METRÓPOLIS

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Alex despertó con una gran resaca en el césped del jardín, completamente desnuda y con Kelly, también desnuda, abrazada a ella. Las dos estaban detrás de un gran seto en una zona del jardín rodeada por grandes árboles, por lo que nadie podía verlas, ni siquiera pasando por el camino que cruzaba esa zona. Se incorporó trabajósamente, con la cabeza dándole vueltas. Había empezado a amanecer, aunque todavía no había salido el Sol. Poco a poco, su mente fue recordando como había llegado hasta allí.

Recordó que estaba en la boda entre Kal-El y Lois Lane. No paró de beber, haciendo que las camareras llenaran su copa de vino en cuanto la apuraba. Todo mientras no paraba de mirar a Sam, que se sentaba en la mesa que presidía la sala, donde se sentaban los novios y la reina, además de Kara, como representante de la familia del novio, y Lucy Lane, la hermana menor de Lois, como representante de la familia de la novia.

Esto hizo que se sintiera muy sola, sin Kara a su lado y sentada en un sitio donde podía ver a la mujer que amaba todo el tiempo sin poder estar junto a ella. Terminada la cena, no le apeteció quedarse en el baile, por lo que se hizo con una botella de vino y salió al jardín a seguir bebiendo. Kelly, que la había estado vigilando todo el tiempo, se le acercó y se unió a ella. Ambas apuraron la botella entre charlas y risas antes de terminar detrás de aquel seto quitándose la ropa.

Kelly también se despertó. Ella no tenía resaca, puesto que a penas había bebido. Mientras bebían de la botella de vino ella fingía que bebía también pero, en realidad, vaciaba su copa en el césped disimuladamente cuando Alex no miraba.

– Has estado fantástica –dijo con una gran sonrisa de satisfacción mientras se desperezaba.

– Al menos te acuerdas –respondió Alex frotándose las sienes mientras trataba de colocar de nuevo su cabeza –. Yo no me acuerdo de nada.

Kelly soltó unas carcajadas.

– Normal. No te acordaste ni de mi nombre. Te pasaste toda la noche llamándome Sam.

Alex la miró boquiabierta.

– Lo siento...

Kelly alzó las manos en señal de paz.

– No tienes que preocuparte. Ya no somos pareja. Esto solo ha sido un encuentro casual. De seguir estando juntas, si me habría molestado mucho –mentía, ya que cada vez que la escuchó pronunciar el nombre de Sam le hervía la sangre.

Alex respiró aliviada.

– Si, que bueno que ya no seamos novias.

– Aunque... –Kelly empezó a acariciarle el hombro con una seductora sonrisa –. Nunca es tarde para retomar una relación...

Alex empezó a ponerse nerviosa.

– Kelly, no empieces otra vez...

– Vamos, Alex... –dijo con tono juguetón – ¿Has olvidado lo felices que éramos cuando estuvimos juntas?

Alex frunció el ceño.

– Creo que tienes unos recuerdos de nuestra relación diferentes a los míos. Yo solo recuerdo que siempre estabas criticándome. Nada de lo que hacía era bueno para ti. Cada vez me recordabas más a mi madre; incluso solías llamarme por mi nombre completo cuando te enfadabas, igual que ella.

Kelly se puso un poco seria, aunque sin perder la sonrisa.

– Admito que no fui una buena novia. Pero la gente cambia y ya soy una persona distinta. Creo que merezco una segunda oportunidad –se puso más insinuante. Dejó de acariciarle el hombro y empezó a acariciarle uno de sus muslos, excitando más a la pelirroja –. Podríamos discutirlo ahora –sonrió maliciosamente –. Me he despertado con ganas...

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