Maggie llegó hasta el lugar que Cat Grant le había indicado, un oscuro callejón detrás de un gran hangar iluminado a medias por la luz de la luna. Un lugar ideal para reuniones clandestinas, pero también para perpetrar asesinatos, por lo que no despegó la mano de la mano de la empuñadura de su espada.
Cuando llegó no había nadie esperándola, lo cual ya le resultó raro, puesto que había llegado el día y la hora que la Gata de Metrópolis le había indicado. Esperó y, durante unos minutos, no llegó nadie, lo cual le inquietó aún más. Estaba apunto de largarse de allí cuando tres tipos vestidos de negro aparecieron en el callejón y se acercaron a ella, quién no dudó en alzar la mano indicándoles que se detuvieran, ya que quería guardar las distancias con ellos.
Los hombres obedecieron y el que estaba en el centro alzó las manos en señal de paz mientras le dedicaba una forzada sonrisa.
– Disculpad que hayamos llegado tarde, pero tuvimos problemas que nos retrasaron.
Maggie no dijo nada, se limitó a mirarlos fíjamente.
– ¿Dónde puedo comer carne de tiburón?
Los tres tipos arquearon las cejas casi a la vez.
– ¿Cómo dice? –preguntó uno de ellos desorientado.
Maggie les clavó con más fuerza la mirada al tiempo que agarraba con más fuerza la empuñadura de su espada.
– ¿Dónde puedo comer carne de tiburón? –repitió la pregunta en voz más alta.
El tipo del centro se encogió de hombros.
– Cerca de aquí hay una posada que hace todo tipo de pescado, quizá ahí puedas encontrarla.
Maggie retrocedió unos pasos desenfundando su espada. Al verse descubiertos, los hombres desenfundaron las suyas y se lanzaron contra ella. Tras una corta pelea, ella logró derribar a uno de ellos y dar muerte con su espada a los otros dos. Se disponía a rematar al tercero cuando un cuarto tipo vestido de negro surgió de la oscuridad portando un arco y una flecha, los cuales apuntó contra ella.
– ¡Quieta, Zorra! –Maggie se paró en seco al verse encañonada por el arquero – ¡Suelta la espada!
A Maggie no le quedó más remedio que obedecer y dejó caer la espada poniendo después las manos en alto. El tipo del suelo se puso en píe recogiendo su espada con una diabólica sonrisa.
– Nos dispares –le ordenó al arquero, quién dejó de encañonarla –, déjamela a mí. Voy a disfrutar destripando a esta zorra.
Maggie apretó con fuerza los labios mientras se preparaba para afrontar su fatal destino cuando una flecha surgió de la oscuridad clavándose en uno de los ojos del arquero. El tipo de la espada, sobresaltado, se puso a mirar en todas direcciones, momento que aprovechó Maggie para sacar un cuchillo arrojadizo de su cinturón y lanzarlo contra el cuello del tipo. Cuando este cayó muerto, recogió su espada del suelo y también se puso a mirar en todas direcciones sobresaltada.
Una persona encapuchada surgió de las oscuridad portando una ballesta. Puede que esa persona le hubiera salvado la vida pero, después de haber caído en una trampa, Maggie no se fiaba de nadie y se le encaró poniendo posición de combate.
– ¿Quién eres?
– Quién acaba de salvarte el pellejo –sonó una voz de mujer bajo la capucha.
– ¿Y cómo sabías que estaba aquí?
– Tendrás que pescarlo tu misma.
Maggie arqueó las cejas.
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RESURGENCE
FanfictionLa ciudad de Argo es lo único que queda de una poderosa y avanzada civilización que dominó el mundo hasta que un cataclismo destruyó la capital de su imperio, Krypton. Ahora, los kryptonianos se dedican a ayudar a los reinos humanos para ir por el b...