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La bestia pelirroja del tercer piso
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El calor era insoportable y aun así podía sentir el sudor frío recorrer mi espina dorsal, Matilde había dejado de llorar completamente aferrada a mi torso, podía sentir a la perfección como sus manos se ceñían a mi torso con cada giro brusco que daba Samantha, por otro lado Danielle seguía rezando.
Keyslee...la intocable, la novia de todos, tierra de nadie, aquella rubia hermosa y astuta había muerto, así de simple,
inevitable
—¿Quieres ir a mi casa?— Fere preguntó estando en algún lugar de la camioneta entre el asiento trasero y el delantero, su voz sonaba temblorosa y la podía visualizar aferrándose de los asientos para no golpearse contra las orillas del vehículo—.
Samantha tardo un largo rato en responder, completamente compelida en su tarea de manejar a toda la velocidad, golpeando las partes bajas del auto contra los topes de la calle, ocasionalmente las luces traseras se encendían enrojeciendo el espacio.
—No, si los llevo a tu casa se atreverán a entrar, no dejarán nada— dijo Samantha girando con brusquedad sobre una calle resbalando en la nieve haciéndonos mover hasta el punto de hacerme golpear la cabeza con una cruceta—vamos a mi casa, nadie ni en un millón de años se atrevería a entrar allí—dedujo Samantha—.
Un silencio largo reino el lugar, Fere había guardado silencio nerviosa de comenzar a hablar, de ser curiosa, de hacer preguntas, de comprometerse, de meterse más de lo que tal vez debía—Maldición— escupió Samantha después de un rato— debí haber parado para comprar cigarrillos—se lamento recuperando la calma que minutos antes había perdido—.
Allí hecha ovillo con otras cuatro personas aterrorizadas no me podía imaginar lo fuerte que debía ser Samantha para soportar todo lo que venía en el paquete: la sangre, las peleas, las heridas, los traumas y las muertes.
¿Cómo era que había llegado tan lejos para desarrollar tan confianza siquiera para poder dormir o caminar por ahí como si nada con medio estomago abierto?
La pelirroja desde pequeña se tuvo que adaptar a su entorno para poder seguir adelante,
para sobrevivir a este mundo,
para poder estar al lado de Tom, volviéndose su mano derecha
¿Ese era el precio a pagar para estar cerca suyo?
Sí era así, lo que le falto a Nikki fue esa crudeza y rudeza para aguantar la carga.
Jamás vi a Samantha tomar ninguna especie de medicamento para mantener la cordura, tampoco podría decir que no la perdió.
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Destrúyeme: La Caída Del Imperio Holland [Tom Holland y tú]
FanfictionThomas Stanley Holland, el mafioso más mortífero de Londres. Fuerte de piel, débil de alma, se enfrenta a su delirio, debilidad y amoníaco dulce, ___ West. ¿El destino será capaz de unir sus almas o rasgarlos por completo? Salvame segunda temporad...