba claro que muchos habían comenzado a beber desde muy temprano, usando uno de los taburetes vacios de la barra, Phyria se acercó y pidió un simple vaso de jugo de naranja, el dueño la miró extrañado, pero acabo llevando el pedido.

Mientras se refrescaba y se decidía a quien de sus compañeros podría ayudar, escuchó una conversación de unos sujetos bastante ebrios que, había captado su atención.

-¡Tenemos suerte de que la orden venga a resolvernos los problemas!-comenzó a decir un hombre de apariencia algo descuidada que no se atrevía a soltar su tarro de cerveza.

-¡Si con ellos aquí, quien necesita preocuparse por esos imbéciles de Embla!-clamó otro sentado en la misma mesa que el primero, antes de beberse su tarro de un solo trago.

Para ese punto, Phyria habría ignorado la conversación de esos borrachos y se hubiera retirado del lugar, pero... lo que dijeron después fue algo que Phyria no podía ignorar...

Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2ndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora