Mis poderes fueron de gran ayuda, a pesar de que me dejaban completamente agotada después de usarlo, lo hice. No iba a dejar que Wanda, Pietro, Clint y Scott estuvieran presos por la culpa de cosas estupidas. Aunque en mi cabeza pasaba continuamente que yo sí debía firmar, algo de control en mi por si algún día yo...resultó un peligro.
-Deja de pensarlo, juro que golpeare tu trasero si sigues con lo mismo.-Natasha se sentó a mi lado-Te traje una manzana y agua, para que comiences a reponer energías.
-Gracias.
-¿Estas bien?-Pregunto Wanda.
-Si, perfecta.-le di una sonrisa fingida.
-Bien, solo...gracias. Sin tu ayuda no habríamos podido salir de ahí.-me encogí de hombros.
-No fue nada.
Steve llevaba el mando del quinjet. Todos serían dejados en el lugar que habían pedido, bueno, solo Clint y Scott. ¿Mencione que es el hombre hormiga? Se hace muy pequeño y luego, es un gigante que puede hacer puré con solo recargar su dedo índice en ti. Sam se iría con Steve y alguien llamado Bucky. Los gemelos se quedarían en un punto cerca, donde puedan estar en contacto entre ellos mismos y yo. Solo quería llamar a Ángela y decirle que estaba bien.
Esperamos llegar a un lugar seguro, hasta dónde entendía, dónde estaba el tal Bucky. El quinjet llegó a tierra y los gemelos, Sam y Steve comenzaron a bajar dejándonos a Nat y a mi atrás.
-¿Estas bien?-asentí.-Buscaremos dónde estar, estaremos bien, ya lo verás.
-Solo necesito avisarle a Ángela que me encuentro viva y a su madre, ella estará preocupada también.-asintió algo incomoda.
-Lo haremos abajo, necesitas comer algo y tomar una pastilla para evitar tu jaqueca.-se levantó dándome su mano para ponerme de pie.-Andando.
Parecía molesta después de mencionar a Ange, no se porque realmente. Decidí seguirla quedándome unos pasos más atrás de ella, no quería que discutiéramos, estuvimos en un mes perfecto. Entramos a una pequeña casa, muy pequeña y con fachada descuidada, entre cuando Natasha me cedió el paso. Solo estaba un hombre alto, cabello negro algo largo que tenía rostro de pocos amigos. Steve y Sam aparecieron poco después cambiados a ropa común.
-Katherine, te presento a mi mejor amigo. Bucky.-señaló al hombre que relajó su rostro un poco al verme.
-Me suele gustar más Barnes, pero un gusto. Jamás te había visto, ¿eres...?-me extendió su mano dándome una cara de confusión, pero no dejaba de lado su lado imponente.
-Bueno, nadie aquí sabía de mi hasta hace un par de meses.-trate de sonreír un poco- Katherine, Katherine Stark.
-¿Eres familia de Tony Stark?-sentí ponerse tenso al estrechar su mano.
-Su hija, desgraciadamente.-soltó nuestras manos enseguida.-¿Pasa algo?-todos nos veían preocupados.
-Deberíamos ir a buscar comida, recuerda que debes alimentarte.-Natasha cambio la conversación, estaba evitando algo.
-Me gustaría que me dijeran qué pasa, odio que me oculten cosas.
-Katherine, es algo que deberíamos hablar luego.
-Yo creo que es mejor que vayamos a otro lado.-Murmuro Pietro a su hermana-esto es incómodo.
-¿Por qué debería ser incomodo?-pregunte aún más confundida.
-Vamos a comprar provisiones, anda.-Natasha jalo mi mano para arrastrarme pero me solté.-Kat.
-No, quiero que me digan. Estoy huyendo ahora mismo por estar de este lado, ayude a sacarlos de allí y estoy en problemas con el gobierno estadounidense por algo que ni siquiera es culpa mía o me incumbía. Lo que me merezco, mínimo, es un poco de honestidad.
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Bad romance
Teen FictionSer la hija de Tony Stark no es como todos creen. Una historia de ¿amor? Desde dos puntos completamente distintos.