Capítulo 6

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MUSTAFA

Desperté y sentía algo cálido a mi lado, sonreí, abracé más a la mujer que estaba a mi lado, pero cuando abrí mis ojos para ver esos hermosos ojos verdes, no los ví, ví unos ojos negros, me levanté rápidamente de la cama, ella no era Hurrem.

- ¿Quien eres tú? - le pregunté mientras me vestía rápidamente

- Soy la concubina que lo atendió anoche su majestad, su madre me envió y usted me aceptó por eso estoy aquí con usted - me explicó mientras ella también se vestía.

No, esto tenía que ser una mentira, yo no tocaría a otra mujer que no fuera Hurrem, yo había estado con ella anoche, había venido a mi habitación, yo sentí su aroma, estaba un poco tomado así que no pude verla bien, pero estaba seguro que era Hurrem, ¿Como llegó esa mujer aquí?.

Mi corazón se paró cuando mi mente hizo una pregunta rápida ¿Hurrem sabía sobre esto? Rápidamente esa pregunta fue contestada.

Claro, claro que lo sabía, yo le había dicho que la llamaría ayer y le dije que la quería lista antes de que la mandara a llamar, entonces es imposible que ella no sepa de esto, tenía miedo, Hurrem sabía que esto y eso era obvio, pero no sabía que haría Hurrem ¿Pensara que le mentí? Pero por supuesto, me respondí a mi mismo, si yo fuera ella pensaría que me mintieron, pase toda la noche con una mujer que no fue Hurrem.

El rostro de Hurrem con sus ojos botando lágrimas vino a mi mente como una imagen directa que solo tenía una función, hacerme sentir dolor, me dolía ver ese hermoso rostro lleno de lágrimas y me dolía más saber que yo era el causante de esas lágrimas.

- Vete - le dije a la mujer.

- Pero, su majestad aún podemos desa.... - la interrumpí.

- Que te vallas - le grité y ella rápidamente cogió sus cosas y se fue.

Mande a llamar a sumbul aga y el vino inmediatamente.

- Su majestad - hizo una reverencia.

- ¿Dónde está Hurrem? - le pregunté temiendo su respuesta.

El sonrió, tenía ganas de mandarle a cortar la cabeza, ¿Cree que es divertido? Quería saber dónde  está Hurrem y el solo se ríe.

- No lo sé, su majestad - me dijo y mi corazón se detuvo de nuevo.

¿No lo sabía? ¿Que clase de respuesta es esa? Lo mire furioso.

- ¿Como que no lo sabes? - le grité.

- No lo sé, su majestad, la sultana Hurrem no estaba en sus apocentos cuando fui a buscarla para preguntarle si ya deseaba desayunar.

Un recuerdo vino a mi mente.

El rostro de Hurrem y sus palabras.
"Si me estás mintiendo, no me volverás a ver en toda tu vida, mi sultán"

- Búscala - le grité y el salió rápidamente a cumplir con mi orden.

Ella no se iría ¿Verdad? Mis hermanos aún están aquí, así que no se iría sin ellos, con esos pensamientos trate de calmarme y llame a un aga para que me informará sobre mis hermanos.

- Los príncipes partieron por orden de la sultana Hurrem - me informó y yo lo mire rápidamente.

- ¿Cuando fue eso? - le pregunté

- Hoy muy temprano su majestad, la sultana Hurrem pidió 3 carruajes, hizo que los príncipes firmarán esto - me extendió unos papeles, yo sabía que eran su renuncia al trono con su sello personal - y mando a los príncipes al palacio de lágrimas - termino por decir.

- ¿Y Mihrimah? - pregunté, pero como si la hubiera invocado ella entro furiosa a mis apocentos, el aga quería regañarla, pero lo detuve y le pedí que se retirara.

Apenas se fue, quería hablar, pero ella se dirigió hasta mi y me tiró una sonora cachetada.

- Te lo advertí mustafa, dijiste que no serías como nuestro padre, eres peor que él, le mentiste de la peor manera, no la volverás a ver en tu vida mustafa, me aseguraré de eso - me amenazó

No me importaba la cachetada, ni que me diga que soy peor que mi padre por qué me merecía la cachetada y era peor que mi padre, pero no dejaría que me prohibiera ver a a hurrem.

- No puedes prohibirme ver a hurrem Mihrimah, es mi mujer y mi futura esposa - la enfrenté.

- Eso no lo pensaste ayer ¿No es así? - me dijo riendo - se las costumbres mustafa, se que tan normales son las concubinas, pero mi madre ya no tiene por qué pasar por esto, lo pasó con mi padre y su calvario ya acabo, no dejaré que la arrastres de nuevo al lugar donde tanto sufrió - me desafío de nuevo.

- No era mi intención Mihrimah, pensé que era Hurrem lo juro, no quise hacerlo - la mire suplicándole que confiara en mis palabras.

- ¿Esperas que te crea? Esa mujer no tiene ningún parecido con mi madre.

- Olía como ella, yo estaba algo tomado y solo pude reconocer su olor - le expliqué.

- Lo siento mustafa, no puedo hacer nada, no volverás a ver a mi madre, ese será tu castigo - me dijo mientras salía de mis apocentos, grité su nombre para que volvieron, pero no volvió.

Tire todas las cosas sobre mi escritorio, todo esto era culpa de mi madre, si ella no hubiera mandado a esa mujer, yo no la hubiera confundido con Hurrem, esto era su culpa y quizás mía, pero no quería aceptarlo, no quería aceptar que acabo de engañar a la mujer que tanto quiero y que tanto me costó tener, acabo de perder a esa mujer que tanto desee en unas horas, mi sueño había durado poco, ahora volvía inicio.

Volvía al lugar donde no tenía a hurrem, ahora posiblemente me considere un mentiroso y no me quiere ver nunca más, esto era peor que antes.

Cuando termine de vestirme, salí furioso de mis apocentos y me dirigí a los de mi madre, ni si quiera deje que me anunciaran, entre y ahí estaba mi madre junto con la concubina con la que había pasado la noche, cada vez que veía a esa mujer, el rostro de Hurrem llorando, se me venía a la mente, odiaba el rostro de aquella mujer que ni si quiere su nombre sabía por qué cada vez que la miraba recordaba lo que le hice a hurrem.

- Lárgate - le dije a la concubina.

- Mustafa, no puede tratarla así, ella quizás te de un hijo - mire a mi madre con horror.

No, definitivamente no puede darme un hijo, Hurrem nunca me perdonaría eso, nunca lo haría y estaba completamente seguro de que si eso llegara a pasar nunca vería su hermoso rostro, ni si quiera podría ver un mechón de su cabello.

- No me digas que hacer y tú - mire a la concubina y nuevamente el rostro de Hurrem se me vino a la mente, esto era una tortura - sal, vete al harem - le ordené, ella hizo una reverencia y se retiró.

- Mustafa me puedes explicar ¿Que pasa? ¿Por qué actúas así? Ayer aceptaste a esa mujer como tu c...

- Silencio - le grite - la confundí, no la quería, no la quiero, la confundí con Hurrem y todo es tu culpa, si tú no la hubieras mandado yo no la hubiera confundido y nada de eso estaría pasando - le dije furioso.

- ¿De que hablas mustafa? Esa mujer no se parece en nada a hurrem ¿Cómo puedes confundirla? - me dijo y una vez más me confirmó que mi excusa era totalmente estúpida, pero era la verdad.

- La próxima vez que mandes a una mujer a mis apocentos me encargaré de que no la vuelvas a ver nunca, al menos no con vida - la advertí y salí de sus apocentos, podía escuchar sus gritos diciéndome que era mi madre y no podía hablarle así, la ignore, ahora solo quería encontrará a hurrem.

Habían pasado toda la mañana buscando a hurrem, pero no la habían encontrado ¿Dónde estaba? No pudo a ver escapado tan rápido, no se fue con mis hermanos por qué los agas estuvieron ahí para ayudarla y vieron como ella entro al palacio.

¿Dónde estás Hurrem?

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora