Capítulo 37¹ ✗ Traidora

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“La traición puede desvelar la verdadera cara de la persona que la lleva acabo”

  A Y L I N
—Hola Sara. Siento no venir a visitarte muy a menudo. Son tantos problemas que... —dejo de hablarle a la tumba de mi madre que se halla frente a mi al sentir el nudo de mi garganta presente. —lo siento, he sido una mala hija. —agacho la vista mientras siento una lágrima bajar por mi mejilla.

Estar encerrada en esa casa, con esos vampiros, más con la presencia de Darren es realmente sofocante. Necesitaba estar lejos de ellos, pensar, sentir un poco de paz y sin darme cuenta, llegué a parar al cementerio y en éste momento, me encuentro frente a la tumba de Sara. Tuve que dejar sola a Ana Liz con ellos, si fuera otra situacion, es probable que no lo permitiría. Sin embargo, esos vampiros me han demostrado que realmente nos protegen y solo en ellos puedo confiar.

Aún así, es difícil regresar a la misma confianza de antes.

Lo que hicieron por mi hija, solo demostró que realmente les importa ayudarnos. Que a Darren le importa proteger a Ana Liz. Sin embargo, todo ese derivó mi preocupación, sentirme mal conmigo misma al fallarle a mi propia hija y no cuidarla, alejarla del peligro, de cualquier vampiro que la acecha.

Tal vez hice mal en salir de la casa de esa forma, pero necesitaba hacerlo. Es probable que Darren se moleste cuando se entere. No importa. Aquí es el único lugar donde puedo mostrarme derrotada, débil, mal, no les daré la satisfacción de ellos verme tan afectada aunque aveces es difícil fingir. Además, lo último que quiero es que mi hija me vea de esta forma. Aveces pienso que Ana Liz es más valiente, más fuerte que yo.

Fijo la vista en la lápida. Releo el nombre de mi madre escrito.

—Te extraño mamá, aveces necesito tus consejos. Que me digas que estoy actuando mal, que me aconsejes para no perder a Ana Liz. —sonrio sin ánimos— sé que en el fondo la querías aunque es la hija de Darren. —me encojo de hombros— debes estar molesta mamá, de nuevo estoy rodeada de ellos.

Guardo silencio.

Oculto mis manos en mi abrigo al sentir el frío viento de esta mañana.

Dejo de ver la tumba, observo alrededor sin notar algo extraño o la presencia de alguien. Estoy sola y aún así me siento vigilada.

Regreso la vista al frente y suspiro.

—Tengo que regresar a casa. Debo estar cerca de Ana Liz. —avanzo unos pasos y saco mi mano de mi bolsillo. Mis dedos rozan la lápida y no evito hacer una mueca triste— te amo mamá.

Exhalo y bajo mi mano.

Veo segundos la tumba y me doy la vuelta. Avanzo por ese pasillo hasta detenerme frente a la tumba de Sam.

Enseguida, la culpa me invade al ver su nombre escrito. Su tumba con una cierta distancia alejada de la de mi madre. Sin evitar, siento mis ojos llenarse de lágrimas y mi labio temblar.

—Sam, no sé que decirte. —muerdo mi labio inferior— siento que soy una mala amiga. No debí permitir esto, aún no acepto que te perdí. —siento las lágrimas bajar de mis mejillas. —lo siento Sam. Aún no he encontrado al responsable de tu muerte y me siento mal al estar rodeada de esos vampiros. Se supone que los odio, se supone que ellos provocaron esto con su regreso. Que alguno de esos vampiros, al igual que ellos, te mató. —limpio mi mejilla con brusquedad— te necesito Sam. Quiero que estés aquí y me recuerdes la Aylin fuerte que soy, siempre me lo decías. —avanzo varios pasos y sin importarme, me inco hasta quedar arrodillada frente a la tumba. —recuerdas cuando decías que si esos vampiros regresaban, las dos los íbamos a derrotar— apoyo mi mano sobre la tumba— estás ganando Sam, siempre ellos se llevan la victoria.  Ya no soy fuerte para enfrentarme a ellos, aunque debo hacerlo por Ana Liz. —observo su tumba— tengo que descubrir quién te mato Sam. No me importa lo que tenga que hacer, tengo que vengarte. —poco a poco me levanto— gracias por todo amiga, por cuidar de Ana Liz.

✗VÍNCULOS DE SANGRE✗ © [SVD #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora