Capítulo 55

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Bondad

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Al dar las doce el castaño seguía enojado conmigo, aun dentro de su estudio con Harrison cerca suyo intentando calmar su furia, le ví golpearse los muslos desesperado en más de una ocasión

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Al dar las doce el castaño seguía enojado conmigo, aun dentro de su estudio con Harrison cerca suyo intentando calmar su furia, le ví golpearse los muslos desesperado en más de una ocasión.

Lo que no le mataba, 

no le hacía precisamente más fuerte,

se mentía dentro suyo, 

lo envolvía en la niebla y le impedía la vista

si te acercabas lo suficiente a su pecho no lograbas diferir si su corazón latía o florecía 

como aquel que es terco en poesía y en arte muere,

el luto descubre la belleza, 

el dolor, la perdida, el estrés, el insomnio y la melancolía 

la infinidad de cosas rotas que jamás serían recuperadas

la incapacidad humana para aceptar la perdida

aquello que más te llena es lo que más destruye 

y las cosas que más amas son las que más te vuelven loco cuando se extinguen 

—¡Ya cálmate por favor Holland!—le grito el chico de cabello dorado a abatido castaño al otro lado del cristal y mis piernas flaquearon—.

Incluso cuando moría de frío,

 me quedé, 

sentada sobre la escalera de la entrada, intentaba descubrir que terminaría por matarnos antes,

¿Moriríamos amándonos?

¿Moriríamos odiándonos?

ó ¿moriríamos odiando como nos amábamos?

Sí esta era la única vida que universo me concedería a su lado,

me gustaría abrazarlo más y flagelarnos menos.

De tener oportunidad, no quería morir en el camino tras conocido el destino.

Soñaba con robarles a las oportunidades las noches de insomnio que pase 

—_____— Fere entró apresurada por la puerta de la entrada haciendo un gran escandalo, llevaba el cabello azabache ligeramente teñido de las puntas de un color azul rey y unos jeans negros que apenas eran diferibles de su gran abrigo azul oscuro—¡Allí estas!—apenas me dio tiempo a levantarme cuando sus ojos me encontraron entre las columnas del barandal de las escaleras—fui a buscarte a la estación de policía y me dijeron que te había ido— me rodeo con sus brazos y pude sentir como sus manos viajaron por mi cabello dejando ligeras caricias y como la nieve de sus ropas caía en mi cuerpo—.

Destrúyeme: La Caída Del Imperio Holland [Tom Holland y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora