Mal romance

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El agua tibia caía con delicadeza en mi cuerpo lleno de moretones y cortadas. Relajaba un poco los músculos lastimados por todo lo ocurrido.

Si me hubieran dicho hace un año que algo así me habría pasado, jamás lo creería. Un romance que te lleva al peligro, te pone en riesgo y escapas de la seguridad nacional de Estados Unidos con una mujer que está siendo buscada solo porque, estás enamorada de ella. Si, escape con ella. Escape con aquella mujer con la que aún me siento molesta, pero de la cual no puedo sacar de mi cabeza y al parecer, de mi corazón.

Después de que Ross llegara por Natasha, Tony hablara conmigo reprendiéndome por ocultarle el paradero de ella, aunque luego cayó en cuenta que fue secuestro debido a las fotos que los agentes le enviaron de mi apariencia, solo así creyó la historia, pero, eso había perdido valor cuando decidí salir huyendo con Natasha de aquel auto blindado.

Envolví mi cuerpo en una toalla, cepille mis dientes y salí de aquel baño pequeño. Saque la ropa de la bolsa que Natasha había dejado ahí para mi, coloque las cremas que estaban en la cama extendidas como un papelito enumerando cuál iba primero. Una pastilla que con una pequeña nota de "tómame" y un jugo de manzana que tenia un "bébeme".

En serio que trataba de seguir enojada con ella por hacer que casi muriera en aquella ciudad flotante golpeada y después por arrojarme en paracaídas. Trataba de seguir molesta con ella, pero sus acciones me lo impedían. Tome todo lo que ella dejo y coloque la ropa interior, la blusa blanca y una sudadera gris, los pantalones que dejo y mis calcetines y las botas bajas que ella dejo para mi.

Natasha había salido a comprar, su amigo nos había dejado listo el lugar donde estábamos y nos consiguió documentos falsos para salir de donde estábamos. Ahora estamos en Noruega, en una pequeña casa lejos, demasiado lejos de todo.

Salí secando mi cabello con una toalla y comencé a buscar en la cocina algo de comida, solo había pizza fría, botellas de agua, refrescos y helado, dos botes de helados. No me apetecía nada de eso, tome el control de la televisión y me acomode a ver el catálogo, hacia un poco de frío. La puerta fue abierta de golpe y giré con miedo, el aire volvió a mis pulmones cuando vi la cabellera roja de Natasha.

-Tranquila, estás a salvo conmigo.-ride los ojos y volví la vista a la tele.

-Si, igual que cuando Dreykov estaba golpeándome.-dije de mala gana.

-Traje comida, fruta y café. Hace frío.-la ignore-¿sabes que en algún momento tendrás que hablarme?-no respondí-Bien, así lo quieres.

Dejo las bolsas en la mesa y se acercó a mi, dejo los documentos, los pasaportes y licencias falsas y las legales. Levante el rostro sin entender.

-No fue mi intención hacerte pasar aquello, no podía defenderte por un control que él ejercía en mi, por eso corte el nervio golpeando mi nariz fuertemente.-se veía seria, pero dolida-¿no me soportas? Bien, tienes dinero, papeles y todo para poder irte, Katherine. Puedes regresar a Estados Unidos y prometo que no te detendré porque no te quiero aquí a la fuerza, pero quiero que sepas que no quiero que te vayas, quiero que decidas quedarte conmigo porque estoy enamorada de ti.-suspiró con los ojos rojos-Estoy tan enamorada de ti y te juro que sí decides quedarte nadie te hará daño, te protegeré antes que a mi y lo haré porque quiero que estes conmigo, que estés a salvo. Solo, por favor...-se acercó y se puso de cuclillas tomando mis manos-Decide quedarte.

Supe que estaba llorando cuando sus ojos verdes cristalinos vieron directo a los míos, su mano derecha limpio mis lagrimas y yo me acerqué para besarla. De todo lo que había pasó las últimas 38 horas, ser golpeada, aventarme en paracaídas y desmayarme, escapar de la ley estadounidense y de mi padre a otro país. Todo eso había desaparecido con eso.

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