Epílogo

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Mustafa

Y ahí estaba yo, en el balcón de mis apocentos, solo, como había estado desde hace 10 años, 10 largos años sin ella, sin ver su sonrisa, sin poder besar esos labios, sin poder sentirla cerca de mi y sin ver su hermoso rostro, era injusto, había esperado tanto por ella, pero se había ido, había esperado durante años para poder llamar a hurrem, mi mujer, pero ahora no tengo a quien llamar así, ella se fue y nunca volvió, no importa cuántas veces le rogué, no volvió, aún lo hago, aún voy a verla en dónde descansar eternamente y le ruego que regrese a mi lado, le ruego que me levante y me diga que todo es una pesadilla y que aún la tengo conmigo, que ella aún me sonrie como solo ella podía.

No entendía como fue que viví tantos años sin ella, de hecho si lo se, ella me lo pidió, aún lo recuerdo.

Flashback

- Mustafa - escuché un susurro, abrí mis ojos y ahí estaban esos hermosos ojos verdes.

- Hurrem - murmuré - Estás viva - la abracé lo más fuerte que pude y llore, llore como un pequeño niño, pero no me importaba por qué lo hacía frente a hurrem.

- No - murmuró y yo la mire a los ojos de nuevo - no lo estoy mustafa.

Mire a mi alrededor, todo era blanco, solo estábamos Hurrem y yo, nadie más.

- Tú es... - no quise completar mi oración.

- Si lo estoy, pero antes de irme quiere decirte algo - ella me sonrió, pero yo no pude devolverle esa sonrisa, solo quería abrazarla y no soltarla, lo hice la abracé con todas mis fuerzas esperando que no se valla - mustafa, no importa que tan fuerte lo hagas, me iré por qué ya no puedo quedarme - negué y la abracé más fuerte - Tienes que escucharme mustafa - me pidió en un susurro, la mire - Yo me tengo que ir, pero tú tienes que quedarte - negué rápidamente, no quería vivir una vida si no era con ella a mi lado - escúchame - me pidió mientras cogía mi cara y me hacía mirarla a los ojos - tienes que quedarte por nuestros hijos ¿Entiendes? Tienes que cuidarlo y verlos crecer, ellos te necesitaron por favor, es lo último que te pediré - ella volvió a sonreír.

- Puedes pedirme lo que quieras Hurrem, pero por favor vuelve conmigo, puedo hacer todo lo que quieras, pero por favor vuelve conmigo - le rogué, pero ella solo sonrió tristemente y negó.

- Ya no puedo - dijo suavemente, me enojé.

- Prometiste que no te irías, que estarías conmigo siempre, que me despertarias todas las mañanas con un beso y que siempre me dirías cuánto me amas - le grite, pero lágrimas salían de mi ojos y no paraban, incluso si yo quería parecer molesto con ella, no podía.

- Lo siento mustafa, no puedo quedarme, pero tienes 5 personas que siempre te recordarán a mi - acunó mi rostro y limpio mis lágrimas - tienes que cuidarlos y estar para ellos siempre ¿Me lo prometes? - no le respondí, no quería vivir una vida si no es con ella, no me importa todo lo demás, solo ella - mustafa - me llamó - por favor, tienes que cuidar de ellos aún están muy chiquitos - me dió un pequeño beso - te estaré esperando, pero por favor cuida nuestros hijos, son lo único que te queda de mi, cuídate, te amo - ella sonrió como la primera vez, tan hermosamente y con tanto amor.

- Hurrem, espera por favor n.. - pero ella no escucho.

Me quedé solo, esa fue la primera vez después tantos años que me sentí solo y desde ahí siempre me sentí solo.

Fin del flashback

Si, ella no estaba, pero aún no lo aceptaba, no quería, todos los días iba a rogarle que vuelva conmigo y que me diga cuánto me ama, pero nunca lo hace.

- Padre - alguien me llamo y voltee de inmediato.

Neylan, esa copia de Hurrem, la amo, adoro a mi hija, pero siempre que la miro recuerdo que la mujer a la que tanto ame ya no está conmigo, que el amor de mi vida y mi único amor, no volverá nunca.

- Neylan - la nombre nostálgico, ella se acercó a mí.

- ¿Aún piensas en ella? - dijo mientras veia el paisaje que brindaban mis apocentos.

- Siempre pienso en ella - aseguré.

- Todos lo hacemos - ella me miró con los ojos aguados - la extraño padre, la extraño tanto como la primera vez - lágrimas caían de sus ojos.

Me acerque a ella y limpie sus lágrimas, pero mis rostro también estaba cubierto de lágrimas.

- Yo también la extraño.

- Gracias - dijo y yo la mire confundido - se cuántas veces intentaste irte junto a mamá, pero te quedaste con nosotros y estuviste para consolarnos a pesar de que tú también necesitabas consolación, a pesar de que llorabas solo y a pesar de que aún vas a verla y le pides que vuelva contigo - ella rompió en llanto y la abracé con todas mis fuerzas.

- Solo hice lo que tu madre me pidió, aún la extraño, pero se que ella aún querría que me quedé con ustedes - susurré, pero ella negó con la cabeza.

- Ella te lo pidió, pero tú decidiste cumplirlo.

- Nunca pude negarle algo a tu madre - dijo algo divertido, pero aún tenía lágrimas en los ojos, ella sonrió.

- Lo se, Mihrimah siempre me cuenta de eso, ella aún sufre aunque no lo quiera decir.

Mihrimah, a ella le dolía tanto perderla, Hurrem no solo era su madre, Hurrem era su heroína, siempre la admiro, ella aún sufre, lo sé por qué mucha veces la encontré llorando junto a su madre, siempre va a contarle como crecen sus nietos y Bali bey la consuela siempre, agradezco que Bali bey esté con ella por qué yo podría consolarla, no sabría cómo.

- Deberías ir con tus hermanos o se te hará tarde - ella asintio y se fue.

Recorrí con la mirada mi habitación, mi vista se detuvo en un punto, el retrato que tenía con Hurrem, me acerque a el y lo trase con suma delicadeza, en este cuadro Hurrem salía embarazada de los gemelos, acaricie su rostro en el retrato.

- Te extraño tanto - murmuré - siempre lo haré, siempre te extrañare ¿Cuando podré ir junto a ti? - pregunté cómo si ella fuera a responderme - ellos ya están grandes - sonreí - se parecen mucho a ti, en especial Neylan, ella tiene un carácter muy fuerte y es tan hermosa como tú - mire su rostro por mucho tiempo.

Hurrem, mi primer amor.

Hurrem, el amor de mi vida

Hurrem, la madre de mis hijos.

Hurrem, la única mujer que amo.

Hurrem, la mujer a la que tanto extraño.

Toda mi vida se había centrado en Hurrem y no me importaba por qué la amaba, la amo, la amo tanto como la primera vez, con la misma intensidad, mi amor nunca acabara, la volveré a ver, lo sé y cuando la vuelva a tener, no la soltera, nunca, no lo permitiré, no dejaré que nadie me la arrebate, como lo hicieron ellas, las torture durante años, realmente siento que ese fue uno de los motivos por los que me quedé, por que quería torturarlas, quería que sintieran lo mismo que yo siento, pero eso era imposible, por qué mi dolor era tan grande que sentía que no había otro dolor que pudiera superarlo, ni si quiera igualarlo.

Hurrem, mi amor prohibido.

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Besitos pata todos.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora