Capítulo 21

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Mustafa

Hoy llegaba mi madre al palacio, no quería verla, pero no podía sacarla definitivamente del palacio, no si ella aún no ha hecho nada, tengo que tener por lo menos una excusa para ejecutarla o mandarla lejos, aunque prefiero la primera opción.

- Mustafa ¿Hoy llega tu madre verdad? - me preguntó Hurrem mientras cargaba a Kiral.

- Si hoy llega - fue lo único que dije, Hurrem y yo evitamos en tema de aysun, no era nada agradable recordarlo.

- ¿No irás a recibirla? - me preguntó.

- Si, ahora voy - le dije mientras me acercaba a ella - quédate aqui y evita a mi madre en lo que aysun tarde en dar a luz - note que en su rostro pasaba una ligera expresión de dolor, aún le dolía, ella asintió y yo le di un beso en la frente como despedida, ella me sonrió - vendré en un rato a verte - le dije por último y la dejé en sus apocentos.

Llegué a las afueras del palacio justo a tiempo, mi made estaba bajando del carruaje y se dirigió directo a mi.

- Hijo mío, ya te extrañaba - me dijo con una sonrisa y me abrazó con mucho entusiasmo.

- Bienvenida de vuelta madre - le sonreí hipócrita mente.

- Esto fue una tortura, 9 meses fuera del palacio y sin poder verte - dijo tocando mi mejilla.

- Ya sabes por qué fue, ahora vamos adentro - le ofrecí y ella aceptó.

- ¿Hay algo interesante que halla pasado en mi ausencia? - preguntó.

- No, Mihrimah pudo manejar bien el harem - le dije esperando su reacción.

- ¿Mihrimah? Yo habia dejado una encargada mustafa - dijo deteniendo su andar, yo también me detuve y voltee a verla.

- Si madre, pero el que toma las decisiones soy yo, soy el sultán no lo olvides, Mihrimah dirigió el harem por qué Hurrem tenia que estar tranquila durante su embarazo.

- Mihrimah, no tiene el der...

- Claro que lo tiene madre - la interrumpí - es mi única hermana, por lo tanto es preciada para mí - le dije serio.

- Lo se hijo, pero no puede diri..

- Madre, si sigues con esa actitud te mandaré al palacio viejo de nuevo y está vez no dejaré que regreses - la amenacé y ella se quedó callada.

Seguimos caminando hasta la habitación de aysun.

- Bien aquí está aysun, quédate con ella, no falta mucho para el parto - le dije, ella asintió y estaba por entrar a la habitación cuando un aga habla.

- Sultán, la sultana hatice ha estado haciendo escándalo de nuevo - me avisó.

Hatice había estado gritando que mataría a todos si no la dejaba salir, pero no lo escuché.

- Ignorala, aún no acaba su castigo - le dije

- ¿Hatice? ¿Castigo? ¿De que hablas mustafa? - preguntó mi madre confundida.

- La sultana hatice llegó el día de ayer, pero cometió una falta de respeto y la mandé a los calabozos - dije tranquilamente.

- ¿Al calabozo? ¿Que fue lo que hizo? Mustafa ella es una sultana de sangre, es la hermana de tu padre ¿Por qué la encerraste? ¿Ahora sí enloqueciste por completo? - preguntó exaltada.

- Le faltó el respeto a hurrem.

- ¿A hurrem? - ella se quedó callada un tiempo, creo que intentaba controlar su enojo, pero no lo logró - Mustafa - gritó - ¿Estás loco? Como se te ocurre hacer semejante cosa, saca a tu tía inmediatamente, es una orden - dijo gritando, yo la mire seriamente.

- No puedes darme órdenes sultana, se lo que hago, lo que estás haciendo es suficiente para mandarte al viejo palacio - me acerque a ella - no me desafies sultana, ni mucho menos intentes dominarme, nadie puede hacerlo.

**Bueno solo Hurrem** pensé.

- ¿Nadie? Esa maldita bruja te domina como si tú no fuera el sultán del gran imperio otomano - seguia sin calmarse, ella tenía razón, pero eso no importa.

- ¿También quieres ir a los calabozos? ¿Quieres hacerle compañía a la sultana hatice, madre? - le pregunté seriamente.

- No te atreverías mustafa - me desafío y yo le sonreí.

- Guardias - grité y ellos vinieron inmediatamente - lleven a mi madre a los calabozos, quiere hacerle compañía a la sultana hatice - ellos asintieron y la cogieron de ambos brazos.

- Mustafa no puedes hacer esto, soy tu madre - miró a los guardias - no me toquen - les decía mientras intentaba zafarse.

- Su majestad - escuché que alguien me llamo y reconocí la voz, era muy irritante.

- Aysun - murmuré con desprecio, su cara aún era una molestia para mí, aún podía ver el hermoso rostro de Hurrem dolido cada vez que miraba a aysun.

- Mi señor ¿Que hace? Ella es su madre, no puede hacerle esto a la mujer que lo trajo al mundo - intentó decirme.

- ¿Estás diciéndome que hacer? - le pregunté.

- No me atrevo su majestad, solo que la sultana mahidevran es la única que se preocupa por mi y mi bebé, por favor deje que esté aquí conmigo - pidió suplicante.

- ¿Quieres decir que mi hermana no te cuidó bien? - ella negó rápidamente y en sus ojos pude ver el temor, parece que mi querida hermana ha logrado implantar un miedo muy grande en aysun.

- No, su majestad es solo que la sultana también tiene cosas que hacer, no quiero molestarla más - dijo y yo suspiré.

- Bien, dejen a mi madre, apartir de ahora ella se comportará ¿Verdad madre? - ella no dijo nada - ¿Verdad? - volví a preguntar con voz alta y ella asintió - bien, que tengan una bonita conversación - les dije y me fui de ahí.

Parece que aysun no será un problema, pero con mi madre aquí aún no puedo saber eso, aysun cree que mi mamá la quiere y que se preocupa por ella, pobre ingenua, mi madre solo la utiliza y si ella da a luz una niña, mi madre la dejara de lado por completo, sentiría pena por ella si no fuera por qué por su culpa Hurrem estuvo triste un tiempo, se lo merece, eso y más.

Pobre aysun, es tan estúpida al creer que mi madre la quiere y la protegerá, a mi madre no le importa nadie que no sea ella misma, Hurrem me ayudó a ver eso hace mucho tiempo.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora