Capítulo 68 ✗ Tercer y último ataque [2°parte]

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  + ANA LIZBETH +

No tengo miedo apesar de estar en estas condiciones. Al contrario, estoy molesta con ese maldito rubio, molesta conmigo misma por ser débil y no poder haberme defendido más. Siento que falle. De nada sirvió los entrenamientos a escondidas que tuve con Owen. Con mi vampirito. Nada de lo que me explicó o me enseñó, me ayudó a defenderme . No lo llevé en práctica. No esperaba el ataque de ese rubio vampiro.

Apenas desperté, intenté moverme y no logré hacerlo con facilidad. Me ví a mi misma dándome cuenta que fuí atada de pies, manos y boca.

Los próximos minutos he intentado desatarme. Fallo y solo logro lastimarme más. Me quejo, grito y los maldigo a pesar que mi voz sea callada por ese trozo de tela.

Estoy sola en una habitación vacía. En una esquina, recargada a la pared. Mi vista está alerta en la puerta, sea quien sea, estoy lista para descargar mi ira contra ese ser.

Me quejo, dejo de luchar y descanso mientras me recupero. Las muñecas de mis manos comienzan a doler, aparte están en una mala posición detrás de mí espalda.

Suspiro, me doy ánimos internamente.

>No puedes darte por vencida Ana Liz<

Muerdo mi labio inferior. Soporto el nudo que se forma en mi garganta.

No quiero llorar. No quiero demostrarles que estoy afectada, vulnerable frente a ellos. Aún no estoy derrotada sin embargo recordar a mi madre, empeora todo. Sabía que ella no dañaría a ese vampiro y ese maldito rubio lo usó a su favor. Me utilizó como escudo el muy cobarde. Recuerdo la última mirada de mi madre antes de quedar inconsciente, lo último que sentí fue un fuerte dolor en mi cuello y todo se tornó oscuro. No sé cómo llegué aquí. No sé dónde estoy. Nadie a entrado a la habitación donde estoy. Solo terminé atada y con un dolor alrededor de mi cuello.

Aúnque finja, aunque quiera ser fuerte. Me preocupa estar aquí. Me preocupa no volver ver a mi madre. Me preocupa la situacion de todos esos vampiros. Me preocupa Owen. Nuestro plan cambió. Me preocupa ese vampiro que es mi creador... Darren.

Desvío mi vista.

Incluso extraño a Darki.

No obstante, dejo de lamentarme y regreso la vista en la puerta al escuchar la perilla moverse. Me encuentro alerta, me inclino un poco y esta vez no me sorprende ver a ese rubio vampiro en el marco de la puerta al ser abierta por él.

—Vaya, has despertado. —se adentra y cierra la puerta— creí que te había matado. Cualquier mortal normal, con esa brutalidad le hubiera roto el cuello— lo escucho con atención mientras se acerca— comprobé que no eres normal.

Le doy una mirada fulminante. Evito maldecirlo cuando sé que no seré escuchada.

—Alguien está molesta —se detiene y se cruza de brazos— cambia esa cara criatura. Dime, puedes ver el lugar. —hace una corta pausa— claro.

Con velocidad lo veo moverse. Enseguida lo tengo cerca de mi y baja el trozo de tela de mi boca.

—Eres un maldito rubio.

—Tambien te aprecio criatura. —se aleja y se pone de pie.

Alzo la vista molesta.

—Te odio. Vas a pagar por esto.

Él sonríe con burla y se vuelve a cruzar de brazos.

—¿Ves el lugar?

—Veo un traidor, un horrible escondite. Eso es lo que veo.

—Bienvenida al escondite de Victoria —su semblante se vuelve serio— lo ves porque eres hija de Darren. Este lugar está maldito —evito interrumpirlo mientras lo escucho con atención— Victoria te dió su sangre para que entraras. Tuvimos que inyectarte. Debes sentir algún cambio.

✗VÍNCULOS DE SANGRE✗ © [SVD #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora