Dame un poco de tu tiempo, quiero compartir mis emociones.
Harry miró el paquetito, envuelto con torpeza y dejado a la deriva sobre "El bienvenidos" olvidado en la puerta de su casa. Lo tomo y con las manos temblando, descubrió el color azul del cuadernillo.
Abrió la puerta de su casa para no preocuparse si cerraba o no. Arrojo sus cosas a cualquier lugar del pasillo y se encerró en su cuarto.
-¡Harry! –llamo Gemma desde la cocina.
Desgarro el papel de estraza hasta encontrarse observando el color de los ojos de Niall entre sus manos, justo fue allí cuando se quedó en blanco.
Sus dedos temblaron al rozarse sobre la cubierta plastificada y las lágrimas llenaron sus ojos, su sombra era lo único que quedaba en el frio día de invierno. Su mente le decía que pensara un poco antes de abrirlo, advirtiéndole que lo que había dentro no era un cuento de hadas.
La ignoro y ojeo rápidamente los rincones del cuadernillo, sus ojos abiertos se encontraban perdidos en las hojas rellenas de palabras y algunos dibujos. Las hojas pasaban frente a sus ojos y de repente, al llegar más allá de la mitad del diario encontró las hojas maltratadas, llenas de tinta, agua había caído en gotitas sobre ellas y algunas manchas de sangre habían caído accidentalmente sobre la letra deformada por una mano temblorosa.
Sus ojos recorrieron con la misma velocidad que pasaba las hojas, y sus manos apenas si podían sostenerse. Llego a la última hoja, donde Niall había tachado muchas cosas. Forzó a sus ojos a leer aquellas letras ya deformes y las lágrimas comenzaron a caer en grandes cantidades sobre la hoja.
La última fecha escrita era de un día antes del accidente, el ultimo día que Niall tuvo su diario.
Octubre 11.
Necesito que alguien me diga que estoy bien, que me diga que va seguir conmigo hasta verme sonreír.
Yo estaré con esa persona por nunca dejarme solo. Quiero pintar nubes en mis sombras, e iluminar la vida en la que me he metido.
Siento que me quemo, no puedo seguir así.
Veo a Harry cada vez más al fondo que yo, quiero ayudarlo.
Pero no puedo ayudarlo, porque estoy cayendo junto a él. ¿Podrías ayudarnos?
Soy una persona horrible, he provocado tantas cosas. Soy el problema, por ser un alma tan pequeña. Quisiera ser fuerte y poder afrontarlo todo, pero no soy más que la simpleza que ya soy. Quisiera ser como Louis, que siempre tiene esa gran sonrisa y esa gran felicidad a pesar de todo. O con los pies en la tierra como Liam, que siempre sabe qué hacer. O Sofi, que se divierte y sabe cómo arreglar los problemas en los que se mete. O como Zayn, que es el hombre más rudo que conozco, pero tiene un hermoso corazón.
Quisiera saber qué hacer, que decir. Quisiera cambiar lo que se tenga que cambiar, y no decepcionar a nadie. Ni a mí mismo.
Quiero sacar a Harry de ese fondo, pero abro los ojos del sueño y me veo incapaz de tomar su mano, pues igual sigo cayendo.
Ayer Harry me pregunto sobre las cicatrices, me pregunto cuántas eran... Llegué a casa y las conté, diario, pero, perdí la cuenta después de unos minutos. No pude evitar llorar, por Dios, estoy mal, mal MAL!
¿Quién soy? Podría alguien tomar mi mano y decirme ¿Qué es lo que hago?.
Los ángeles quieren volar, pero voy a ser fuerte.
Te lo prometo, a ti y a Zayn, les prometo que voy a ser fuerte.
Y sacaré de ese mundo a Harry, ya veras, tenga que hacer lo que tenga que hacer, voy a ayudar a mi amigo. Nadie merece soportar estar tan bajo, nadie debería sentir eso.
Voy a ser fuerte por todos ellos.
Lo seré, ya verás.
Te lo prometo.
Capítulo 12. [Parte 2]
Aprende a enseñar, enseñando aprenderás.
Se dejó caer sobre la puerta de su habitación y trato de oprimir los gritos de llanto que rogaban por salir de su garganta.
El pecho le apretaba y la garganta le ardía, las muñecas le escocían como el demonio.
Escucho pasos aproximarse a su habitación. Alguien toco a su puerta.
-¿Harry? -Era Gemma- ¿Estás bien?
Trato de tragar su llanto y paso una mano enjuagando sus lágrimas.
-Sí, estoy bien -pero su vos notaba lo contrario.
-¿Puedes abrirme? -preguntó Gemma del otro lado de la puerta.
Harry negó pero el gesto no lo pudo ver su hermana.
-Porfavor, Harry... -dijo ella bajito, preocupada.
Harry volvió a limpiarse las lágrimas y con todo el esfuerzo del mundo giro la perrilla de su puerta.
Su hermana entro y al verlo, se hinco junto a él y tomo su cabeza para pegarla a su pecho.
Las lágrimas de Harry de desprendían de sus ojos y bajaban hasta rozar la ropa de su hermana.
Gemma había viendo en ayuda de Harry cuando se enteró de lo que le ocurría a su hermano. Lo había acompañado a una que otra sesión con la doctora y su psiquiatra, pero no siempre podía pues tenía que mantenerse ella y a su hermanito.
Gemma era el vivo ejemplo de una persona que lucha y no se deja vencer, había ido a vivir con su padre para estudiar, pero en el camino a graduarse había quedado embarazada.
Papá le había gritado y hecho llorar. Su novio era tan niño como ella y no supo cuando fue que el la obligo a renunciar de la pequeña criatura de su vientre, y la había obligado a abortar. Mamá estaba lejos de ella y no había nadie más en su familia que le ofreciera apoyo. Estaba sola en el camino a la depresión.
Y entonces mamá había tenido un ataque al corazón. Gemma tuvo que dejar de lado sus propios problemas para ayudar a su familia, en especial a su hermano. Y ahora, después de dos años, había vuelto para terminar el trabajo de nunca más dejarlo solo.
El chico se aferró con fuerza al cuerpo delgado de su hermana, y ella acarició el cuerpo maltratado y roto de su hermanito.
-Tranquilo... -repetía ella mientras frotaba la espalda del chiquillo y este hundía más su cabeza en el pecho de ella.
Lo recordaba en pañales corriendo tras de ella, y ella en vestido y coletas fingiendo correr despacio para que su hermanito la alcanzara.
Recordó a mamá cargarla en brazos mientras papá le daba cucharaditas de papilla a Harry.
Recordaba su sonrisa sin preocupaciones de galán, ¿A dónde había ido su sonrisa?.
Cuando regreso se encontró con un Harry roto hasta los huesos. Roto de corazón y quebrado de cuerpo. El cabello sin brillo y las ojeras lo recibieron en un intento de sonrisa, y lágrimas. Lo abrazo fuerte y se arrepintió al sentir la delgada figura entre sus brazos. Sintió que en cualquier momento se quebraría aún más aquella figurita.
De un mes para acá, ya había recuperado más de 11 kilos de su peso original, pero aún seguía sin estar a salvo. A salvo ¿De qué?, de dos cosas: aún tenía secuelas de anemia y aún esa vos en su cabeza que le había provocado aquello, podría regresar.
Por eso prometió que nunca más lo dejaría solo, y siempre estaría ella para él.
-Ya ya ya -lo trataba de calmar entre sus brazos como las madres sueles hacerle a sus pequeños cuando lloran- todo está bien Harry, dime que pasa...
Harry lloraba pegada a ella y ella recargo su barbilla sobre la cabeza de él, y siguió a su lado.
-Todo está bien, Harry, yo estoy aquí...
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Cuando alguien se va |Larry & Ziall| {LCFNL2}
FanfictionCuando al mundo se le ocurre ser caprichoso, tienes dos opciones: Caer o seguir intentando. A Harry le han dado otra oportunidad para optar por la segunda opción. Ahora, él tendrá que aprender las bellezas de la vida mientras intenta resistir a los...