Capítulo 18

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Capítulo 18.

Compro sueños rotos por precios razonables.

Al final del día se abrigo muy bien del frío, soplando aire caliente hacía sus pálidas y congeladas manos mientras un gorro de lana tejido por mamá cubría su cabeza, y una bufanda a juego cubría su cuello.

Después de caminar hasta llegar a casa, unas 6 o 7 cuadras de distancia a lo mucho, Harry se abalanzó a su cama tapándose con edredones y mantas suaves que le recordaban cuando era tan solo un bultito cargado por su madre.

Era tarde y mañana sería colegio, bostezó cansado y acomodó más su cabeza a la almohada esponjosa.

El viento golpeaba contra los cristales con fuerza, mientras soplaba como si de exigir se tratará, y con el escandaloso ruido no pudo pegar un ojo durante la primera media hora.

Harto de no poder dormir, se levantó y fue a su buró a buscar su par de audífonos y su mp3, hacía mucho que no escuchaba música.

Rebusco entre camisas y calcetines y se detuvo en seco al sentir un corte frio y húmedo en su índice derecho. Retiro por instinto el dedo a tiempo para ver una rasgada llenándose de sangre para formar una sola pero regordeta gota roja que rodo hasta la base de su dedo. Llevo la herida a la boca y chupo un poco llenándose la saliva de sabor a hierro e ignorando que meses atrás le tenía miedo y asco a la sangre.

Retiró las prendas guardadas hasta toparse con lo que en cierto modo, había intentado y logrado olvidar.

Allí abajo de todo, se encontraban sus viejas navajas oxidadas y sucias, alrededor de cinco que le trajeron horribles recuerdos en menos de un segundo. Tomo una de ellas, la que le llamo la atención por su brillante rojo carmesí de nueva impregnación y la llevo frente a sus ojos, donde trago en seco al mirar el objeto y el dedo manchado.

Volvió a tragar tratando de llevar pensamientos lógicos a su cabeza.

Se estremeció y con mucho cuidado saco las navajas de su escondite, las tomo todas entre dos de sus dedos y las llevo hasta el cesto de basura de su habitación, donde miró desde arriba sus dedos cargar con semejante peso que el cargaba en el alma.

Cerró los ojos y exhalo.

-Tal vez aún las necesite -se sorprendió al escuchar esa tímida vos en el fondo de su mente y se estremeció con pánico, y tratando de olvidarse por completo del comentario arrojó los 5 metales puntiagudos alejándose de ellos con una última mirada clavada en lo que alguna vez de manera enferma llamo, "sus amigas".

Se dio la vuelta aun tratando de ignorar lo ocurrido, se sacó la chaqueta y la camisa ignorando por completo el frio y la desnudez, para ponerse un pijama azul de tela polar que lo abrigo desde el primer momento en que rozo su piel.

Un aire gélido entro desde la ventana y solo pudo abrazarse los brazos para mantener el calor.

Y luego pensó, ¿Un aire frio?

Alzo la cabeza en ese instante en que sintió el frio del peligro recorrer su cuerpo y calarse hasta el más profundo punto de sus huesos, miró la ventana abierta y las cortinas volando con el aire tan gélido y allí, parado a un lado de esta estaba Louis, con la cabeza medio inclinada a un lado mirando tímido a Harry y mirando después al suelo.

Eso de entrar por su ventana debería ser karma por hacerlo también en la casa de Niall.

-¿Qué haces aquí? -trato de sonar frio pero no le salió como esperaba.

-¿Pue... puedo quedarme aquí? -pregunto moviendo un poco su pie en el suelo.

Harry pensó no haber escuchado bien, ¿Ese era Louis? Creyó que era una pesadilla y comenzó a mirar en la habitación algo que le delatará que era así, pero solo logro preocupar a Louis.

-Hazza...

-No me llames así -le clavo los ojos, nervioso y algo asustado.

Louis exhalo.

-Porfavor... no tengo donde ir...

Harry lo miró, el chico aquel estaba en la misma ropa con la que lo había visto la última vez, tenía el pelo alborotado y le castañeaban un poco los dientes, además de que su piel desnuda de los brazos delataban puntos rojitos de pequeños piquetes de aguja.

Harry estaba en blanco.

-Hazza...

-Cállate -le ordeno mirándolo con pánico, miedo, terror, todos aquellos sentimientos propios de estar frente al cuerpo demacrado de la persona que amas.

Louis clavó su mirada al suelo y cuando la levanto se asustó al ver como Harry se debatía en pensamientos, alejado de la realidad con la vista clavada a la pared.

-Largo, largo vete de aquí -dijo cuando se dio cuenta de que el mayor se acercaba a él.

Se acercó con cuidado ignorando las ordenes y estiro su mano para tocar a su pequeño Harry, pero este retiro el brazo con brusquedad mientras temblaba un poco.

Retiró la mano y la miró, su mano era peligrosa, todo él lo era... Cerro los ojos con la respiración entre cortada al ver a Harry desecho a un lado de él, y verse a sí mismo de la peor manera posible, tan sádico y cruel, tan peligroso, tan fuera de sí.

Trato de volver a tocar a su mejor amigo, a ese a quien más quería en este mundo y por su propia causa había dejado caer.

Miró al techo cuando el pequeño volvió a alejar su cuerpo del mayor y lágrimas se acurrucaron en sus ojos.

¿Qué es lo que había hecho?

El ojiazul se sintió un monstruo, y las lágrimas escurrieron a sus mejillas, y cansado de todo intento una vez más.

Sus temblorosas manos atraparon las muñecas del aterrado niño, y antes de que pudiera reaccionar lo atrajo a su cuerpo para calmarlo con su calor.

Pero Louis estaba helado, y Harry comenzó a llorar.

De miedo.

Louis cerró los ojos tan triste, y esos hermosos ojos azules llenos de lágrimas miraron al pequeño destrozado en sus brazos, llorando y temblando de miedo, y aun así aferrándose al mayor.

Y Louis miró con dolor las cicatrices de los brazos de ese niño que tanto amaba, y lloró aún más fuerte, deseando haberse quedado cuando pudo y ayudarlo cuando aún era tiempo.

Pregunto a Dios en silencio "¿Qué debo hacer?" y al girar la mirada al frente, lleno de dolor, sus ojos se encontraron con otro par de ojos azules que lo miraban sentado en el piso frente a la cama, con la cabeza un poco girada a la derecha observándolos a ambos, con tristeza y otra cosa que Lou, no pudo reconocer.

Se miraron, o más bien Louis lo miró a él, y cuando Niall aparto la vista del tembloroso Harry que escondía su rostro en el pecho ajeno; y se encontró con el par de ojos de Louis, le sonrió.

¿Qué es la vida si no hechos y acciones? pensamientos, personas y sentimientos.

La vida es un rio calmado que se topa con paredes que lo hacen romper, y la tranquilidad se puede perjudicar desde lanzar una pequeña piedra, hasta cuando el rio choca con otro.

El final es hermoso, y llega cuando por fin el rio llega al mar, donde ya todo puede ser quietud.

O no.

Enseñanzas.

Louis abrió los ojos y se encontró en la misma cama de hace unas horas, olorosa y manchada de todas las sustancias creíbles, sus ojos azules marchitados por las drogas de anoche habían llenadose de lágrimas por aquel pequeño encuentro con su subconsciente, sus deseos y sus sueños.

Sus sueños,

Todo había sido un sueño.

Cuando alguien se va  |Larry & Ziall| {LCFNL2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora