De regreso

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Romanoff-susurre y ella suspiró-Hora de ir a la cama, amor.-sonrío ampliamente aún con los ojos cerrados.

-¿Me dijiste amor?-me abrazo más a su cuerpo-me gusta que me digas así.

-También me gusta. Vamos a dormir.

-Bien.

Se levantó con pereza y yo apague la televisión. Ella subió a la habitación mientras yo coloqué los trastes en la cocina, más por mi voluntad porque ella se ofreció, solo quería pensar un rato. Una vez deje todo fuera del alcance de Sophia y la sala con todo acomodado, me metí en la cama donde Natasha ya estaba solo en una playera suya gigante acostada. Palmeó su lado abriendo sus brazos, quite la ropa y me metí sin pensarlo mucho, ella me abrazo pero esta vez quería yo dormir en su pecho, sentirme segura bajo sus brazos.

-Te amo.-susurró en voz ronca y somnolienta.

-Te amo tanto, Natalia.-dije en el mismo tono.

Suspiro pesadamente y luego su cuerpo se relajó pero sin soltar su fuerza de mi abrazo. Cerré los ojos lentamente inhalando su delicioso aroma, sus ritmos cardiacos calmaban un poco los nervios que sentía, acaricié con las llamas de mis dedos los brazos de Natasha, su piel era suave y luminosa. Abrí los ojos volteando a ver el reloj de la mesita, 4:25 a.m. me separé lentamente de ella y un quejido salió de su boca. Entre al vestidor buscando las maletas de mano guardando ropa necesaria, tome la maleta de Natasha guardando sus cosas también.

Salí silenciosamente a la habitación de Sophia, tome una maleta y guarde también lo necesario de ropa, otra mochila donde guarde sus medicamentos, vitaminas, sus inhaladores por caso de emergencia para su asma. Tome unos juguetes y deje todo en el pasillo. Odiaba tener que hacer esto.

Entre de nuevo para buscar la ropa de Sophia y ella ya se encontraba sentada en su cama. Eran las 5 de la mañana.

-Mami. Ya me madrugué.-reí levemente y me acerqué a ella.

-Es muy temprano, cariño.-bostezó tallando su ojo con su manita-Eres la niña más hermosa del mundo.

-Lo sé. Naty dice que soy más bonita que ella.-sonreí tomándola en brazos.

-Lo eres. Serás toda una rompe corazones.-negó haciéndome reír-Los niños irán detrás de ti como animales.

-No mami, los niños son feos.-su cara de asco era gloria-Son descuidados y Naty dice que les pateare el trasero.

-Nat es muy posesiva y celosa, amor.-comencé a depilar su cabello una vez en el baño-Cuando seas grande serás la envidia de toda la escuela.

-Yo quiero estudiar en jupitel, es mucho diferente.-me quede observando mi reflejo del espejo.

-Cariño, en Júpiter no hay escuelas.-tome unos ligas y listones-Aunque no estoy muy segura con todo lo que ya hay hoy en día, probablemente en algún otro planeta si haya.

-Naty dice qué sí hay, dice que...un sujeto del cielo vive ahí, no era Dios.

-Ah, yo. Bueno, supongo que se refiere a Thor, si. Viene de un lugar que los humanos conocemos solo de libros.-comencé a peinar su cabello en una coleta alta-Pero no irás a estudiar allá.

-¿Pol qué? Ya te quedaste con Naty, yo puedo ir a estudial en Jupitel o puto.

-¿Puto? Cariño, es Plutón.-comencé a carcajearme y ella igual-Oh, no puedo creer lo que acabas de decir. Vamos, buscaré ropa para ti, andando.

-Bueno, quielo podeles. Volar sería incleible y quiero rayos en los ojos.-me siguió brincando y dando vueltas-¡Ya se!-su grito me sobresalto-Quiero convertirme en muchos animales. Si, si.

Bad romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora