Capítulo 23 [Parte 4]

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Capítulo 23. [Parte 4]

Bajo la misma cara bonita.

Adentro el aire estaba infestado en calor y residuos que brillaban a la luz de los reflectores, iluminando cada cuerpo bailando y riendo sin preocupación.

Harry estaba nervioso, y eso era todo lo que necesitaba Charlie para no tirarse al suelo y rodar mientras reía, pues ganas no le faltaban.

En realidad lo que estaba haciendo ella era jalarlo hasta sumergirlo entre chicos que lo miraban mordiéndose el labio y el seguía resistiéndose a entrar, porque por favor, ¿Harry Styles en un club nocturno gay? eso es de locos. Pues entonces enloquecieron juntos porque cada vez la chica lo adentraba más y más a rastras entre los muchachos, de los cuales Charlie casi se lamentó de que fueran gais.

-¿Qué les corbo?- Ella sonrió cuando el chico de la barra más joven se adelantó a atenderlos.

-Quiero un trago no muy fuerte, para el chico -dijo sonriendo, para después cubrirse la mitad de la boca como si fuera un secreto solo revelado al chico del bar- es su primera vez en uno de estos.

El chico bar amplio su sonrisa y le guiño un ojo a Harry mientras intercambiaba miradas cómplices con Charlotte y se ponía de espaldas para preparar lo que sea que iba a preparar.

-Te odio por traerme aquí... -dijo Harry apenas lo suficientemente alto para que ella lo alcanzara a oír con la música. Ella lo miro con compasión porque parecía ser el filete más jugoso en el centro de una manada de lobos, porque los chicos más cercanos lo miraban mientras cuchicheaban y a Harry no le quedaba de otra más que bajar la mirada y observar lo interesante que eran sus manos.

-Vamos Haroldo, no está nada mal, mira nada más a esos papalotes de por allá -decía ella para hacerlo enojar o reír, lo que fuera primero- yo que tu aprovechaba y los apartaba solo para mí.

-Te odio te odio te odio te odio -le repetía con la mirada gacha y las mejillas enrojecidas. El chico bar volvió con una bebida azulosa con gotas frías escurriendo a los lados y le guiño el ojo a Charlie y ella le amplio la sonrisa, y no supo si era su imaginación o el chico bar la miraba demasiado.

-Deja de odiarme y trágate esto. -le dijo poniéndole en la cara el vaso el cual Harry sostuvo con duda.

El chico bar le sirvió jugo de mora azul a Charlie y el color era muy parecido, a lo que Charlotte solo tuvo que beber el frio líquido para que Harry también lo hiciera.

Para su mala suerte, el suyo tenía alcohol.

...

Un ojiazul soltó una risa mientras él y otro chico lo hacían girar en la pista, y el sentía los pies arderle de querer seguir así y nunca parar, y podía ver a otros chicos aplaudiendo y veía los colores tan brillantes que podía jurar que el arcoíris estaba aquí para verlo, y los chicos tenían sonrisas hermosas y Harry tenía la cara dolorida de tanto reír, cantar y gritar.

A los lejos estaba una Charlie sentada en la barra, platicando animosa junto al chico bar y mirando a su amigo el ruloso divertirse como nunca antes.

Los chicos que lo sostenían por las muñecas no se preocupaban por tocar la piel escocida y cicatrizada, pues en ese momento lo único importante era vivir. Y Harry estaba perdido entre la copa del líquido azul y su propia razón había querido salir a bailar con un ojiverde de cabello lacio y manos suaves.

Richard y Yogui lo sostenían por las muñecas y giraban y giraban, y cuando alguno estaba a punto de tropezar, los chicos de fuera que los miraban los regresaban al círculo y seguían girando, y todo se sentía realmente bien.

Y Harry descubrió esa noche porque el alcohol era tan bueno.

Cuando alguien se va  |Larry & Ziall| {LCFNL2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora