Cámara lenta

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2 meses de embarazo

-Natalia, estoy tan inflamada. Mira cómo esto crece.-grite desde la habitación-Estoy engordando mucho y ya no me vas a querer.

-Amor, no digas boberías.-grito desde el baño y continué viendo mi silueta frente al espejo-Estás preciosa, cariño. Llevas a nuestra pequeña dentro de ese vientre, una parte de cada una.-dijo paciente mientras se acercaba

-Pero estoy enorme, no quiero imaginarme cuando tenga más meses.-mis ojos se cristalizaron-Y esto es tan triste.

-No llores, cariño.-me abrazo por la espalda acariciando mi vientre-Para mi eres la persona más sexy y hermosa del mundo. No sabes cuánto me encantas.-comenzó a besar mi cuello y cabello-Te amo mucho.

-¿No me dejarás aunque esté enorme?-ella reía mientras yo me gire para golpear su brazo-Promételo, Natalia.

-Jamás dejaría a mi felicidad.-me acercó a sus labios-Es hora, tengo que llevar a los niños a la guardería y te dejare en el trabajo.

-Terminare de vestirme, tengo que ocultar esas marcas que dejaste en mi cuerpo.-sonrió con picardía.

-Katherine, me has estado usando como tu máquina sexual. Eso solo fue en respuesta a lo que me provocas.-me sonroje de inmediato-Apresúrate, cariño. Iré a guardar las mochilas de los niños.

Dejó un beso rápido en mis labios y sonreí más tranquila. Debía aceptar que las hormonas son mi peor enemigo ahora y Natasha hace un trabajo fabuloso. Volví a mi reflejo viendo el bulto acariciando con delicadeza.

-Eres un pequeño manojo de mis emociones y aún haciéndome sufrir todas las noches, ya quiero conocerte.

-¡Mami, date prisa!

-¡Ti!-Harry grito al igual que Sophia.

Sonreí ante sus pequeña voces. Harry aún se limitaba a cosas como; ti, ma, ya, no y feo. Sophia se encargaba de enseñarle cosas fáciles para comunicarse con él, se había vuelto su adoración y su mejor amigo. Ambos siempre se dormían en mi vientre abrazados a el, querían darle amor a su hermana y Natasha parecía feliz siempre que veía esa escena.

Yo también estaba siendo feliz.

3 meses y medio de embarazo

-Katherine, no puedes irte así como si nada. Cariño, debes tranquilizarte.

-Suéltame, Natasha.

Sabía que si usaba su nombre de esa forma solo significaba una cosa. Estaba realmente enojada.

-Pero, cielo. No te dejare salir de la casa a estas horas, es peligroso. Ven y hablamos.

-¡No!

-Amor, los niños están durmiendo.-tomo mi muñeca con suavidad-Lamentó no haber puesto atención en eso, estaba muriendo de sueño pero no debes irte de casa por eso.

-Estabas tomándome atención al mensaje de la niñera de los niños.-ella río y me volví a soltar.

-Cielo, mira mi celular y te darás cuenta de porque era eso.-saco el celular de su bolsillo y me lo mostró.-Harry ha estado protegiendo a su hermana de un niño, Francis parece enamorado de Sophia y Harry le arrojó su jugo y golpeó su estómago con la excusa de que tenía un "paña" y no iba a doler.

Y era cierto, la niñera de la guardería parecía quejarse del comportamiento de Harry pero Natasha contraatacó de que quería al tal Francis lejos de nuestra pequeña o sería ella la que le aventaría el jugo. Tan maduro de su parte, como siempre.

-Perdón. Perdóname, me da miedo que te aburras de mi y me dejes.-extendí su celular haciéndola reír-¿Me perdonas?

-Claro que si, ahora debemos ir a dormir. Es muy tarde.-asentí tomando su mano-¿En serio ibas a ir por la calle con ese pijama de Bob esponja?-empezó a reír contagiándome.

Bad romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora