Capítulo 23. [Parte 2]
Vamos, las cosas no siempre van a lucir del mismo modo.
Cerró un poco los ojos y se abrazó a Liam, quien lo recibió como siempre en ese lugar reservado entre sus brazos solo para él.
Sofí también lo abrazo, tratando de sonreír aunque era más que obvio que al igual que el ruloso estaba en lucha interna por no dejar salir las lágrimas de sus ojos.
Se despidió de ambos girando y escuchando detrás de él como el ligero clik al cerrar la puerta volvía a aparecer.
Respiro hondo y metió ambas manos dentro de sus bolsillos, pegándolas a sus muslos para recoger la mayor cantidad de calor que fuera posible.
Caminar a casa en soledad bajo la ligera luz de las farolas iluminando las calles vacías lucía aterrador, y más si se trata de Harry y los mil demonios que despiertan cuando el sol se hecha a dormir.
Esta vez no fue la excepción, camino apresuradamente en las calles vacías y de poca luz y se relajaba cuando entraba a una avenida transitada por turistas y adolescentes de fiesta. Bueno, habría que agregar que había mucho movimiento en todos lados por el hecho de que el día de mañana sería 24 de diciembre.
24 de diciembre, Harry apretó sus ojos y se paró en seco cuando lo recordó, provocando que un chico golpeara contra el para después disculparse.
Saco el teléfono móvil y busco entre los contactos la letra C, hasta dar con la chica de la bucket list.
Timbro una dos tres veces bajo el sonido de las personas hablando, riendo y niños berreando por juguetes en los puestos ambulantes.
-¿Alo? -preguntó la familiar vos de la chica.
Harry sonrió.
-¿Estas ocupada?
-De hecho, estoy disfrutando de un chocolate caliente cerca de la Oxford Street, ¿Por qué? ¿Algo interesante que hacer compañerito?
Harry soltó una ricita por lo bien que le estaba sentando el humor de la chica, quien parecía haberse olvidado de la situación que habían pasado la noche anterior.
-Te quiero pedir un favor.
-¿Tiene que ver con levantarme de mi cómodo lugar?
-Si.
-Entonces ni hablar.
-Charlie -hizo pucheros sin pesar a pesar de que la chica no lo podía ver a través de la línea telefónica.
-Está bien, está bien pero a cambio quiero un regalo mañana.
Harry bufo al mismo tiempo que sonreí.
-Hecho.
-Ah ah -dijo emocionada- y también quiero que me cuentes como estuvo tu noche picaron. -las mejillas de Harry se tiñeron de rojo y se quejó.
-¡Charlie!
Se escuchó una risa al otro lado de la línea.
-Vale, voy para allá no me tardo.
-Está bien.
Colgó la línea y camino con una gran sonrisa en el rostro, mirando de reojo las calles principales llenas de vida, sonrisas y emociones empapadas de colores, sabores y aromas que hacían que su estómago rugiera.
Parecía ser el único raro que llevaba solo un pequeño abrigo en el cuerpo.
Encontró un pequeño café de estilo moderno parecido a un Starbucks pero más rustico, y miró a la castaña (ahora con las puntas teñidas en un débil rosado y cubierta la cabeza en un gorro en forma de panda).
-¡Harold! -grito ella con una de las sonrisas más espectaculares que Harry había visto en ella, claro, no era mucha la diferencia con las otras porque ella sonreía mucho, pero esta tenía algo especial.
-Charlie -ella se acercó y lo beso en la mejilla.
La mesa era para dos, aunque nadie más acompañaba a Charlotte, y a pesar de eso la mesita estaba cubierta de cositas curiosas como diminutas figuritas de autobuses rojos, o figuritas de muñecas envueltas en vestidos color pastel, además de la mochila que siempre traía, un cuaderno, una pluma y la cámara que nunca podía faltar.
-Ya he pedido para ti -dijo sonriente.
-¿Disculpa? -la miro raro.
Ella soltó una ricita.
-Creí que debías probar este chocolate -dijo llevándose la taza a la boca, sorbiendo y quedando con un ligero bigote de espuma.- es realmente delicioso.
Él se rio y se pasó la mano por la boca dándole a entender a la chica de que se había manchado, ella se sonrojo.
-Lo siento -dijo chupando con su lengua los restos blancos, eso hizo aún más gracia al ruloso.
Una camarera de agradable sonrisa dejó la taza de chocolate y malvaviscos flotantes frente al ruloso, quien agradeció y comprobando que la temperatura no fuera muy alta, sorbió un poco y si, definitivamente estaba delicioso.
Y por cosa de Dios, del ruido, la gente, el ambiente o que se yo, las voces no hicieron eco esta vez.
-Ahora dime -dijo ella después de unos minutos- cuál es ese favor por el cual debo levantar mi bello trasero de esta cómoda silla.
Harry se removió en su asiento y levanto una ceja.
-Ni siquiera esta tan cómoda.
-Si no tengo que estar parada, es cómoda. -le saco la lengua.
-Bueno, verás... mañana es 24 y...
-¡OLVIDASTE COMPRARLE EL REGALO A TU MADRE! -las personas de mesas vecinas los voltearon a ver por un segundo, para después volver su vista y atención a lo que fuera que estuvieran diciendo.
-¡Cállate Charlie! -rio apenado el- No, no exactamente.
Charlotte torció la boca y puso su mano sobre el hombro de su compañero.
-Si el favor que me pides es que te compre algo para no sentirte forever alone mañana, olvídalo. -dijo seria.
-¡No Charlie! -ella se hecho a reír.
-¡Lo sabía!
-Vamos ya, ya, sucede que mañana es el cumpleaños de Louis -ella amplio su sonrisa al mismo tiempo que bebía lo último de su chocolate- y quiero comprarle algo... y si, también olvide el regalo de mi hermana.
-¡O qué bello es el amor!
-¿De mi hermana?
-¡No idiota! ¡De Louis y tú!
-¡Pero qué dices! -rio nervioso mientras ella sonreía emocionada.
-¿Han hecho las paces?
-Algo así -dijo tratando de contener la felicidad que le causaba, y luego recordar a Sofí y a Liam hablando con el momentos antes.
Ella chiflo emocionada.
-Entonces mi amigo, tú y yo tenemos compras que hacer.
Se levantó, y en menos de dos segundos ya tenía todo dentro de su mochilita, la cámara al cuello y había un billete de 20 dólares en la mesa antes de que Harry fuera arrastrado hacía fuera del local.
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Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}
FanficCuando al mundo se le ocurre ser caprichoso, tienes dos opciones: Caer o seguir intentando. A Harry le han dado otra oportunidad para optar por la segunda opción. Ahora, él tendrá que aprender las bellezas de la vida mientras intenta resistir a los...