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Reparo
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Tom no estaba en su estudio, las luces estaban completamente apagadas, se había cansado de esperar o se había enojado aun más.
Tras haberlo corrido de la cocina y de haberme querido golpear a mi misma por ello lo busque por toda la mansión, cada habitación que abría me hacía maldecir, estaba segura de que si llegábamos a Abril vivos le pondría un GPS atado en el pie a Tom para poderlo encontrar antes de dar vuelta por toda la casa.
Él estaba haciendo un esmero enorme por sacarnos adelante y yo solo lo rechazaba.
—Tom—lo llamé entrando al gimnasio vació, era un espacio tan amplio que ni siquiera hacía falta gritar, el eco llenaba todo el lugar y cumplía la tarea—.
Tom igual que siempre al dar las doce, estaba de cabeza con sus piernas sosteniéndose de un tubo con la parte interior de sus rodillas mientras hacía abdominales en el aire.
—Tom— lo llamé y este no me escucho, así que me acerque a él, saltando para poder tomar la barra de la maquina a su lado tirando de mi propio cuerpo hacía arriba—.
Quería hacer lo mismo que él hacía por que él lo hacía ver fácil.
—¡¿Qué haces?!—preguntó sorprendido al ver como me aferraba como animal a la barra con mis piernas y manos—.
Se bajó a si mismo de un saltó, para después cargarme a mi hasta ponerme en el suelo, tenía las palmas de las manos cortadas las palmas y uno que otro moretón.
—Te he dicho que no hagas nada peligroso— me regaño tomando su toalla blanca para limpiarse el sudor del cuello—.
—Tenía que hablar contigo—me senté en una de las tantas maquinas que tenía para hacer ejercicio golpeando a mi lado para que se sentará, muy por el contrario este solo me miro indeciso— no debí portarme así contigo hace rato—.
Tom se quedó aun de pie mirando hacía el lado contrario a mi sin poder decidir que responder, solamente se limito a bajar la cabeza, tomando su muñeca derecha para girarla.
—¿Por que no le has dicho nada a Doblas?—preguntó al fin, desde su sitio parecía ser un niño pequeño haciendo una rabieta—.
En ese punto pensé que estaría lo suficientemente enfadado para no hablarme en toda la noche y correr a Rubén ya mismo de la casa—Por qué si es verdad no quiero andar divulgando que estoy embarazada y con ello poner en riesgo a mi bebé—respondí al fin, llevaba la franela con hielos en las manos y ya podía sentir como estos se derretían—.
—Creí que Rubén era tu mejor amigo y que confiabas en él—repuso nuevamente aun de pie frente mío, no quería verme a la cara—.
—Lo es, pero también es muy parlanchín...se le puede salir sin querer en cualquier momento—dije pero no me sentía muy segura de mi respuesta—.
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Destrúyeme: La Caída Del Imperio Holland [Tom Holland y tú]
FanfictionThomas Stanley Holland, el mafioso más mortífero de Londres. Fuerte de piel, débil de alma, se enfrenta a su delirio, debilidad y amoníaco dulce, ___ West. ¿El destino será capaz de unir sus almas o rasgarlos por completo? Salvame segunda temporad...