Capítulo 17

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Séptimo mes de embarazo.

Un grupo de criadas estaba discutiendo en la puerta de los apocentos de la sultana Hurrem.

- ¿Quién entrara a llevarle la comida? - hablo una de las criadas.

- Tu eres su criada de confianza Emine deberías ir tú - se quejó una criada.

- No, la sultana Mihrimah dijo que yo no debería ir - se defendió la criada.

- Yo tampoco quiero ir - dijo otra de las criadas.

- Entonces ¿Que haremos? No podemos dejar a la sultana Hurrem sin comer, por ala, el sultán mandaría inmediatamente nuestra ejecución - dijo una criada con temor.

- ¿Por qué están afuera? - preguntó sumbul que resien llegaba.

Todas las criadas pusieron cara de alivio cuando vieron a sumbul, él no sabía que la sultana Hurrem estaba especialmente de mal humor, así que entraría son problemas.

- Verás sumbul, queremos llevarle su comida a la sultana, pero estamos ocupadas y si no hacemos nuestro trabajo rápido el sultán nos ejecutará ¿Podrías dárselas tu? Por favor, te debemos este favor.

Sumbul miró cuidadosamente a cada una de las criadas, todas parecían angustiadas así que decidió que las ayudaría por esta vez

- Está bien, no hagan un escándalo las ayudaré - dijo de mala gana mientras cogía los alimentos

**Mucha suerte** pensaron todas las criadas mientras se retiraban y se sentían ligeramente culpables.

Sumbul entro con toda normalidad a los apocentos, pero cuando vio a la sultana Hurrem entendió por qué todas las criadas tenían esa cara.

- ¿Que haces aquí? Dije que no comería nada - gritó la sultana, él decidió mantener la calma, había lidiado con la sultana en sus momentos de mal humor, puede hacerlo.

- Sultana, tiene que comer ¿Hay algo que le moleste? - preguntó suavemente.

La sultana se paró de su mueble y tenía un semblante furioso.

- ¿Que me molesta? Mi barriga está tan grande que me duele la espalda cada vez que me levanto o camino - comenzó a gritar, pero debido a que su barriga le pesaba tuvo que sentarse de nuevo, eso solo hizo que ella enfureciera más - soy inútil ahora, ni si quiera puedo ir a dar una vuelta al palacio y me faltan 2 meses para dar a luz, con mis anteriores embarazos esto pasaba en el último mes, pero ahora paso antes y no quiero quedarme encerrada durante dos meses - lloriqueaba la sultana.

Sumbul no sabía que hacer, su sultana se veía tierna quejándose como una niña, pero sabía que no debería jugar con su carácter y tampoco reírse.

- ¿Quiere que llame a su majestad? - preguntó sumbul.

- No, no quiero que esté aquí hoy, ¿Puedes creer que ayer dijo era exagerada? Como el no tiene a su bebé dentro de él dice puras tonterías, si lo traes juro que lo voy a golpear y me importara muy poco que sea el maldito sultán del imperio otomano - se quejó la sultana cambiando drásticamente su estado de ánimo.

- Sultana, no puede decir esas cosas pueden acusarla de traición - dijo sumbul aún con tono suave, no quería irritar a la sultana.

- Como si mustafa se atreviera a hacerme algo - dijo con aires de superioridad.

Sumbul comenzaba a darse cuenta que este embarazo era muy distinto a los anteriores, con sus anteriores embarazos no habia tenido tantos cambios de humor, ni se había quejado tanto y ahora su sultana se quejaba como una niña y actuaba como una de vez en cuando, tenía que aceptarlo se veía tierna, pero era peligrosa.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora