Sin mi

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Los días transcurrieron vacíos, al menos así se sentían. Los mensajes diarios de Natasha preguntando si me encontraba bien, que debíamos hablar me hacían dudar demasiado, pero. Si ella es espía y acostumbra a hacer esto, es obvio que sabe como llevar sus técnicas. Lo sabía por mi amiga Ángela, siempre me decía sobre aquellas cosas en sus películas de "amores fallidos", incluso de su propia experiencia con un ex novio.

Mi trabajo cada día era más pesado, pero estos días lo estaba agradeciendo. Mantenerme todo el día en el edificio era mejor que estar en un departamento completamente sola y sufriendo.

Era jueves, el tan esperado día. Ángela había estado haciendo video-llamada dos veces por día asegurándose de que no cayera en un colapso mental y de esa manera no estar del todo sola. Esa mujer era mi hermana de otra madre, era realmente reconfortante tener alguien como ella. Salí del trabajo pidiendo permiso a las 6 de la tarde para poder ir a cambiarme. Ángela insistió en vestirme mejor. Tenía que aceptar que Ángela era mi pequeño angelito en el hombro, siempre susurrando las cosas buenas que debía hacer.

Angela se había encargado de mandar una caja de alguna tienda a mi departamento, era una caja con empaque azul y moño dorado, demasiado elegante. Tenia un enorme miedo de que ella haya elegido algo totalmente extremo, ella siempre era extremista con su ropa y claro, todo le lucia genialmente, pero no a mi. Me ponía nerviosa al solo imaginar diversas prendas escotadas o reveladoras, Dios me ayude.

Abrí delicadamente el moño y un hermoso vestido gris yacía ahi. Un pequeño escote enfrente donde se arrugaba un poco el vestido, era algo ajustado en la cintura, se podía ver, pero nada exagerado. Lo demás era suelto y para mi fortuna, era largo. Angela había hecho un buen trabajo, la amaba mas que nunca. Unas pequeñas zapatillas color negras que venían al final de la caja era lo único que había. Acomode todo en la cama y fui rápido a darme una ducha, odiaba ir sucia a cualquier lugar. No fue mas de 10 minutos, seque mi cabello y hoy, parecia estar colaborando. Un lacio imperfecto hacia ver mis facciones mas resaltadas, enchine un poco mis pestañas, una ligera capa de corrector para ocultar el cansancio, un poco de labial ligeramente camersi, era mas un protector para labios.

Un poco de rubor, ropa interior adecuada y accesorios. Coloqué las zapatillas y di un vistazo en el espejo. Wow, me veía, yo. Era hermosa, realmente lo era. Una pequeña lágrima rodó por mi mejilla, es que, odiaba ser tan sensible después de los problemas con mi padre. La limpie en seguida y tome mis cosas para salir. Me detuve una vez cerré la puerta principal del departamento, un mensaje de Natasha había llegado.

"Por favor, no faltes. Quiero verte"

Solo leerlo hizo que un nudo se formara en mi estomago, odiaba como ella me afectaba en un solo mensaje.

En cuestión de media hora ya me encontraba estacionada en la entrada de aquella casa, sentía el corazón en la boca. Sabía que algo no saldría bien, pero es que con Tony nunca salía nada bien. Toque el timbre después de estarlo pensando un tiempo, es que aunque tardará, ellos sabían que ya estaba ahí. La tecnología de Tony jamás dejaría pasar un milímetro de su casa sin que Tony lo supiera.

-Hey-se me erizo la piel al escuchar su voz-Pensé que no vendrías.

Sus dedos delgados y fríos hicieron que alzara la mirada lentamente. Un vestido negro y largo perfectamente hecho para ella estaba en su cuerpo. Ella tenía aquella sonrisa torcida tan peculiar de ella y sus ojos tan intensos en aquel maquillaje que hacía ver su mirada más felina que de costumbre. Se veía hermosa. Reprimí mis pensamientos y aparte la vista de ella, Pepper llego a mi rescate.

-Hola, cariño.-me dio un cálido abrazo-Te ves espectacular.-sonreí tímidamente y ella dejó un corto beso en mi frente.

-Gracias, yo. Tú sí te ves preciosa-un carraspeo detrás de mi.

Bad romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora