Capítulo 16

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Cuarto mes de embarazo.

Había una hermosa pareja en el jardín del palacio, el sultán estaba acariciando con delicadeza el vientre hinchado de la sultana Hurrem, estaba maravillado con la pequeña barriga de la sultana, le parecía impresionante como su bebé podía estar creciendo dentro de su mujer, agradecía a Mihrimah por convencer a hurrem que lo dejara estar en el embarazo, el pensó que ella se pondría mal por qué sentiría que está engordando, pero fue todo lo contrario a hurrem le encantaba que su pequeño vientre por qué eso le confirmaba que podía darle hijos a mustafa, también confirmaba que mahidevran y aysun no tenían razón al decir que no podría darle hijos al sultán.

- Aún pienso que en algún momento te pondrás mal porque tú barriga crecerá más - dijo el sultán con el ceño ligeramente fruncido.

- Mustafa he pasado por 5 embarazos, no estoy para ponerme a llorar solo por qué este gorda, aparte esto confirma que puedo darte hijos - dijo contenta, olvidando que no le había contado al sultán lo ocurrido con su madre y aysun.

El sultán presto atención a sus palabras y formuló su pregunta.

- ¿Por qué no podrías darme hijos? - preguntó totalmente confundido, la sultana Hurrem noto lo que había dicho y pensó rápidamente en una escusa.

- Soy mayor mustafa y no le di al anterior sultán hijos durante dos años, yo era una mujer muy fértil y pensé que no poder darte hijos era una posibilidad - dijo la sultana con una sonrisa triste mientras se aferraba a su vientre abultado, esa era la prueba de que si podía darle hijos a mustafa.

- ¿Estás mintiendo? - preguntó mustafa seriamente, odiaba que ella le mienta.

- No - dijo con simpleza la sultana.

- ¿Aún no se lo vas a decir madre? - dijo la sultana Mihrimah que resien hacía acto de presencia, la sultana miró mal a su hija, pero no dijo nada.

- ¿Decirme que? - dijo el sultán

- La sultana mahidevran le dijo a mi madre que no podría darte hijos y aysun le siguió el juego - acuso la sultana.

El sultán apretó los puños ¿Se había atrevido a decirle eso a hurrem? Sabía que su madre pensaba así por qué se lo había dicho a él también, pero le advirtió que no dijera eso frente a hurrem o seria castigada, pero al parecer ignoró esa amenaza y Hurrem no le había dicho nada.

- ¿Por qué no me lo dijiste? - le dijo serio a la sultana Hurrem.

- No quería problemas mustafa - dijo sería la sultana - ella no dijo mentiras, era una posibilidad y no iba a ir a quejarme contigo como si fuera una niña que necesitan que la defiendan, puedo defenderme perfectamente sola.

Eso era una mentira, ella había llorado ese día, le había dolido que mahidevran le dijera eso, pero de igual manera no quería que él se enterará no había la necesidad.

- Hurrem no se tra...

- Mustafa eso es pasado, ahora tendemos un bebé en camino así que olvídalo - pidió la sultana.

- Como quieras - dijo el sultán soltando un agresivo suspiró.

Había dicho eso, pero cuando su madre regrese al palacio se encargaría de ella, esto se quedaría así, tambien quería encargarse de la concubina y al parecer la sultana Mihrimah se dió cuenta de eso por qué le dió una mirada de advertencia a su hermano y el entendió lo que quería decirle, la concubina es mía, no metas tus narices en mis asuntos, eso decía su mirada así que lo le quedaba otra que esperar a que su hermana desapareciera a esa concubina, rogaba a ala para que sea pronto.

Quinto mes de embarazo.

Hoy en la mañana la hermana del sultán había interrumpido en su habitación de forma desesperada haciendo que el sultán sé preocupara, pero ella tenía una gran sonrisa en el rostro, eso tranquilizó al sultán, pero aún seguia preguntándose por qué había entrado de esa manera antes de que él pudiera preguntar algo su hermana lo llevo arrastrando hasta los apocentos de la sultana Hurrem.

- Espera Mihrimah ¿Por qué haces esto? ¿Le pasó algo a Hurrem? - preguntó, la sultana simplemente negó con la cabeza mientras seguía arrastrando a su hermano mayor.

- Entra - dijo simplemente cuando llegaron a la puerta de los apocentos.

El sultán obedeció la orden y entro a los apocentos, ahí estaba su mujer, cuando lo vio le sonrió y le pidió que se acercará.

- ¿Te sientes mal? - preguntó preocupado, pero ella no respondió simplemente puso la mano del sultán a un lado de su vientre ya muy hinchado - ¿Que pasa? - preguntó el sultán - Hurrem paso al.. - no pudo terminar su oración por qué sintió un ligero movimiento en el vientre de la mujer.

Miró rápidamente su mano con los ojos muy abiertos de la impresión.

- E-eso e-s - dijo nervioso y ella asintió emocionada 

- Es nuestro bebé - dijo sonriendo hermosamente.

El sultán rápidamente volvió a buscar el movimiento que hacía su bebé, pero el bebé ya no se movía.

- ¿Por qué ya no se mueve? - preguntó el sultán.

- Solo pasa aveces, aún es muy chiquito, así que sus movimientos son leves - comentó la sultana - pero quizás se mueva luego

El sultán paso todo el día esperando más movimientos de su bebé, pero no hubo ningún movimiento, sin embargo, estaba contento de haber pasado todo el día con Hurrem.

Sexto mes de embarazo.

El sultán le hablaba a una pequeña barriga de 6 meses, era considerablemente grande, se había preocupado por Hurrem, solo tenía 6 meses y su barriga era de 8, creía que en cualquier momento su estómago podría explotar, sonaba ridículo, pero cuando se trataba de Hurrem él era ridículo, cuando lo dijo su hermana y su mujer se habían reído de él descaradamente incluso la criada más cercana de Hurrem había tratado de disimular una pequeña risita, pero él lo había notado, no dijo nada por qué sabía que Hurrem se había encariñado con esa criada, se llamaba Emine, Hurrem le había dado ese nombre, mustafa no le tomo importancia Hurrem podía hacer lo que quisiera, según ella le había puesto ese nombre por qué significa confianza y Hurrem confía en ella.

- Yo soy tu papá - decía el sultán a la barriga de la sultana - espero que salgas de tu mamá para poder verte, tienes que parecerte a tu mamá - dijo el sultán, pero la sultana le pellizco el brazo reprendiendolo - bueno si te pareces a mi no hay problema, pero esfuérzate por parecerte a tu mamá - dijo el sultán y Hurrem no sabía si reírse o enojarse con él por decirle esas cosas a su bebé, le daba risa por qué él quería desesperadamente que sus hijos se parecieran a ella y le molestaba por qué no le gustaba que le diga esas cosas al bebé.

- No le digas cosas como esas - se decidió por regañarlo - es un bebé, pero te entiende mustafa.

- Está bien, está bien puedes parecerte a quien quieras, igual te voy a querer por qué eres nuestro hijo - dijo aún cariñando la barriga de la sultana

En realidad el sultán pedía internamente por qué su bebé se pareciera a hurrem y no a él de hecho quería que todos sus hijos se parecieran a hurrem, amaba esa idea.




Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora