Aunque muchos podían considerarlo como una responsabilidad o un trabajo extra que no era realmente parte de sus deberes en la orden, a Palla no le molestaba utilizar su tiempo libre para ayudar a su querida comandante.
Desde aquel día que Minerva pidió su asistencia para mejorar en algunos ámbitos administrativos, todos los fines de semana Palla trabajaba a su lado ya fuera en la biblioteca o en la habitación de cualquiera de las dos, llevaban una buena temporada así y, aunque Minerva sentía que sus progresos eran algo lentos, Palla siempre la animaba recordándole las cosas esenciales que aprendió gracias a su dedicación.
Palla terminaba de revisar unos documentos que Minerva había redactado, sin duda la ortografía de la comandante mejoró mucho, pero necesitaba pulir más su caligrafía, quizás algunos ejercicios básicos le ayudaría a que sus trazos fueran más fluidos.
-Bien, sin duda ha sido un gran trabajo Minerva, ahora debemos...-comenzó a decir Palla con ánimo cuando noto el rostro de su comandante-¿Minerva, se encuentra bien?-cuestionó Palla en tono preocupado.
-¿Eh?-apenas respondió Minerva una vez que se apartó de sus pensamientos-Descuida Palla solo estaba pensando en algo-continuó en el tono más seguro que pudo.
-¿Es algo relacionado a Medonia?-inquirió Palla en tono pensativo.
-Puedo asegurarte de que no es nada grave-trató de decir Minerva intentando terminar con el tema.
-Minerva...-comenzó a decir Palla un poco angustiada y acercándose a ella-Si fuera algo sin importancia, usted no hubiera puesto ese rostro tan angustiado-señaló Palla aun preocupada.
-N-No crees que estas exagerando-expresó Minerva, ligeramente sonrojada por haber sido tan obvia.
-Minerva-comenzó a decir Palla con cierto reproche.
-A-Admito que ese asunto me ha dejado algo intranquila-comenzó a decir Minerva más sonrojada-Pero puedo asegurarte de que no es nada de qué preocuparse-aclaró Minerva tan serena como pudo.
-Aun así, si puedo ayudarla en algo, no dude en pedirme auxilio-aseguró Palla en tono más tranquilo.
-Temo que son de esas cosas que, uno tiene que hacer por sí mismo-suspiró Minerva aun ligeramente sonrojada.
-De todas maneras, quizás no pueda ayudarla directamente, pero no significa que no pueda aconsejarla-sugirió Palla con cierto entusiasmo.
-Gracias Palla-expresó Minerva con una ligera sonrisa.
-No tiene porque agradecerlo Minerva, sabes que estoy a su servicio cuando lo necesites-aseguró Palla con una sonrisa cálida, Minerva tuvo que ocultar un poco su rostro, tratando de que Palla no notara su notable sonrojo.
No paso mucho tiempo para que se dedicaran a un nuevo ejercicio, al parecer necesitaría repasar algunas cosas básicas para mejorar su caligrafía que, estaba comenzando a verse un poco temblorosa... Minerva sabía las razones de aquello, pero no estaba dispuesta a compartirlas con Palla.
Mientras continuaban trabajando, una idea pasó por la mente de Minerva, quizás era un poco arriesgado ser tan directa con eso, pero ella siempre había sido alguien que enfrentaba los problemas de frente y, aunque no estaba segura como lo tomaría Palla, tenía que intentar hacer algo.
-Palla-comenzó a decir Minerva tan firme como le fue posible, atrayendo la atención de su compañera-¿A ti te gustan las joyas?-cuestionó en tono tranquilo, sintiéndose orgullosa de no haber tartamudeado en ningún momento.
-¿Joyas?-cuestionó Palla un poco confundida, al ver asentir a Minerva continuo hablando-Bueno nunca lo había pensado-comenzó a decir en tono pensativo-Nunca he poseído una y, jamás me sentí en la necesidad de tener una-continuo en tono calmo.
-Ya veo-susurró Minerva un poco insegura.
-¿Hay algún motivo detrás de esa pregunta?-cuestionó Palla con curiosidad.
-B-Bueno yo...-comenzó a decir Minerva algo apenada, debió planear mejor los detalles antes de preguntar eso-Es que... pensaba hacerle un regalo a María y, como no soy muy buena en esas cosas, quería pedir tu opinión-se excusó Minerva tan segura como pudo.
-Con qué es eso-comenzó a decir Palla en tono pensativo-Puedo asegurarle que lo que sea que le regale, lo adorara-animó con una sonrisa.
-Pero es que-comenzó a decir Minerva en tono alto, cuando se dio cuenta de ello-Yo... quiero que sea perfecto-susurró Minerva en tono preocupado.
Palla observó a su comandante y compañera de prácticamente desde que entro al ejercito de Medonia, sabía lo importante que era la familia para ella y como se esforzaba para hacer lo mejor para ellos sin importar lo que tuviera que pasar y, a pesar de todo eso ahora se veía genuinamente angustiada como si temiera hacer lo incorrecto...
No iba a permitir que aquella mirada atormentada siguiera invadiendo los cálidos ojos de Minerva.
-Minerva, no deberías sobre pensar eso-aconsejó Palla en tono dulce, captando la atención de Minerva-No importa qué tipo de regalo sea, mientras tus sentimientos estén plasmados en ello, estoy segura de que ella lo adorara-afirmó Palla con una sonrisa segura.
-¿Cómo puedes estar tan segura de ello?-cuestionó Minerva sin poderla ver directamente a los ojos, cuando Palla sonreía así, su corazón se aceleraba demasiado.
-Porque sé el gran corazón que posees Minerva y lo entregada que eres para ayudar a las personas que te importan-concluyó Palla en tono seguro y cálido, logrando que por unos instantes, Minerva se perdiera en sus brillantes ojos.
Aquel hechizo se rompió cuando el reloj en la habitación de Minerva sonó, indicándoles que ya era medio día.
-Realmente se ha pasado rápido el tiempo-observó Palla en tono tranquilo-Creo que es hora de un buen descanso, traeré algo para merendar y luego continuaremos trabajando-sugirió Palla en tono amable.
Una vez que Palla abandono su habitación Minerva suspiro desanimada... al menos no había salido peor de lo que creyó, asegurándose de que Palla estaba lejos, se acerco a la cómoda a lado de su cama, sacando le hermosa gema verde con forma de ala que, compró para Palla.
Minerva estampo su cabeza contra la pared con genuina frustración, ella estuvo al frente de innumerables batallas, peleo contra las personas más fuertes de su mundo e incluso sobrevivió a todas las excentricidades y problemas que ese reino le arrojaba todos los días...
Y aun con todo lo vivido... todo lo que supero... no era capaz de hacer algo tan simple como entregarle un regalo a una de las personas más importantes en su vida...
...
De verdad... era una gran cobarde...
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Una "aventura" en Fire Emblem Heroes 2nd
AventuraSigue las aventuras pero sobre todo desventuras, de una invocadora que intenta traer la paz al reino de Askr. Haciendo tratos con el diablo (Anna) para conseguir orbes y cosas, lidiar con los príncipes de Askr y sus invocaciones pero sobre todo, sob...