Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}

Capítulo 2 [Parte 4]

Capítulo 2.  [Parte 4]

 Acciones tontas por cada buena intención.

El viento soplo junto al oído de Harry, pero pareció mudo porque el ruloso no escucho nada.

Su mente vagaba entre pensamientos oprimidos.

El helado pavimento crujía bajo las pisadas de sus botas, y el travieso aire helado se colaba por dentro de su ropa, un gorro cubría sus rizados cabellos marrones y un par de guantes grises a juego mantenían caliente a Harry.

Exhalo hondo.

Desde hace tiempo que cantidades alarmantes de pensamientos hirientes llegaban a su mente, y eran de inmediato desechados o archivados para más tarde; Harry se había prohibido a sí mismo, por su bien, tratar de leer entre líneas acerca de todo lo que había pasado y lo que pasaba.

¿Habría tenido un solo día libre de pensar en Niall hace un mes?, no.

Los ojos azules y la sonrisa ilusionada de su pequeño amigo volvía a su mente como golpes de bolas de nieve, -como un efecto de bola de nieve- recordó haber leído en alguna parte. 

Se había torturado la conciencia tratando de desglosar los actos de Niall, tratando de justificarlo... Se había pasado horas imaginando que había pasado después de que lo vio marcharse por el pasillo.

Se preguntó cómo habría sido de diferente el desenlace si lo hubiera seguido o detenido.

Se preguntó qué tan culpable era el de la decisión que había tomado Horan.

Pateo con uno de sus pies una pequeña roca y siguió caminando.

Aún faltaba un poco para encontrarse con Charlotte, y su mente vagaba en un sendero distinto, olvidándose de todo.

¿Se había vuelto a cortar después de la muerte de Niall?, sí.

¿Había vuelto a vomitar cuando murió? no, pues no tenía nada en su estómago que regresar.

¿Cuantas veces no se había preguntado cuan diferente hubiera sido todo, si hubiera estado con Niall esa vez?, los nervios carcomían sus pensamientos.

Pero todas esas preguntas e idas habían sido trabajadas antes de que Harry pidiera ayuda, pues ahora cuando pensaba en Niall no entristecía tanto como para caer en depresión, solo le tenía un tremendo respeto a su amigo.

Y que descansara en paz donde quiera que estuviera.