METRÓPOLIS

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Era la primera vez que el Consejo se reunía después de la guerra con los daxamitas y la primera vez que se podía ver el nuevo Consejo formado después de que Lena hiciera unos cuantos cambios. Ella seguía presidiendo la mesa como la Reina. Sam, como su Gran Consejera, se sentaba junto a ella en el lado derecho de la mesa mientras que J'onn, Gran Comandante de sus ejércitos y su Consejero de Guerra, se sentaba junto a ella en el lado izquierdo. 

A parte de ellos, Cat Grant, que continuaba siendo la Consejera de los Rumores, era la única que repetía del Consejo anterior. También lo hacía Andrea, aunque esta vez como la nueva Consejera de Edictos; en aquellos momentos, su asiento se encontraba vacío al encontrarse ella en el Norte organizando el funeral de su padre y asumiendo su cargo como cabeza de la Casa Rojas y nueva Guardiana del Norte. Lena, al ver su asiento vacío, no pudo evitar sentirse triste recordando lo que Andrea le dijo antes de marcharse. Para sentirse mejor, tenía que mirar de vez en cuando a Kara, que seguía sentándose al otro extremo de la mesa junto a Alex, ambas como invitadas de excepción; Alex como Capitana General del V Ejército y Kara como responsable de la seguridad privada de la Reina, cargo que Lena había creado para ella.

Sara Lance también tenía su asiento en la mesa, ya que, después de aceptar las Patentes de Corso, Lena la había nombrado Consejera de Barcos. Winn también formaba parte del Consejo al ser el nuevo Gran Maestre. También se sentaba en la mesa Maggie como Gran Comandante de la Guardia Real. Tan solo quedaba por cubrir la única silla que quedaba vacía, la del Consejero de la Moneda. Sara había propuesto a William Clayton, uno de los hijos ilegítimos de Oliver Queen. Sara le contó a Lena como este, pese a haber crecido en la pobreza, había logrado amasar una gran fortuna por méritos propios y esto impresionó a la reina, quién no dudó en enviar un halcón citándole en Metrópolis. 

Aunque ya se fiaba de Lena, Sara prefirió omitir la parte en la que William solía ayudar en secreto a su hermanastra Mia y a la banda de Flecha Verde.

Tras unos segundos en silencio desde que se formó el Consejo, Lena decidió hablar.

– Antes de comenzar, quiero recordarles que hoy despediremos a la princesa Imra, quién regresa al Continente de las Esmeraldas para asumir su lugar como reina y volver a reconstruir el reino de Titan –Sara sonrió al escuchar las palabras de la reina. Antes del Consejo había hablado con Imra y recordaba lo muy entusiasmada que estaba con regresar a su hogar para volver a reconstruirlo –. Y, tal y como le prometí, Metrópolis la ayudará en este cometido, por lo que un batallón del ejército real la acompañará. También irá con ella la bruja Psi, a quién he decidido indultar.

– Disculpadme, Majestad –intervino Cat Grant – ¿Cree que es prudente dejar libre a una bruja tan poderosa?

Lena la miró fijamente antes de contestar.

– La propia Imra en persona me contó lo que hizo durante la batalla, pudo haber huido pero, en lugar de eso, evitó que la milicia fuera aplastada por los daxamitas. Además de otras ayudas a la Corona de las que no pienso hablar. Además, Imra me ha prometido que solo utilizará sus poderes cuando sea estrictamente necesario y yo la creo. 

La Consejera de los Rumores asintió y Lena se volvió de nuevo ante todos los presente.

– El viaje de Imra me lleva al primer punto de este Consejo –continuó Lena –. Enviaremos a Imra de regreso a su continente utilizando el portal de los daxamitas, pero esa será la última vez que lo utilicemos. Ese portal es muy peligroso en malas manos. Rhea podría haber conquistado todo el mundo con él y ni me quiero imaginar lo que haría mi hermano si lo tuviera. Creo que debería ser destruido.

– Disculpadme, Majestad –intervino Winn –. Soy consciente de lo peligroso que puede ser ese portal, pero también podría sernos de mucha utilidad. Si lo utilizamos con cabeza, puede ser más beneficioso que maligno.

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