METRÓPOLIS

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Desde el Palco Real, Lena y Sam observaban el torneo. Su atención en esos momentos estaba en la zona de lucha con espadas, donde en esos momentos combatía un guerrero joven con el cabello rojo y una reluciente armadura blanca. Este acababa de derrotar al sexto contrincante al que había desafiado y se preparaba para luchar contra el séptimo.

– Es muy bueno –dijo Sam asombrada –. ¿Quién es?

– El representante de Riverdale –dijo Lena –. Le llaman el Paladín Rojo.

– ¿Es un Blossom? Con esa cabellera roja lo parece.

Lena negó con la cabeza.

– Pertenece a la Casa Andrews. Aunque, muchos consideran que tiene un gran parecido con el príncipe Jason.

– Tengo entendido que era Cheryl quién solía representar a Riverdale en estos torneos.

Lena asintió.

– Participaba en las pruebas de tiro. Es muy buena con el arco. Pero eso era cuando era princesa y creía que iba a reinar junto a su hermano. Ahora es como yo, una reina joven que debe sacar un reino adelante mientras a su alrededor no paran de conspirar contra ella.

Sam suspiró.

– Sólo tiene 16 años. Debe ser duro para ella gobernar tan joven un agujero como Riverdale –hizo una breve pausa en la que se quedó algo pensativa –. Aunque, es un agujero que necesitamos. Puede que Riverdale sea un pozo negro de crímenes, corrupción y conspiraciones, pero tienen el segundo ejército más grande del Continente. No sería buena idea tenerlos como enemigos o que apoyaran a alguno de nuestros rivales. Las relaciones con ellos aún no se han roto del todo, mantenemos con ellos el comercio del jarabe de arce, pero las relaciones diplomáticas quedaron muy dañadas cuando Lex intentó invadirlos.

Lena volvió a asentir.

– Debería tener un encuentro con Cheryl. Nos conocimos cuando aún éramos princesas. Puede parecer una arpía o una femme fatale, pero en el fondo es buena chica.

Sam la miró con desconfianza.

– Dicen que está un poco loca.

Lena se encogió de hombros.

– Como todos en su familia. Ya sabes lo que hacen para mantener la pureza de sangre.

– Lo se –dijo Sam poniendo una mueca de repugnancia.

– Aunque, Cheryl estaba muy unida a Jason, lo que habría facilitado que ambos se casaran y reinaran juntos. Por desgracia, él prefirió a su prima.

– No me extraña que Riverdale sea así teniendo en cuenta la clase de gente que los gobierna.

– Pues, en el fondo, no nos diferenciamos tanto. Puede que los Luthor no nos casemos entre hermanos, pero hemos hecho cosas que no son para sentirse orgullosos. Y no solo hablo de las locuras de mi hermano. Por eso es vital que me reúna con Cheryl y hablarle de mi proyecto para reformar el sistema.

– ¿Hablas de Resurgimiento?

Lena asintió una vez más.

– Tendré más facilidades de sacarlo adelante si la reina del segundo reino más poderoso del Continente decide ponerlo en práctica también. Se que Cheryl quiere cambiar las cosas, al igual que yo, pero debo ser yo quién le explique en que consiste el proyecto si quiero que lo acepte.

Esta vez, fue Sam quién asintió.

– Tienes razón. Pero, de momento, iremos allanando el camino. Le enviaré un halcón solicitando una reunión y esperaremos a ver que responde.

RESURGENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora