Algo prohibido

Extra 1

Este extra es sobre el final alternativo, aquí Hurrem vive.

Mustafa.

Estaba estresado, el rey de Egipto llegaría hoy a visitarnos por así decirlo, preferiría quedarme con Hurrem en mis apocentos, pero ella dice que debo ir y lo que Hurrem dice, se hace.

- ¿Ya estás listo? - pregunta Hurrem entrando a mis apocentos.

Estos parecían más sus apocentos que los míos, entraba y salía cuando ella quería, no me molestaba, solo me parecía chistoso.

- Ya casi - le respondo poniéndome la última prenda, ella se acercó a mí y me acomodo la ropa un poco.

- Los niños ya están listos, nos estarán esperando - dijo mientras se colgaba de mi cuello - ¿El rey de Egipto es muy joven? - pregunto y me molestó, se que no haría nada malo, pero no puedo evitar sentir celos cuando ella habla de otro hombre que soy yo o nuestros hijos.

- ¿Por qué? - pregunté más bruco de lo que quise.

- Solo me causa curiosidad - dijo divertida, pero a mí no me causaba gracia.

- No es chistoso, si es joven, su padre murió y él tomo el trono - le expliqué, ella asintio.

- Entiendo, bueno vamos - me dijo y la seguí.

Sentía que ella planeaba algo, le importaban las cosas de estado muchas veces le pedí su opinión e hice lo que ella ofreció, pero esto era diferente, Hurrem planeaba algo y sentía que no me agradaría mucho.

- Padre, madre - Meryem y Neylan me saludaron con una sonrisa, ellas eran mis dos hermosas joyas, ya estaban grandes, tenían 17 años, pero para mí aún eran unas niñas.

Meryem se parecía a mí, le contamos lo de su madre, al principio se enojo, pero luego dijo que si ella hubiera sido Hurrem abría hecho lo mismo y entendió que Hurrem tampoco tuvo que ver con el suicidio de su madre.

Neylan era una copia idéntica de su madre, su cabello naranja y sus ojos verdes, eran hermosos, pero tenía las mismas finas facciones de su madre y esa hermosa sonrisa que la hacia ver cómo un ángel precioso.

- Mis Sultanas - las saludé con un beso en la frente a ambas.

- Padre, Madre - esos fueron mis hijos, ellos eran serios, exepto los gemelos, ellos eran risueños igual que Hurrem.

- ¿Están listos? - les pregunté y todos asintieron.

- Padre - Neylan me llamo y voltee a verla - Harán un baile para el invitado ¿Verdad?

- Si ¿Por qué? - le pregunté confundido.

- Solo Curiosidad, ahorita los alcanzamos Meryem y yo olvidamos algo - dijieron y se fueron, mire a hurrem buscando alguna explicación, pero no dijo nada, solo se encogió de hombros.

- Bien entonces vamos, las esperaremos ahí - les dije y todos nos fuimos.

(....)

- Bienvenido, mucho gusto - Hurrem saludo al rey y no pude evitar que un gruñido saliera de mi pecho cuando ví que se dieron las manos, Hurrem me miró en advertencia

- Valla parece que el sultán mustafa es alguien posesivo - dijo burlón, Hurrem le sonrió.

- Él solo está jugando rey kerem, no le presta atención - él le sonrió.

- Está bien sultana, lo entiendo, usted es una mujer muy hermosa - apreté los puños ¿Por qué tenía que decir eso? Sabía que Hurrem era hermosa, pero que no lo diga y se lo quede para él.

- Muchas gracias, ellos son mis hijos - presento a Kiral, Erol, Emir y Bahadir.

- Mucho gusto - dijo kerem sonriendo, pero ellos no le sonrieron, al parecer a ellos tampoco les había hecho gracia que le dijeran a su madre hermosa.

- Ellos son así, no se enoje con ellos - trato de explicar Hurrem, él solo sonrió y negó con la cabeza.

- No pasa nada.

- Mejor veamos la sorpresa que preparamos para usted  - dijo Hurrem aligerando el ambiente.

- Trátame de tú - los esfuerzos de Hurrem no habían funcionado por qué ahora mismo solo quería golpearlo.

- Claro - dijo Hurrem sonriendo mientras me cogía el brazo con toda su fuerza, respire profundamente tratando de calmarme.

Nos sentamos y esperamos para ver el baile que hicieron las criadas, Meryem y Neylan aún no regresaban.

Las criadas entraron, pero algo me dejó impresionado, una cabellera naranja estaba entre las que bailarían, Neylan, estaba ahí sin Meryem, pero ella estaba ahí.

- Padre, madre - Meryem llegó y sento con nosotros luego de saludar a kerem.

- ¿Que hace tu hermana ahí? - le susurré molesto, aún no explotaba solo por qué Hurrem estaba enterrando sus uñas en mi brazo, era una advertencia de que no debería hacer un escándalo.

- Ella quiere bailar - dijo con una sonrisa inocente, ella la había ayudado y sabía perfectamente que sus intenciones no eran nada inocentes.

Me quería parar para ir por Neylan antes de que la música empiece, pero Hurrem me detuvo mirándome sería.

- No intervengas, ella quiere esto y será mejor que te sientes y respires por qué si no, no iré a tus apocentos durante 1 mes - amenazó, trague grueso y me senté con toda la fuerza de voluntad.

La música comenzó y yo solo prestaba atención a Neylan, le parecía demasiado a hurrem, sus movimientos y la sonrisa que adornaba su rostro eran complemente idénticas.

- Esa chica de pelos naranjas es muy hermosa, pensé que la sultana Hurrem era la única con ese color de cabello - dijo kerem, completamente hipnotizado por Neylan.

- La sultana Neylan también tiene el mismo color de cabello - le dije serio con la intención de que se de cuenta que está hablando de mi hija.

- Oh - murmuró - es hija de la sultana Hurrem, ya se de donde heredo esa belleza - una palabra más y lo golpearía sin importar nada.

Por suerte él no dijo nada durante lo que quedaba del baile, Neylan se acercó a nosotros, saludo y se sentó al lado de kerem, iba hablar cuando Hurrem me habló.

- Quédate ahí y no digas nada mustafa o sabes lo que pasará - apreté los dientes para mostrarle mi molestia, pero ella me ignoró.

Debí saberlo desde un principio, el plan que tenía Neylan era conquistar al rey de Egipto, era igual de inteligente que su madre, no podría decir nada por qué al parecer Hurrem estaba de acuerdo con eso, pero yo podría evitar que se casen por un tiempo, ella aún estaba pequeña para casarse, esperaba que Hurrem también opinara lo mismo por qué si no, yo no podría detener esa boda.