Capítulo 91

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La fabrica de mentiras

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La fabrica de mentiras abrió, 

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La fabrica de mentiras abrió, 

al contacto el humo de las chimeneas cegó, 

escondió todos los caminos, 

y aplastó todas las brújulas,

las manecillas del tiempo se evaporaron, 

atrás dejaron tu cuerpo hecho de arena.

hecho de fuego.

Hay quien dice que hay un solo camino 

y que hay una sola verdad, 

pero nadie habla de las infinitas versiones que conozco de ti, 

detrás de cada mentira.

Los gritos afuera sobrepasaron el sonido de la lluvia, el aire frío que se colaba por las ventanas hacía vibrar a la estructura de madera, Keyslee me quería muerta, se había dejado la vida en el intento por arrebatarme la mía.

—Alguien ha cortado la luz—susurró Harrison en algún punto de la oscura cabaña—saben que estamos aquí—agregó helándome aun más la piel—.

—Ángel ¿Dónde estas?—preguntó Tom encendiendo la linterna de su móvil, iluminando con ligereza el suelo de madera oscura, hasta que pudo encontrarme con la brillante linterna de luz blanca—¿estas bien?—se empeñó en preguntarme sosegado, dirigiendo la luz de su linterna a la cara donde me vi compelida a cerrar los ojos en reflejo—La mansión no es segura—susurró Tom para sus adentros, paralizado por el desconcierto, sus manos me alcanzaron, pegandome a su cuerpo tanto como pudo, abrazándome con brusquedad y torpeza—.

Un silencio se hizo presente por el lugar, Harrison imitó el acto de Tom, encendiendo su propia linterna, el hombre mudo seguía en el suelo cuando soltó un gemido adolorido llamando la atención de los dos mafiosos que dirigieron su luz hacía él.

"No vinieron por ustedes" escribió con letra temblorosa dejando caer la nota al suelo frente a nosotros, las "O" parecían rectángulos y las "i" parecían dos líneas difusas, el hombre se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano y con su mano temblorosa volvió a escribir  "han venido por mí", terminó de escribir, la letra era tan difusa y estaba tan pegada que costaba leerla en la oscuridad.

—Es un traidor—habló Harrison—quien sea que le haya cortado la lengua no esta feliz con que haya escapado, ha venido a cazarlo—habló cuando solamente el sonido de la lluvia afuera podía respaldarlo—.

—¿Por qué has venido aquí?—preguntó Tom con voz irreconocible, sus dedos estaban ceñidos a mi cintura, intentaba mantenerse calmado y sin darse cuenta me estaba enterrando las uñas en la carne—.

Destrúyeme: La Caída Del Imperio Holland [Tom Holland y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora