BOSQUES DE STARLING

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Sara se despertó con la primera luz del Sol que penetró por la ventana. Mientras se desperezaba, alargó el brazo hacia el otro lado de la cama, el cual se encontró vacío. Sorprendida, se incorporó y sus cejas se arquearon cuando vio a Mia de píe al píe de la cama vistiéndose. Esta le dedicó una sonrisa de sarcasmo.

– ¿Sorprendida? –dijo mientras continuaba vistiéndose – Debe ser raro para ti ser la que se despierta y no encontrarte a nadie al lado.

Sara también sonrió.

– Creía que esta vez estabas de mejor humor. Nunca nos habíamos ido a la cama tan pronto.

Mia meneó la cabeza.

– Siempre que vienes, ocurre lo mismo. Discutimos, nos gritamos, a veces nos peleamos, y al final terminamos follando como dos zorras. 

La sonrisa de Sara se volvió más picarona.

– Y esta vez has querido empezar por el final...

Mia volvió a menear la cabeza mientras sonreía otra vez con sarcasmo.

– Eres incorregible, Sara. La de veces que Nyssa me advirtió sobre ti y no le hice caso. Lo que pasa es que, esta vez, he querido ahorrarme los gritos y los reproches y he ido directa al sexo. Como ya te dije, contra antes cumplas tu misión y tú y tus piratas os larguéis de estos bosques, mejor.

Unos golpes sonaron en la puerta.

– ¿Quieres que me esconda? –preguntó Sara.

– ¿Para qué? Si todo el mundo sabe lo que pasa aquí cada vez que vienes –respondió Mia sarcástica mientras iba a abrir.

Tras la puerta apareció una joven de piel oscura y cabellos rizados recogidos en un moño. Vestía con un ajustado traje negro y llevaba puesto un antifaz, también negro, pero en esos momentos lo llevaba en la frente, dejando al descubierto su rostro. Esta miró por encima del hombro de Mia a Sara quién, desnuda desde la cama, la saludó con la mano con una picarona sonrisa. Luego miró a Mia y le dedicó una sonrisa de complicidad.

– Ni una palabra –le ordenó Mia en voz baja.

Sin dejar de sonreír, la joven asintió mientras le entregaba un rollo de halcón.

– La respuesta que esperabas ha llegado ya.

Mia arqueó las cejas mientras lo recogía.

– ¡Qué rápido! Me alegro. Busca a los demás y diles que tenemos una reunión dentro de una hora. Los piratas también están invitados.

La joven volvió a asentir.

– Entendido.

Dio media vuelta y se largó de allí mientras Mia cerró la puerta y se volvió hacia Sara, quién se levantó de la cama y se acercó a ella.

– ¿Esa es Zoe, la hija de Rene? –Mia asintió mientras Sara sonreía maliciosamente – Ha crecido mucho desde la última vez que la vi...

Mia la fulminó con la mirada y la apuntó con un dedo en plan amenazante.

– Ni se te ocurra acercarte a ella. Es mi mejor amiga y no pienso dejar que la conviertas en otro de tus juguetes.

Sara alzó las manos en señal de paz mientras ponía una sonrisa burlona.

– Tranquila.

Mia se relajó y bajó el dedo, pero aún se quedó desconfiada, ya que con Sara nunca se podía bajar la guardia y, si ella no podía resistirse a sus encantos, Zoe mucho menos.

– No sabía que fuera una Canary –continuó Sara –, le queda bien el atuendo.

Mia sonrió orgullosa mientras desenrollaba el rollo de halcón.

RESURGENCEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora