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Esa noche luego de ducharme y dejar a mi hijo dormido en su moises, salí a la sala a recoger unas cuantas cosas que habían dejado los ladrones en el suelo.
El timbre comenzó a sonar, sabía que era Dongwook, ya que él nunca se daba por vencido, así que abrí la puerta, pero no le permití entrar al departamento.

-¿Que deseas?

-Tu madre me dijo que te robaron todo.

-Casi todo.

-Te traje algunas cosas para el bebé y algo de dinero para ti.

-¿No te cansas de ser rechazado? - este bajo la cabeza - No quiero verte ni saber de ti, y tú llegas a mi vida como si desearas ser tratado como una basura.

-El amor lo soporta todo, más cuando hay un hijo.

-Ya de eso me di cuenta, YooNa hace contigo lo que quiere.

-Ya tú también lo harás, Jacob es mi hijo y de seguro cuando me necesite tú me llamarás para que venga por el, ¿Y sabes qué? También vendré corriendo.

-Espero que eso no sea necesario. - me aleje para cerrar la puerta.

-______, debemos registrar al niño.

-Ya lo hice, no te preocupes por nada. - sus ojos se cristalizaron.

-Ya no hay remedio contigo.

-No, ni lo habrá. Solo vete ya, no te soporto. - ahí fue cuando el amor se convirtió en odio.

Narra Dongwook

_____ dijo que me odiaba, ya cuando esas palabras llegan lo que siente es real, así que lo mejor es dejar el asunto ahí, porque el odio es peligroso y te puede llevar hasta la muerte.

Decidí dejarla en paz, pero no sin antes recordarle que la amaba con todo mi ser y que a mi hijo siempre lo iba a llevar en el corazón, ya que en mis brazos no podría.
Ella cerró la puerta en mi cara, así que esa era la última imagen que me llevaría de ella el resto de mi vida.

Me fui esa noche a casa, por suerte cuando llegué me encontré a Aileen junto a YooNa sentadas en la sala, de inmediato me senté al lado de estas y con una sonrisa fingida les pedí que me dieran un abrazo.

-Todo estará bien, Dongwook. - YooNa aseguro que estaría bien sin saber que de ese momento en adelante mi vida estaba acabada.

El tiempo comenzó a pasar lentamente, vivía un día a la vez pensando siempre en el bien de Aileen, ya que solo a ella podía ayudar.
Amaba a Jacob con mi vida entera, pero su madre nunca más me quiso abrir la puerta de su casa, incluso llamo a la policía cuando intenté dejarle un pastel al niño por sus primeros cien días.

El tiempo continuó pasando y llegó a mi vida el alivio que necesitaba, también el descanso y el apoyo que jamás pensé obtener por parte de una persona.
YooNa se ganó mi corazón luego de apoyarme en esta situación tan terrible, en un abrir y cerrar de ojos ellas conquistó y no me pude resistir.
Al menos uno de mis hijos tendría la felicidad completa, estaría con su madre y me dedicaría solo a ellas dos, quiénes de convirtieron en mi vida.

Luego de un año y medio, llegó el día de la boda con YooNa, esta se llevaría acabo en la iglesia de la ciudad y la ceremonia en el hotel que recientemente inaugure en el mismo centro de Seúl.

Ese día me levanté muy contento, enseguida me di una ducha, cepille mi cabello y me vestí, luego salí a pasos lentos de mi habitación y me pare en el pasillo.

-Señor Lee, ¿Va a alguna parte? - un recuerdo vivo de _____ llegó a mí, no pude contener las lágrimas en ese momento, ya que ella fue realmente alguien importante en mi vida. - Su cabello quedó muy bien con ese color.

-¡Ya basta! - seque mis lágrimas y baje a la sala, en dónde estaba Dinora junto a otra de mis hermanas esperando para irnos a la iglesia.

-¿Estás listo para casarte? - asentí a la pregunta de Dinora - Bueno, vamos a la iglesia, YooNa debe estar ansiosa.

-¿Y Aileen?

-Está con sus abuelo esperando en la iglesia, así que vámonos.

Me fui a la iglesia, allí me case sin pensar en nada más que mi felicidad, mi hija y ahora en quien era mi esposa.
Luego de salir de aquella iglesia, mire hacia un parque situado justo enfrente de la iglesia, desde ahí pude ver a ______ junto a mi hijo, ambos estaban sentados en una banca y se veían opacos desde mi punto de vista.

-Mi hi... - iba a decir algo, pero todos los invitados comenzaron a llegar hacia mí para felicitarme, cuando nuevamente pude volver a mirar hacia el parque, _____ y mi hijo ya se habían ido.

En la luna de miel a Puerto Rico, me llene de alegría al ver cómo era todo allá, el calor era magnífico, la gente súper buena y amable y ni hablar de la comida.
En este viaje solo fuimos YooNa y yo, por lo que pudimos disfrutar completamente de todo lo que estuvo a nuestro alcance, incluso pudimos comprar algunos detalles para Aileen y para Dinora.

La noche antes de irnos a Corea nuevamente, salí del hotel por un momento, ya que me sentía acalorado por el sol que había tomado todo ese día.
Mientras estaba tomando el aire fresco, llegó a mi mente el rostro de ______ cuando me habló de venir de vacaciones conmigo, la recordé clara y precisa cuando me dijo que ese viaje era para reflexionar y arreglar las cosas entre ambos.

-¿Y si realmente eso era lo que hacía falta? - me pregunte a mí mismo - Que tonto, debí complacerla a toda costa, al final vine a este país y Aileen se quedó en Corea, justo como ______ quería. - gran culpa y desespero se apoderó de mí, pero ya era tarde, había perdido a ______ y estaba felizmente casado con YooNa, la oficial señora Lee.

Fin

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Señor Lee (Lee Dong Wook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora