En los sueños uno puede ser y hacer lo que quiera, no hay límite válido, esos los pones tú, incluso en tus pesadillas, tú decides hasta donde te dejas consumir por el miedo y la hora en que lo enfrentas.
Cuando era pequeña y tenía una pesadilla e iba a las dos cuarenta de la madrugada a la habitacion de mis padres en busca de asilo, muy por el contrario mi madre me tomaba en brazos, me llevaba de regreso a mi cuarto azul celeste con tiras gastadas de caricaturas colgadas en la puerta, me acostaba en la cama y decía apacible una de sus frases más célebres.
-Vas a regresar allí y vas a enfrentar a los monstruos, yo estaré aquí esperando por ti- aseguraba con la tenue luz de la lámpara en la mesita de noche chocando contra sus mejillas y contrastando sus largas pestañas conforme tiraba una silla demasiado pequeña para su cuerpo adulto-.
-No puedo, mamá, es más fuerte que yo- resoplaba arropada entre las sábanas blanquecinas con estampado de torre eiffel con varias frases violetas en francés-.
Como era de suponerse no entendía lo que dictaban aquellas frases, nisiquiera sabia porque la torre eiffel era la torre eiffel, no entendía por que el cielo era azul y no verde y claramente tampoco entendía la filosofía de mi madre.
-Cariño, es solo un sueño, tu sueño, solo tu tienes el poder de enfrentarte a él- aseguraba enternecida y cansada tras un largo dia como madre y ama de casa-.
-¿Comó?- pregunté suplicante-.
-El secreto para poder enfrentar los malos sueños es ser consciente de que estás en uno, mi niña valiente, antes de que intentes huir corriendo de la pesadilla...de aquel monstruo gratural que intenta alcanzarte- mi madre siempre hablaba con ternura y un tanto divertida de mi inocencia, sobre todo cuando iba a acusar a mi padre de intentar hurtar mi diente antes de que el ratón pudiese tomarlo- diferencialos, lo que es real y lo que no, lo que te pertenece... y lo que no, no hay manera de que sean más fuertes que su creadora-.
Después de eso no hubo más monstruos o pesadillas que no me atreviera a enfrentar por mi sola, todas y cada una de ellas, siempre que sentía que no podia mas me obligaba a despertar, respiraba con fuerza llenando mis pulmones seis veces y me volvía a recostar sobre la cama, dispuesta a enfrentar mis pesadillas.
De vez en cuando seguía llamando a mamá, pero solo por el puro placer de volver a escucharle diciendome "mi niña valiente" porque para ella los sueños, las pesadillas valían lo mismo, colmados de realidades brindadas por nuestro traicionero subconsciente donde al despertar nos llevaremos un alivio o una decepción.
Mama veia los sueños como oportunidades para hacer...todo aquello que no puedes al estar lúcido, amar, gritar, llorar...enfrentar, era jodidamente inspirador y me sentía irremediablemente valiente al pensar que mis pesadillas no eran más fuertes que yo.
Tarde cuatro navidades sola en comprender que pese a que era reconfortante y un muy buen consejo para calmar a un niño asustado... no era del todo real, mis pesadillas no solo eran más grandes que yo, si no más fuertes y me atrapaban, carcomiendome de dentro hacia afuera, enterrandome como arena movediza donde a la más mínima resistencia...me entierra más y no puedo salir.
¿Como puedo diferir lo real y lo falso en un sueño cuando nisiquiera soy capaz de diferenciar lo real y lo falso fuera de él? Ilógico e hilarante, no tuve tiempo de preguntarle a mi madre que se hace en esos casos.
No estaba segura si estaba durmiendo o era real el hecho de que estaba acostada a rienda suelta en la cama suave y tan perteneciente de Tom, desde donde podia escuchar el sonido disparejo del agua estrellándose contra el suelo del baño.
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Destrúyeme: La Caída Del Imperio Holland [Tom Holland y tú]
FanfictionThomas Stanley Holland, el mafioso más mortífero de Londres. Fuerte de piel, débil de alma, se enfrenta a su delirio, debilidad y amoníaco dulce, ___ West. ¿El destino será capaz de unir sus almas o rasgarlos por completo? Salvame segunda temporad...