Cumpleaños

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7 meses de embarazo

Amaba los fines de semana porque solo significaba que podía quedarme en casa para estar más tiempo con mis pequeños. Natasha solo tenía una clase los sábados por la mañana y el resto del fin de semana, era toda nuestra.

-Niños, no dejen sus juguetes regados. Fanny los morderá.-regale al aire sabiendo que probablemente no me escucharía-¡Romanoff's!

-Entendido, mami.-grito Sophia obediente.

-¡Ti!-el pequeño Harry aun no hablaba muy bien.

Termine colocando todo en su lugar. El cuarto de juegos siempre era un desastre los fines de semana. Pase mi mano por mi enorme, enorme vientre. Según mi obstetra este y el próximo mes serían donde más cansada estaría, pues mi bebé era inmensa.

-Natalia, deberíamos aprovechar para...¿qué hacen?-fruncí el entrecejo ante la imagen frente a mi-Baja a Harry.

-Vamos, le gusta.

-No puedo creer que eres una niña cuando se trata de tus hijos.-rodé los ojos-Si el niño se cae, te juro por mi vida, Natasha, que desearás no haber nacido.-sentencié al ver como Harry reía colgado de un arnés escalando la pared.

-Entrene escuadrones de agentes sin que les sucediera nada, se como cuidar a un niño en la pared.-respondió en defensa cruzando sus brazos-Debes confiar más en...

-¡Mamis!-el grito de Sophia y el golpe de Harry nos hizo girar.

Harry comenzó a llorar en el suelo de donde Natasha lo levantó desatándolo al instante. ¿Ahora ven lo que digo? Lidio con tres niños en casa y un bebé dentro de mi. Que Dios me de paciencia.

-Te dije que se iba a caer. Dame a Harry.-regañe a la pelirroja recibiendo a mi bebé lloroso-Tranquiló, cariño, no ha pasado nada.

-Cai...-balbuceó entre lágrimas-Dele.

-¿Qué te duele, cariño?-limpie sus mejillas regordetas de las lágrimas.

-Pie.-señaló.

-Hay que ir al doctor, Natasha. Prepara la camioneta.

-Lo que órdenes.-tomó a Sophia saliendo de la casa preocupada.

-Vamos, cariño. Déjame ver.-quite su calcetín encontrando su tobillo rojo-Juro que la aniquilare.

-No, pie no.-pidió llorando aún más.

-No, enano. Tu pie no. Vamos al doctor.

No tuvimos que esperar mucho sabiendo que trabajaba en el hospital también, atendieron a mi pequeño de forma rápida. Natasha parecía nerviosa y yo en verdad no quería discutir con ella por no obedecer la regla de no cosas peligrosas en casa.

-No fue nada de que preocuparse, solo un pequeño esguince. Ya está vendado su tobillo y solo deberían seguir poniendo hielo en cuanto lleguen a casa. No hay nada de que estar preocupados, Katherine.-sonreí aliviada al ver a Harry más relajado-Es muy fuerte. Te ganaste un dulce.

-¡Ti!-brinco alegre recibiendo la paleta-Papo, papo.

-Voy, cariño.

Coloque su tenis en su otro pie y remangue el pantalón en el pie lastimado. Harry comía su paleta sonriente mientras Natasha estaba en una esquina observando todo.

-Es muy normal los incidentes así en los niños, no debes sentirte culpable.-tranquilizo Oscar-Las dejare solas. Nos vemos luego, pequeño.-Harry se despidió con un gesto de manos.

-Perdón, no debí llevar eso a casa y menos dejar que lo usaran.

-Si, no debiste.-bajo la cabeza-Cariño, hay lugares donde pueden escalar, hay un lugar de juegos en el centro comercial que tiene eso. Es más seguro que hacerlo sin protección en casa.

Bad romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora