Sentí mi cuerpo demasiado cansado cuando mi cerebro comenzó a despertar. Era demasiado para mi, no quería abrir los ojos. Bostece y comencé a estirarme.
Los recuerdos de la noche/madrugada me habían invadido. Sentí mis mejillas completamente rojas al recordarlo. Ella me había hecho el amor y me había pedido también que se lo hiciera. Maldición, no puedo creerlo. Sonreí como boba y abrí mis ojos. Ella no estaba.
-¿Natasha?-dije un poco alto-¿Nat?
Tal vez se levantó a hacer ejercicio o desayunar. Su abdomen y cuerpo tonificado me había confirmado anoche que ell es una adicta a ejercitarse. Volví a sentir ese calor en mi entrepierna al recordar su cuerpo desnudo sobre el mío, la forma en que todo momento me hizo sentir tan bien conmigo misma y deseada.
Me puse de pie con toda la pereza del mundo. Fui al baño a hacer mi rutina rápida de aseo personal y podía sentir mis piernas cansadas. Salí de la habitación y no había nadie. Ouch.
Cabizbaja me dirigí a la cocina por una tasa de café, no tenía ánimos de desayunar. Vi la hora en el reloj que decoraba justo a un lado de unos gabinetes de la cocina, las 12 del día.
Tal vez ella tuvo que ir a su trabajo, tal vez ella tuvo un llamado y no quiso despertarme. Si, eso fue. Ella prometió que no era un polvo más, que no era lo mismo.
Corrí en busca de mi bolsa para buscar mi celular, apagado. Maldita sea. Lo conecte rápido a un cargador y lo deje unos minutos ahí, volví por mi café completamente impaciente. Me distraje tanto que solo un par de golpes en la puerta me volvieron a la realidad. Era ella. Corrí a abrir con una sonrisa que fue borrada al no encontrarme con ella.
-Sospechó que no planeabas verme-intentó pasar pero lo evite-¿Sabes donde está tu amiguita?-pregunto molesto.
-No, no sé. Debes saberlo tú, ella trabaja junto contigo-respondí a la defensiva. Ella tampoco había ido a la base.
-No llegó después de que saliera de ahí contigo. Espero no esté en tu cama- su voz sonaba dura- a menos que te haya dado su tan glorioso polvo y se haya ido.-una sonrisa maliciosa salió de él.
-Tony-Clint había llegado-Hola, Kathe-saludé con la mano- Steve escudo las cámaras, ella salió de la base en la madrugada. Intentamos seguir las cámaras de la ciudad pero fue astuta, las evadió. Ella se fue.
Algo golpeó horriblemente mi pecho. ¿Tan mal había sido lo de anoche? Ella se fue, no solo de mi departamento, si no que probablemente de la ciudad.
-Hay que buscarla entonces-dijo Tony.
-Bien, iré avisando para que continúen buscando la salida que ella tomó.-dijo preocupado-Nos vemos, Kathe.-solo me despedí con la mano.
-Espero no te hayas revolcado con ella.
-No lo hice.-dije molesta-ahora lárgate con tus problemas de super's a otro lado. Estoy cansada.
-Al menos no fuiste tan estúpida de dejar que te llevase a la cama. Te quiero lejos de ella. Mañana te espero en la base antes de que te vayas a tu trabajo.
-No iré.
-No estoy preguntándote-dijo fuerte-Iras.
Se fue de ahí dejándome de nuevo, con el corazón destrozado. Natasha se había ido también y sin decir nada. Tony tenía razón, ¿no? Ella solo quería llevarme a la cama.
Me recosté en el sofa de mi sala, las lágrimas caían y podía sentir el olor a tela caliente. Rayos, esta quemando mi sillón. Llore a un más cuando me incorpore, soy un monstruo gracias al ser que se hace llamar mi padre.
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Bad romance
Подростковая литератураSer la hija de Tony Stark no es como todos creen. Una historia de ¿amor? Desde dos puntos completamente distintos.