Final alternativo

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Mustafa

Me dirigí a mi balcón, me pare y me quede viendo todo Estambul, me encontraba solo ahora mismo.

- Mustafa - bueno ya no, voltee a verla con una sonrisa.

- Hurrem - la nombré

Ella se veía tan hermosa con ese vestido, realmente no importa cuando años pasaron, ella seguía siendo hermosa para mí y siempre lo sería, Hurrem siempre sería única e irremplazable para mí.

- ¿Que haces ahí? Deberías terminar de alístarte, quiero ir a visitar a Mihrimah para ver a mis nietos - me regaño y yo le sonreí.

- Ya estoy listo - caminé hacia ella y le di un beso - estás muy hermosa con ese vestido amarillo.

- Siempre dices lo mismo - rodó los ojos - no creas que no se que lo que le vestido amarillo causa en ti.

- Bueno entonces tengo que pensar que te pusiste eso a propósito - dije burlón y ella se rió, esa risa tan hermosa.

- No te creas mucho, me puse esto por qué me agrada como me queda, siempre dices que estoy hermosa, eres un adulador, Kiral heredo eso de ti - se burló y yo rei - vamos apresúrate, quiero ver qué los niños también estén listos - asenti y la seguí.

- Como ordené su majestad - me burle.

(...)

- Madre, ya te dijimos que no causaremos problemas - Kiral se quejó por quinta vez.

- Solo te recuerdo que estamos llendo a ver a tu hermana, no a que vallas a buscar más mujeres para tu harem - todos mis hijos internaron ocultar sus risas por ver a su madre regañar a su hermano mayor.

- Ya te dije que no le haré nada a las criadas - se volvió a defender y volteó a ver a sus hermanos - ¿De que se ríen? - les dijo molesto.

- No nos estamos riendo hermano - Meryem se defendió.

- Lo hacen, claro como us...

- Kiral, ya fue suficiente saben que odio que peleen y menos si yo estoy presente - Hurrem los regaño.

- Pero y..

- Suficiente - volvió a decir.

- Padre - Kiral se quejó conmigo.

- ¿Que? - fingi no saber nada, él suspiro cansado.

- No puedo creer que mi madre tenga el poder para callar al sultán del mundo - se quejó.

- ¿Quie... - no termine mi oración por qué Hurrem me dió una mirada de advertencia - yo tampoco puedo creerlo - le dije y todos se rieron.

- Bueno, mamá tiene el poder para callar a todos - Meryem dijo aún riendo.

- Eso es cierto - Erol hablo por primera vez.

- ¿Los gemelos? - preguntó Hurrem.

Los gemelos, a ellos los descuidadas un rato y ya desaparecían, eran muy activos.

- Emir, Bahadir, será mejor que vengan aquí y no estén jugando por qué si no me molestaré más de lo que ya estoy  - ellos llegaron rápidamente cuando vieron que su madre estaba enfadada, Hurrem enfadada era algo con lo que nadie quería lidiar por eso era mejor mantenerla contenta - ya les he dicho que no hagan eso, estamos contra el tiempo y ustedes se esconden, hacen que perdamos más tiempo - regaño Hurrem.

- Lo sentimos madre - dijieron juntos avergonzados

- Apresurense que llegaremos tarde y quiero tener tiempo para jugar con mis nietos - se quejó Hurrem y todas la seguimos como perritos regañados.

Esto era perfecto, era lo que siempre quise y ahora lo tengo, tengo a hurrem y una hermosa familia ¿Que más podía pedir? Nada, todo esto para mí era más que suficiente y no lo cambiaría por nada del mundo, el día en el que secuestraron a hurrem fue el peor día de mi vida, pero ella está ahora conmigo y ahora nadie la puede separar de mi, me encargue de que hatice y shahrazad tuvieran los peores castigos y luego las ejecutaron, se lo merecían, el doctor dijo que si Hurrem esta viva era por un milagro, cada minuto que pase pensando que perdería a hurrem fue una completa tortura para mí, es algo que jamás quiero volver a vivir, quiero vivir así siempre, riendo con Hurrem y viéndola cada mañana, desayunar con ella, pasear junto a ella en los jardines, verla desde lejos como lo hacía en el pasado, ver sus ojos durante horas,  quedarme despierto solo para verla dormir, las primera semanas en las que Hurrem se recuperó, me quedé viéndola dormir todas las noches por qué tenía miedo de que en algún momento ella deje de respirar, me quedaba cuidando su sueño y su respiración, veía atentamente como su pecho subía y bajaba, eso era lo más tranquilizador que podía ver en ese entonces y aún lo es, agradezco que todo esto no sea un sueño y que Hurrem este conmigo, quiero que siempre esté conmigo.

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Esta es una muestra de mi piedad, ustedes deciden si darle un final feliz o triste.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora