Extra 2

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Este es el extra del verdadero final, Hurrem aquí no vive.

Mustafa.

Por fin, al fin podría irme junto a hurrem, había esperado tanto, pero ahora ya podría irme con ella, estaba emocionado, escuchaba a mis hijos llorar, pero ahora mismo solo pensaba en que podría volver a ver a hurrem, a su sonrisa, a sus ojos y su hermoso rostro, ahora podría verlos para siempre, ahora mismo no me importaba nada más que eso.

- Padre, por favor no nos dejes - Neylan lloraba a mares, aún podía verla, pero yo no quería quedarme aquí yo ya quería irme.

- Quiero ir junto a tu madre - le dije suavemente, estaba siendo sincero con ella.

- Aún te quiero conmigo papá - lloró más fuerte, trate de acariciarle el rostro, pero no tenía fuerzas, ella entendió lo que quería hacer y llevo mi mano a su rostro, lo acaricie con delicadeza.

- Quiero volver a ver a tu madre, estos años sin ella fueron una tortura, por fin puedo liberarme de esto, soy egoísta, pero necesito de tu madre - ella lloró más fuerte y Meryem trataba de calmarla, mire a mis hijos - cuiden de sus hermanas - les dije y ellos asintieron lentamente.

- Te vamos a extrañar padre, espero que le digas a mamá que la extrañamos mucho y que nos espere, aún nos falta mucho para ir con ella, pero esperennos - Kiral estaba con un semblante triste, siempre ponía esa cara cuando hablaba de su madre, los gemelos no recordaban mucho a hurrem por qué eran pequeños, pero recuerdan el amor que una madre les dió, aman a hurrem tanto como sus hermanos.

- Claro, los esperaremos - le respondi y respire profundamente, este sería mi último respiro, pero estaba feliz, estaba feliz de ir junto a la mujer que amo, no me arrepentía de nada.

Cumpli mi promesa con Hurrem cuide de nuestros hijos, lo hice lo mejor que pude y se que Hurrem estará orgullosa de ellos y de mi, cerré mis ojos sintiendo paz y una alegría inmensa, por fin podría verla, sonreí, escuché a Neylan suplicarme que no me valla, yo también le había suplicado a hurrem igual que ella y sabía lo que se sentía, pero no me quería quedar, así que ignore su llanto sin importarme nada más que hurrem y di mi última respiración.
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- Mustafa - escuché un susurro como la primera vez.

Abrí mis ojos, ahí estaba Hurrem, a diferencia de la primera vez, está vez pude sonreírle con una alegría inmensa, ella también me sonrió.

- Hurrem - mencioné su nombre y la atraje a mi para darle un abrazo - te extrañe tanto - le dije mientras hundía mi nariz en sus cabellos, había pasado tanto tiempo desde que hice esto, pero yo seguía sintiendo lo mismo que la primera vez.

- También te extrañe, pero ahora estás conmigo - se separó de mi y acaricio mi rostro - gracias por cuidar de nuestros hijos y esperar para volver a verme - ella me sonrió hermosamente, como había extrañado esa sonrisa - ahora estamos juntos y será así durante mucho tiempo - se levantó y me estiró un brazo - vamos junto esta vez, ya no te dejare como lo hice la última vez.

Cogí su mano y confíe en ella, siempre lo haría, ella podría llevarme a dónde quisiera, todo estaría bien mientras yo este con ella.

Me llevo a un lugar hermoso, era un jardín, pero era demasiado hermoso, ella soltó mi mano y dió unas vueltas por el lugar riendo, me quedé mirando esa vista, ella se veía tan hermosa con ese vestido blanco, su risa era hipnotizante, el vestido se alzaba levemente por las vueltas y su cabello naranja también, se tiró al suelo aún riendo, yo aún la veía hipnotizado, ella era tan hermosa, siempre lo fue.

- Ven conmigo - se sentó y me estiró el brazo de nuevo, la tomé tal y como lo hice antes - mira ahí - señaló un lugar, podía ver a mis hijos, Meryem y Neylan estaban llorando, al igual que los gemelos, Kiral y Erol eran los que apoyaban a su hermanos y los consolaban.

- ¿Estuviste viéndonos todo este tiempo? - le pregunté curioso.

- Lo hice - aseguró - escuche cada cosa que me contaste y me reí junto contigo.

Un recuerdo vino a mi mente.

Una vez estaba contándole a hurrem que Neylan había logrado que el rey de Egipto de case con ella, le había dicho que Neylan lo había hipnotizado con esa belleza que le heredo, no era mentira, kerem parecía totalmente hipnotizado por mi hija y no pude culparlo, Neylan se parecía a hurrem, ella era hermosa, cuando termine de contarle esa historia a hurrem, me iba a ir, pero mire a la tumba por última vez, ví  a hurrem sonriendome, pensé que estaba enloqueciendo, pero no, si era Hurrem.

- Entonces esa vez...

- Si era yo - aseguró con una sonrisa - no estabas enloqueciendo - se burló de mí, sonreí ante su burla, había extrañado tanto que se burle de mi de esa manera, era la única que lo hacía y cuando se fue, nadie se atrevió a hacerlo.

- Te amo - murmuré, ella me miró y se quedó callada por un momento, me asusté ¿Ella ya no me quería? Quizás ha pasado mucho tiempo ¿Es posible que ella me alla dejado de amar?

- Yo también - volvió a sonreír y di un suspiro de alivio - ¿Te asusté? - dijo y soltó una fuerte carcajada.

Estaba algo enojado, pero todo ese enojo de fue cuando la escuché reír, ese sonido siempre sería mi favorito y ahora podría escucharlo siempre.

- Kiral dijo que lo esperaramos a él y a sus hermanos - le dije, ella dejo de reír.

- Aún falta mucho para eso, pero claro que los esperaremos aquí - asenti a lo que ella dijo - por lo menos tendremos mucho tiempo a solas, siempre quisiste eso ¿No? - se burló de nuevo - siempre quisiste tenerme solo para ti.

- Si es cierto y aún lo quiero - dije sin vergüenza, no me avergonzaba querer a hurrem solo para mí.

- Ahora me tienes para ti sola - dijo suavemente.

Me acerque a ella y la abracé de nuevo, estar a su lado era tan tranquilizador, su olor era algo que me transmitia paz.

- Está vez no me iré - aseguró.

- Igual me mantendré así, está vez no te irás - le dije seguro y ella se rió.

Esto era perfecto, tan solo éramos Hurrem y yo, suena egoísta, pero estoy feliz de estar aquí con ella, no siento ninguna pena por mis hijos, estuve para ellos, pero ahora yo necesito de Hurrem y ahora la tengo conmigo, no podía está triste por eso, Hurrem es y siempre será el centro de mi vida y mi felicidad, mi vida sin ella fue un total infierno, incluso teniendo a mis hijos me sentía solo sin ella, pero ahora estoy con ella y nadie nos separara, está vez no.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora