Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}

Capítulo 4 [Parte 1]

A veces pensamos mal de alguien, y ese alguien no merece eso.

Los ojos verdes abrieron lentamente, parpadeo acostumbrándose a la luz que le recibió deseosa. Se sentó y froto sus ojos con ambas manos. Un bostezo le sobresalto antes de respirar por completo.

Eran probablemente las 9 o 10 de la mañana, el frio era tremendo.

En un movimiento la chaqueta de cuero negro callo de sus hombros a su regazo, la observo confundido, recorriendo al mismo tiempo con sus ojos la casa.

Recordó la noche anterior.

Pisadas le sobresaltaron de un minuto a otro, y se encontró con Zayn bajando por las escaleras del segundo piso. La mirada serena y cansada, lo alcanzo y en un intento de sonrisa se acercó a la mesa a un lado de los sofás, donde se encontraba Harry.

-Lamento lo de ayer... -dijo rascándose la cabeza- solo quería... -exhalo y cambio de tema- te traje algo -tomo una caja de unicel y la puso frente a su rostro, en señal de que era de Harry- es una hamburguesa, espero no te moleste y -movió las manos incomodo- le pedí a la mujer que no la hiciera con tanta grasa...

-Gracias -dijo Harry incómodo.

-¿Puedes...? -hizo un gesto con las manos moviendo las palmas hacía arriba.

-Perdón, ¿Qué? -Harry no entendió.

Zayn bufo.

-Sácate el abrigo, Harry.

Styles lo miro dudoso sin comprender y Zayn giro los ojos.

-Que te saques el abrigo. -lo miro apretando la boca.

Styles obedeció con algo de miedo.

Se quitó el delgado abrigo y quedo en camiseta.

-Tengo frio... -dijo mirando al suelo al ver como Zayn lo miraba.

-¿Si?, también necesito que te quites la polera.

Harry lo miro perplejo.

-¿Para?

Zayn bufo y se acercó a Harry, dispuesto a quitarla el mismo.

-No espera... -dijo nervioso- ya voy...

Con nerviosismo se quitó la delgada tela dejando al descubierto los huesos más marcados de lo normal y algunas grandes manchas azules se alojaban en su torso... e intento cubrir con su antebrazo la gran marca que aún le seguía después de todo este tiempo. 

Zayn exhalo.

-Quédate aquí -dijo, y antes de que Harry pudiera preguntar, Malik subió las escaleras de nuevo.

Los ojos verdes bajaron la vista a las marcas azules y moradas... oscuras, las roso con las yemas de sus dedos y tembló ante el contacto. Un dolor ardiente recorrió su espina hasta la punta del dedo, hasta ese momento no había notado lo dolorosas que eran las marcas, se movió, y lo comprobó aún más.

-Te dije que no te movieras -bajó Malik con un frasco blanco.

-¿Qué es eso?...

-Desinflamante -lo miro- para esas, y eso -señalo el rostro. 

Harry toco su cara y el dolor volvió a surgir... se estremeció.

-Levanta los brazos -ordeno el moreno.

-¿Qué? -pregunto Harry nervioso, pegando más a su cuerpo ambos brazos cuidando de la vista la gran palabra gravada en su piel.

-Aparta las manos. -ordeno molesto.

-No. -Zayn arrugo la frente.

Cerro los ojos y cuando los abrió se acercó a zancadas donde Harry.

-¿Qué haces? -se sobresaltó ante la rudeza de las manos frías sobre su piel.

Zayn retrocedió medio paso cuando logro deshacerse del impedimento de Harry.

Harry bajo la vista y Zayn trago.

-¿Cuando? -dijo seco.

-No importa, hace mucho...

Fat, desgarradoras marcas de una navaja mutilando la piel de una pobre alma cegada, gritando en su mente por piedad pero sus manos haciendo lo contrario. Se había rebanado la piel y algunas líneas aún seguían impresas en color rojo.

Zayn cerró los ojos y exhalo.

-No te muevas -se acercó y con cuidado, coloco la fría sustancia sobre la piel del castaño, que se estremeció ante los roses.

-para... me duele... -pidió Harry apretando los ojos.

Zayn ignoro la súplica.

-Me duele Zayn... -lagrimas escaparon de sus ojos cerrados mientras apretaba la boca.

-Apuesto a que esa cosa dolió más, y eso no te detuvo. -dijo frio refiriéndose a la cicatriz.

Harry trago y aguanto el dolor en llanto silencioso.

Si, aún recordaba eso. ¿Cómo olvidarlo? Si lo veía cada mañana al despertar y cada mañana al dormir... ¿Cómo no notarlo?, si estaba gravado en su piel.

Se había arrepentido, muchas veces.

Y frente a todos había sonreído y reído, mientras que esas heridas se infectaban luchando por sanar.

Había guardado su dolor para el mismo, a pesar de que por dentro lo había gritado hasta que la vos se acabó, y nadie le escucho.