Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}

Capítulo 26 - Recuerdos [27, 28, 30, 31]

Capítulo 26.

[Primera parte]

-Así que rompieron la puerta y entraron a donde tu estabas... -Harry asintió viendo a la mesa, perdiéndose poco a poco en recuerdos- cuéntame que paso después.

-Yo... yo... -sus ojos miraban hacía dentro, a esos recuerdos de los que ahora dudaba fueran reales. Tanto dolor no debería ser real.

-Es crucial que nos cuentes cada detalle, Harry. -dijo el hombre acercando más su silla a la mesa.

-Entraron al cuarto de baño y me vieron -el ruloso mantenía la vista clavada en la mesa- eran tres.

-¿Puedes decirnos sus nombres de nuevo, por favor?

Harry asintió mecánicamente.

-Collin, Jeffrey y Andrew.

-Prosigue... -dijo cada vez más interesado.

-Entraron al baño y yo solo les rogué para que se fueran -los ojos de Harry eran inexpresivos- me tape la cara con las manos y escuche sus risas... se estaba riendo de mí, y yo... Yo solo esperaba que Louis llegará pronto...

Recuerdos

[27]

La sonrisa satisfecha de Andrew solo le quemaba más al pecho.

Verlo allí, en esa habitación, pisando las gotas cecas, prácticamente burlándose de su difunto amigo le hacía hervir la sangre. Quería saltarle encima y golpearle con toda la fuerza que nunca tuvo.

-Por favor, déjenme... -rogo sin mirarlos, no se sentía capaz de hacerlo.

-Aprendiste bien, Styles, a no mirarme a los ojos sin que te lo permitiera, y te felicito por eso. -sonrió aún con mayor superioridad.

Harry escondió más su rostro entre sus piernas.

-¿Donde esta Louis?... -pregunto con un hilo de vos. Alguien se soltó a reír, aunque no supo a quién pertenecía.

-Él no va a venir, Harry. -respondió Andrew.

-¿Qué le hicieron? -pregunto aún con esa vos rota, alzando la mirada y mirando dentro de los ojos de Andrew, quien en su boca se formó una línea recta.

-Sáquenlo de aquí. -Escucho el motor de una camioneta llegar y aparcar enfrente. Jeff y Collin se acercaron a Harry.

-¡No me toquen! -salto de donde estaba, se puso de pie y los amenazó a ambos con el pequeño filo de la navaja oxidada.

Andrew se dio la vuelta y lo miró.

-Deja de jugar, Harry, o te enseñare que es lo que pasa cuando juegas a las carreras de autos y un lago se pone en tu camino. -dijo serio, y muy en serio.

Harry lo miró con la poca decisión que le quedaba, y luego recordó donde estaba. Aquí alguien ya se había dado por vencido antes, el mismo no era nadie, no podía. Era un débil gordo de mierda que había deseado morir y hoy se le iba a cumplir.

La navaja tembló en su mano y la dejó caer mientras el mismo se derrumbaba de nuevo a la misma esquina donde estaba antes, y volvía a cubrir su rostro con sus manos.

Los fuertes brazos de los dos chicos lo levantaron sin mucho esfuerzo del suelo.

...

-¿Qué paso entonces, Harry?

El chiquillo frente a la mesa de interrogación vacilo y tembló aún sumergido en todo aquello.