Capítulo 14

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Hurrem no había querido verme, solo había pasado una semana, Mihrimah había estado intentando convencer a hurrem de que me dejara verla, me dijo que estaba casi por convencerla, así que ahora mismo estoy llendo dónde mi madre, decidí mandarla al palacio viejo, solo lo que dure el embarazo de Hurrem.

- Madre - la saludé una vez llegue a su habitación.

- Hijo mío - me dijo con una sonrisa - ¿Has venido a verme?

- Si madre, pero también vine a informarte de una decisión que tome - le dije serio y ella automáticamente cambio su cara a una sería.

- ¿Paso algo? - me preguntó.

- No realmente, pero decidí mandarte al palacio viejo - su cara era un poema, no sabía exactamente si estaba sorprendida, dolida o enojada - al menos lo que dura el embarazo de Hurrem, no quiero que esté en problemas, quiero que pase su embarazo tranquila.

- Ella no es la única embarazada mustafa - dijo molesta.

- Lo se, por eso aysun también se quedará en este palacio - le dije y sus ojos se iluminaron

- Es bueno que pienses en ella también mustafa, pero aún así quiero quedarme con ella, quiero ver a mi nieto cuando nasca no puedes ser tan egoísta mustafa - dijo aún molesta.

- Cuando Hurrem de a luz podrás venir - le informé.

- ¿Y si aysun da a luz primero?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, aún me seguía negando a qué esa mujer de a luz primero que Hurrem.

- Mandaré a traerte si eso llegara a pasar, pero regresaras al palacio viejo después del nacimiento del hijo de aysun y solo podrás regresar cuando Hurrem de a luz.

- Eso es ridículo mustafa, no puedes hacerme esto, soy tu madre ¿Quien cuidará de aysun? - preguntó, pero sabía que ella solo buscaba escusas para quedarse.

- Mandaré a criadas a cuidarla.

- Bien, tu eres el sultán tú decides - dijo con algo de rencor en su voz - por lo menos pensaste en aysun y en su embarazo, recuerda que ella puede darte a tu heredero así que cuidala bien - dijo más tranquila, supongo que sabe que no me hará cambiar de opinión.

- Claro madre, cuidaré de aysun

- Muy bien mustafa, ahora estás haciendo mejor las cosas, estoy orgullosa de ti hijo mio - dijo felizmente.

**Si supiera que aysun se quedará aquí por qué Mihrimah quiere encargarse de ella** - pensé, pero no lo dije.

- ¿Cuando me iré? - preguntó.

- Prepara tus cosas, sales mañana temprano - le dije mientras me dirigía a la puerta.

- Hijo - me llamó y voltee a verla - podré volver a este palacio ¿Verdad?

- Por supuesto madre - sonreí hipócrita mente - no podría sacarte del palacio definitivamente, eres la mujer que me trajo al mundo - le dije y ella sonrió orgullosa.

**Claro que te traeré de nuevo madre, voy a esperar que pierdas la paciencia e intentes algo contra Hurrem, así tendré la excusa perfecta para mandarte a ejecutar y así Hurrem podrá estar completamente tranquila, no tengo que esperar mucho, después de todo aunque muchas veces intentaste parecerte a hurrem, nunca pudiste, la anterior madre sultana tenía razón con lo que te dijo, pero jamás pudiste aceptar que Hurrem era mejor que tú, primero te quito a mi padre y ahora te quito a tu hijo,yo lo sé, se que estoy perdido por esa mujer de ojos color jade,  pero aún así no haré nada al respecto, querida madre, después de todo no importa que pase, mientras Hurrem este a mi lado todo estará bien, el mundo podría colapsar si quisiera, pero mientras ella esté bien y a salvó conmigo, para mí todo estará bien, tu ahora mismo eres una molestia para mí y para Hurrem** - pensé nuevamente mientras salía de sus apocentos.

Lo que siento por Hurrem es tan intenso y peligroso , soy capaz de matar a todos si es que ella me lo pide, ya no tengo cordura y yo lo sé, pero realmente no me importa, ¿Quien puede mantenerse cuerdo cuando deseó tanto a una mujer prohibida e hizo todo para tenerla a su lado? Nadie, esa es la respuesta correcta o al menos para mí lo es.

Absolutamente todo dejo de importarme cuando comencé a ver a hurrem con otros ojos, todo excepto ella, aquella mujer que con tan solo una sonrisa logro hacerme perder la cabeza y toda razón, mi padre eligió el nombre correcto cuando la llamo Hurrem, su hermosa sonrisa puede hipnotizar a cualquier persona y su cuerpo es la perdición, daría todo por ella incluso el imperio, si me pondrías en la situación de elegir, no dudaría un segundo en elegir a hurrem.

Como lo dije, mi madre se fue del palacio al día siguiente a primera hora, ahora ya no sería una molestia, Hurrem parecía más tranquila de que se valla, hay algo que siempre me encantó de ella y fue la razón por la que siempre la considere una madre perfecta, Hurrem jamás pondría en riesgo a sus hijos, no importa que pase, ella protegerá a sus hijos y evitará que ellos se metan en sus asuntos, ella es la madre perfecta para mis hijos, es la única mujer a la que yo llamaría madre de mis hijos, nadie más que ella puede ocupar ese título, por eso aysun era una molestia por qué incluso si yo no la llamo así, ella se daría el título sola y si yo llegara a escucharla, la mandaría a ejecutar, nadie más que Hurrem puede ocupar ese título, pero le prometí a Mihrimah que la dejaría encargarse de aysun, es por eso que me haré un lado y dejaré que se haga cargo, aunque preferiría encargarme de esto yo mismo, pero esa fue la condición que me puso Mihrimah para convencer a hurrem de que me deje verla, ella me dijo

"Déjame encargarme de aysun y te ayudaré a qué mi madre te deje verla, si interfieres aunque sea un poco, haré que mi madre no te deje ver ni su sombra"

Sabía que hablaba enserio, ella no amenazaba en vano, era igual que su madre y sabía que Hurrem escuchaba a Mihrimah si sentía que ella tenía razón, esperaba que me dejara verla aunque sea un poco, se que no puedo obligarla, incluso si soy el sultán y tengo el poder para hacerlo, no quiero, mejor dicho no me atrevo a hacer algo que Hurrem no le guste, estoy perdido por eso mujer y no me da pena reconocerlo.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora