Capítulo 33

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Mustafa

Había pasado un mes y yo ya habia encontrado a una familia perfecta para la niña, pero había estado mirando a hurrem desde lejos, ella cuidaba de la niña junto con nuestros hijos, parecían llevarse bien, ella le sonreí y la bebé le devolvía la sonrisa, parecían madre e hija, aún así, no me convence del todo dejarla aquí por qué tengo miedo, acepto que el querer solo a hurrem para mí, suena muy estúpido, pero en realidad tengo miedo de que esa niña crezca, se entere de todo lo que paso y le haga daño a hurrem o sus hermanos, trate de camuflarlo, pero hace una semana Hurrem vino a mis apocentos y me lo dijo en mi cara, me dijo que yo solo era un miedoso que no quería afrontar mis errores y que la niña no tenía la culpa, pero aún seguia sin aceptar que ella no tuviera la culpa, si acepto que yo me emborrache y la mayor parte fue mi culpa, pero aún puedo ver el rostro de Hurrem triste cuando le dijieron que aysun estaba embarazada, casi pierde a nuestros hijos ¿Como podría aceptarla? Se lo dije a hurrem, ella dijo que tengo que aprender a lidiar con mi culpa y empezar a acercarme a la niña sería una prueba de ella, lo había intentado, pero cuando miraba ese rostro que es idéntico al mío, solo me sentía más culpable, por qué eso confirmaba que esa niña era mi hija, pero no era hija de Hurrem y me dolía.

- Hurrem - la llamé y ella me miró - encontré a una familia para ella - le dije despacio

- ¿Aún quieres llevártela? - me preguntó con voz triste.

- Hurrem yo..

- No mustafa, sabes perfectamente por qué haces todo esto, ella es una bebé y tú eres su padre, pero la quieres dejar con unos completos desconocidos, no es justo por qué ella no ha hecho nada, quizás si la educamos bien y se lo decimos nosotros mismo lo que pasó con su madre ella lo entienda, por favor mustafa intentalo, aunque sea un tiempo, es tu hija por favor cada vez que la miro, se parece a ti, sonríe como tú por favor - me pidió con sus ojos cristalizados.

- No llores - le dije

- No te la lleves, es tu hija, pero ella me agrada, es muy tierna, no dará problemas yo lo sé - me aseguró.

- Hurrem n..

- Intentalo, solo inténtalo un poco más, ella será una niña buena mustafa, puedo asegurate eso - me dijo.

- Está bien - me rendí y ella sonrió - pero le diremos nosotros mismo lo de su madre, no quiero que piense que intentamos ocultarlo, quizás se enoje, pero ¿Ya no se vengara verdad? - ella me dió una sonrisa tranquilizadora.

- No, por qué le daré tanto amor que ella me querrá como su madre y a tu serás su padre, así que ya no temes mustafa, se cómo eres, por eso supe que solo tenías miedo de que nos suceda algo, pero todo estará bien lo prometo - me dijo y yo solo asentí.

La niña comenzó a llorar y Hurrem rápidamente fue a calmarla para que no levantara a sus hermanos, apenas Hurrem la cargo ella dejo de llorar, era como si reconociera a hurrem, se acercó a mí y me estiró a la niña.

- Sostenla - me pidió, pero negué con la cabeza - vamos no pasa nada, esto sería un buen avance para ambos - me dijo, aún dudoso estiré mis brazos y Hurrem dejo a la niña en ellos.

Ella era igual a mi, solo la mire, ella me miró con sus ojos negros y me sonrió, era extraño por qué su sonrisa me parecía bonita.

- Parece que le caes bien - dijo Hurrem divertida - aunque eres su padre, supongo que te reconoce, son como dos gotas de agua después de todo.

Yo miré a la niña un poco más, era muy frágil, a pesar de solo llevarse una semana con sus hermanos, ella parecía más pequeña de lo normal.

- ¿Por qué es tan pequeña? - le pregunté.

- La doctora dijo que algunas bebes crecen más lento - me explicó y yo asentir.

- Pero, ¿Esta bien verdad? - me sorprendí yo mismo por la pregunta que hice, pero Hurrem me tranquilizo con una sonrisa.

- Ella está muy bien, no hay nada preocupante - me dijo - ves, no era tan difícil, solo era cuestión de práctica - me dijo riendo.

Extrañamente ya no me parecía tan molesta, pero aún no estaba del todo tranquilo, confiaba en Hurrem, pero aún tenía un poco de miedo

- Es normal - dijo Hurrem de la nada y yo la mire confundido - es normal que aún tengas miedo, no puedes acostumbrarte de un día para el otro, pero lo harás, no te preocupes, solo relájate y déjate llevar - me pidió.

Relajate y déjate llevar, Hurrem ya me había dicho eso hace mucho tiempo, fue cuando estaba muy estresado por qué mi madre me había estado presionando con que tenía que impresionar a mi padre para que me deje el trono, estaba en el jardín cuando ella llegó, se acercó a mí y me preguntó que tenía, le expliqué y ella me hizo bailar con ella, no me moví, era un príncipe, pero nunca me habían enseñado a bailar, solo a utilizar espadas o armas, pero entonces ella me dijo "relájate y déjate llevar" extrañamente esas palabras funcionaron y mi cuerpo se relajó notablemente, ese fue uno de los pocos encuentros que tuvimos antes de que mi padre falleciera y fue lo que ayudo a qué mi amor por ella creciera, para luego convertirse en lo que ahora es, se que no es muy sano, pero soy sincero cuando digo que la amo.

Algo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora