Capítulo 25

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Antes que nada quiero decir que no tenía pensado subir este capítulo hoy, pero las chicas del Whatsapp querían matarme si no les subía este capítulo JAJAJA y ellas si podían matarme, así que les dejo este capítulo, ahora sí será el último, lo prometo.
GRACIAS POR SU APOYO EN ESTE LIBRO (:<3

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HURREM

Estaba levantándome, ayer fue un día muy cansado, los niños no querían dormirse, estuve despierta hasta tarde con ellos casi toda la noche, estaba por salir de la habitación cuando Mihrimah entra y me detiene.

- ¿Que paso? ¿Esta bien? - le pregunté preocupada.

- Si madre, hay que quedarnos aquí un rato - me pidió.

Bien, esto era raro, ¿Por qué quiere que me quede aquí? Tenía que ir a ver a sus hermanos.

- Mihrimah luego conversamos, tengo que ir a ver a tus hermanos, ellos estuvieron despiertos casi toda la noche - le expliqué intensos salir.

- Madre.. - murmuró.

Algo andaba mal, ¿Por qué insistía tanto en me quede aquí?

- Mihrimah ¿Paso algo? - le dije sería.

- No madre, solo quiero conversar contigo, Emine está con los niños - me aseguró.

- Estás rara, dime ¿Que paso?

- Nada madre - dijo, justo llegó sumbul y ella se distrajo, aproveché para salir de la habitación

- Madre - gritó Mihrimah desde atrás.

¿Por qué no querría que saliera? Me encendí cuando escuché a unas criadas hablar, ellas deberían saber algo.

- ¿Escuchaste lo que dijieron? - dijo una de las criadas

- Si, dicen que el sultán mustafa paso la noche con otra mujer. - respondió otra

- Si, dijieron que la madre sultana hizo una fiesta y el acepto ir, entonces eligió a esa mujer con la que aún sigue en su habitación.

- Y ¿La sultana Hurrem? - preguntó una.

- No lo se, supongo que ella ya debe estar acostumbrada, estuvo con el anterior sultán y era lo mismo - dijo con simpleza una y sus voces se escuchaban lejos.

Caminé un poco y luego me apoye en una pared, sentía que no tenía fuerzas ¿Mustafa había metido a otra mujer a sus apocentos? El me dijo que esa fiesta era para celebrar a Meryem, no para elegir una mujer, mintió otra vez.

Dolía, sentí las lágrimas caer por mis mejillas y sin poder evitarlo solté un pequeño llanto mientras caía sentada, me preguntaba cuándo dejaría de doler, de verdad ¿Dejaría de doler alguna vez? Cuando estuve con suleiman también dolía, pero no tanto como ahora, los engaños de el dolían como un pequeño golpe en el pecho, el engaño de mustafa se siente como si cogieran mi corazón y lo estrujaran con todas sus fuerzas, duele mucho más.

Ellas dijieron que aún seguia con ella en sus apocentos, ya era tarde, eso quiere decir que él de verdad escogió a esa mujer esta vez, no la ha botado de sus apocentos como lo hizo con aysun.

- Madre - llegó Mihrimah junto a mi y limpio mis lágrimas.

- No llores, por favor - me pidió.

Fue cuando me di cuenta, llorar no servía de nada, aquí no, en este lugar tienes que demostrar de lo que eres capaz.

Mustafa, volviste a mentir y está vez, yo no me quedaré quieta, ahora no tengo ni una sola duda, se lo que haré.

- Mihrimah - la llamé mientras me paraba y secaba mis lágrimas - Hoy en la tarde viene ese gobernador que invitó mustafa ¿Verdad? - le pregunté.

- Si, madre ¿Por qué? - me preguntó.

- Me prepararé - ella me miró horrorizada.

- Madre, se que estás enojada, pero entrega...

- No - grité, ella estaba confundida - no haré eso Mihrimah, bailaré - ella me miró confundida - bailaré para el invitado y para nuestro querido sultán - le dije y ella pareció entender.

¿Te gustan los bailes mustafa? Dejaré que veas que tan precioso puedo bailar, está vez no me quedaré quieta a esperar que me pidas disculpas, se que te perdonaré tarde o temprano, pero aún así esto no se quedará así, ni si quiera lo pienses.

Mustafa estuvo buscándome el resto del día, pero no me había encontrado, me había asegurado de que no me viera, ni se enterará dónde estaba, él me vería, pero en la pequeña fiesta de nuestro querido invitado, le había rogado a Mihrimah que le diga donde estaba, pero ella solo le dijo que se concentre en la reunión de hoy y que me deje en paz, incluso tuvo la idea que cancelar la reunión y buscarme lo que quedaba del día, estaba así de desesperado, pero Mihrimah logro persuadirlo, al parecer la concubina se había quedado más tiempo de lo normal dentro de lo apocentos por qué él no despertaba, estaba borracho, eso fue lo que le dijo a Mihrimah y ella le tiró una cachetada, muy fuerte, tan fuerte que incluso sentí que a mí me dolía, mustafa no dijo nada, solo le siguió pidiendo que le dijera donde estaba, pero ella se nego y lo voto de sus apocentos, ella le dijo que no podía justificar sus actos solo por qué estaba bajo los efectos del alcohol y aunque yo sabía todo, aún así seguía con el plan, está me las iba a pagar y muy caras.

- ¿Estás lista madre? - me preguntó Mihrimah.

- Por supuesto - le dije con una sonrisa

- Te vez muy hermosa - me halagó y yo le sonreí.

- Es momento de ir - me dijo - madre, averigüe quién era esa concubina, la sultana mahidevran planeo todo esto, emborracho a mustafa, él mismo fue a reclamarle en la mañana y la mando al calabozo - bien, eso sí me sorprendió, pero no tenía intenciones de retroceder - solo te lo estoy informando, estoy de acuerdo con esto - me dijo - mustafa merece algo de su propia medicina, mis hermanos casi lo matan y el tampoco dijo nada, simplemente dejo que hicieran lo que quisieran, dijo que si lo merecía.

- Claro que se lo merece y lo que estoy a punto de hacer, también se lo merece - le afirmé y ella asintió divertida.

Cuando llegue todas las demás que bailarían me miraron sorprendidas u me hicieron una reverencia, no les tome importancia yo hacia esto con una sola intensión.

Hacerle pagar a mustafa y mostrarle que conmigo no se juega.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora