Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}

Capítulo 22 [Parte 1]

Capítulo 22. [Parte 1]

El color de la vida.

Tic, tac.

Tic, tac.

El ruidito provenía de algún lugar del mundo al otro lado de sus parpados. Arrugo la frente y sintió debajo de sus manos una tela caliente por su propio calor corporal. Captó un aroma desagradable y desconocido, además de que por la luz que se colaba por sus parpados podía adivinar que ya serían las 9 de la mañana.

Gimió un poquito queriendo parar el ruidito y recordó que era martes y tenía colegio. Abrió los ojos de golpe y salió fuera de la cama, tropezando con una pila de ropa y un aullido de dolor lo hizo saltar para atrás.

Harry se sobresaltó cuando estuvo lo suficientemente despierto como para darse cuenta de que ese, no era su cuarto.

-¡Ah! -aulló la pila de ropa levantándose para dejar a un Louis completamente despeinado a la vista.

-¡Ah! -Grito Harry cuando el corazón se le paralizó al ver como algo surgía de debajo de las remeras sucias.

-¡Casi me matas! -Gritó agitado Louis.

-¡Casi me provocas un infarto! -Le respondió igual o más agitado Harry.

La mano de Louis fue a dar a su pecho mientras recuperaba el ritmo de su corazón, y luego un foquito en su cerebro le recordó de que... am, Harry estaba allí. Alzó los ojos para encontrarse con la mirada bien abierta de él observándolo a un lado de la cama.

Louis exhalo todo el aire que contenía para prepararse y darle a Harry una buena excusa de porque se encontraba allí.

La mirada un poco asustada de Harry miró rápidamente la habitación, reconociendo que efectivamente, era la de Louis, su Louis... Pero, aspirando el aroma se volvió a plantar en el suelo sabiendo que ese Louis, se había ido hace mucho tiempo.

Louis hecho la ropa que lo cubría a un lado y con ayuda de su brazo se logró poner de pie.

Los ojos verdes se posaron en los azules.

Tomlinson se rascó la cabeza y bajó un poquito la mirada.

-Escucha, anoche estabas muy mal...

-No importa -dijo Harry, recordando la noche pasada y pasando aún lado de Louis para salir de la habitación y dirigirse a las escaleras.

-¡Espera! -le grito Louis desde arriba, con la vos chillona que de repente le sale a los hombres cuando les cambia la vos, el problema con Louis es que por su vos débil pareciese que nunca le cambió.

Harry giro en sus pies para mirarlo antes de llegar a la cocina.

-¿Ya te vas? -preguntó Louis desilusionado.

¿Por qué desilusionado? ¿Acaso esperaba que Harry corriera a abrazarlo como nunca antes?

No, claro que no, Harry no podía pensar en hacer eso con un monstro como él.

El ruloso lo miró sin expresión en el otro extremo de la escalera, y suspiró.

-Sí, ya me voy... -dijo moviendo uno de sus pies nervioso.

-Espera, necesito hablar contigo -pidió seguro el ojiazul.

-No tengo nada de qué hablar contigo.

-Claro que si tienes, y lo vas a hacer -dijo frunciendo el ceño- ayer estabas mal Hazza, y quiero saber que ha pasado en este tiempo.

-¿Por qué no me lo dices tú? -dijo enfadándose- Creo que tú sabes mejor que yo que es lo que ha pasado, ¿No, Louis? y no me llames así.

Pum, una abofetada directa al corazón enfermo del castaño de los ojos azules.

-Harry, no estoy bromeando.

-¿Qué te hace pensar que yo si?

-Harry, ya cometí muchos errores una vez, no estoy dispuesto a volver a perderte de esa manera.

-¿Perderme? ¿Volver? -Harry rió con impotencia- descuida Louis, no tienes porque preocuparte, estoy bien.

-Pues si de verdad lo estas, aceptarás hablar conmigo.

-¿Y qué pasa si digo que no?

Louis se encogió de hombros.

-Tal vez te obligue a limpiar mi habitación.

A Harry no le causó las menores gracias como Louis esperaba.

-Ya debo irme. -dijó volviendo a caminar a la puerta.

-¡Hazza necesito hablar contigo! -dijo bajando las escaleras de dos en dos y saltando la final para llegar más rápido a el y detenerlo. Le tomo por el ombro e hizó que lo volteara a ver. -¡Necesito pedirte perdón! ¿Acaso no lo entiendes?

Dijó con los ojos rojos a punto de llorar.

Harry lo miró, y lo que vió allí fue el dolor en extremo, a flor de piel...

La mirada triste, los parpados y las ojeras, las noches sin dormir, bailando entre nubes de cristal y sueños perdidos, entre realidades crueles y la asquerosa vida que llebabá viviendo desde hace unos meses.

Miró las lagrimas de Louis amenazando por salir y cerró los ojos.

Es hoy, o nunca más.