METRÓPOLIS

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Finalizado el Consejo, Lena, Sam y J'onn iban a pasar un buen rato discutiendo algunos asuntos a puerta cerrada, por lo que Kara y Alex pudieron tener unos momentos para ellas solas. Era la primera vez que se veían desde que Alex regresó de su viaje con Sam a Riverdale y Kara se moría de ganas de hablar con ella.

Ambas paseaban por los inmensos jardines de la Fortaleza Luthor, los cuales eran tan grandes como un bosque y, para cruzarlos, había que hacerlo a través de varios caminos de mármol que los surcaban. No era aconsejable salirse de esos caminos, ya que se corría el peligro de perderse entre la espesa vegetación.

– Te he echado mucho de menos, Alex.

Alex, en cambio, sonrió de forma picarona.

– No creo que me echaras tanto. He oído que sueles dormir en la cama de la reina...

Kara suspiró.

– No te creas que me resulta fácil, Alex. Es muy duro tenerla entre mis brazos y tener que contenerme para no besarla y acariciarla, que es lo que me gustaría.

Alex también suspiró.

– Te comprendo muy bien. Durante el viaje, Sam y yo nos hospedamos en una posada donde solo les quedaba una habitación con una cama. Imagínate como fue mi noche.

Kara puso una leve sonrisa.

– Al menos, ella se siente segura durmiendo conmigo y eso ya me satisface bastante. Lo está pasando muy mal desde lo que ocurrió con James.

Alex se puso seria.

– No me lo podía creer cuando Winn me lo contó. James siempre fue un imbécil, pero no le creía capaz de hacer algo tan horrible. Menos mal que estabas ahí para proteger a Lena. Debe estar muy agradecida de que la salvaras.

Kara también se puso seria.

– Ese es el problema, Alex. Yo no fui quién la salvó.

Alex la miró ceñuda.

– ¿Quién la salvó, entonces?

Kara se encogió de hombros.

– Ni siquiera Lena lo sabe. Dice que fue salvada por una sombra. Afirma que surgió como de la nada y luego se evaporó, convirtiéndose en una especie de humo negro. El Gran Maestre cree que se debe a una alucinación a causa del impacto de lo sucedido.

Miró a Alex y su ceño se frunció cuando vio que la pelirroja estaba muy pensativa.

– ¿Ocurre algo, Alex?

Alex se paró en seco y la miró con rostro de preocupación antes de contestar.

– El día que John Corben intentó asesinar a Lena creí ver a alguien oculto en un rincón oscuro del pasillo. Iba a investigarlo pero, en cuanto me acerqué, esa persona se desapareció ante mis ojos, como si se hubiera convertido en una nube de humo negro –los ojos de Kara se abrieron mucho –. Hasta ahora, creía que había sido una alucinación pero, después de lo que has dicho, me parece que vi a la misma sombra que salvó a la reina.

Kara también puso rostro de preocupación.

– Me estás diciendo que hay una especie de sombra rondando a Lena.

– O alguien que tiene poderes de la sombra. Algo que, hasta ahora, creía que era un mito.

Kara trató de aparentar calma, pero por dentro estaba aterrada.

– ¿Crees que trata de asesinar a Lena?

Alex se apresuró a negar con la cabeza.

– Si quisiera hacerle daño, ya lo habría hecho. Los poderes de la sombra se suelen utilizar para dos cosas: asesinar o espiar. Es posible que tengamos un espía entre manos.

RESURGENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora