✗VÍNCULOS DE SANGRE✗ © [SVD #2]

Capítulo 38 ✗ Verdaderas intenciones

🖤 Narradora 🖤

—¿Por qué tan solo? —es lo primero que emite Ana Liz al entrar a la cocina y ver a Darren en una esquina, con una copa de sangre en su mano por terminar.

El vampiro ignora su presencia. Incluso no voltea a verla y continúa bebiendo su copa.

Ana Liz le molesta ser ignorada por él, sonríe divertida y avanza unos pasos.

—La soledad no es buena.

Darren aleja la copa de su boca y gira a verla sin importarle ocultar el tono carmesí de sus ojos.

—Sube a la habitación. No tienes permitido bajar.

Ana Liz se cruza de brazos.

—No quiero estar encerrada, ésto es peor que una cárcel. Entiendo que no puedo salir afuera de esta casa pero al menos puedo ambular por aquí, no quiero estar todo el día encerrada en esa habitación. —su sonrisa maliciosa se extiende— y no quiero tener que soportar a Carlos mientras está allá arriba a estas alturas besándose con mi madre.

Darren niega y deja de verla.

—Largo.

Ana Liz lo observa de arriba a abajo. Ladea un poco la cabeza. No le pasa desapercibido esa excesiva palidez en él y su aspecto de vampiro evidente.

—Desde hace día te he visto muy sediente, siempre con una copa de sangre en tu mano. Desde la pelea.

—No es tu asunto. No te metas. —masculla Darren con irritación. Se termina su copa y la deja sobre la mesa— sube arriba, ahora.

Ana Liz no aparta la vista de él.

—No voy a subir mientras mi madre este con Carlos. Son pareja, necesitan estar a solas.

Darren baja la vista en su copa. Gruñe mientras maldice a sus adentros.

—Te molesta verlos juntos ¿verdad? —agrega Ana Liz con una pizca de malicia.

—Me molesta tu presencia.

Ana Liz sonríe.

—Y a mi me gusta molestarte.

Dicho esto y ella se encamina al refrigerador. Al llegar, lo abre sacando una botella de agua, frunce el ceño al no ver más bolsas de sangre dentro.

—Sabes, yo puedo ayudarte. —cierra el refrigerador y se voltea en dirección a él.—ayudarte a alejar a mi madre de Carlos. Es obvio que a ninguno le cae bien, no me gusta verlo con él.

—No necesito tu ayuda. Fácil puedo eliminarlo.

— Entonces, ¿por qué no lo has hecho? —cuestiona Ana Liz, abre la botella y le da un pequeño trago sin dejar de verlo.

Darren la observa fijamente. Apoya sus manos sobre la mesa.

—Tu madre me lo tiene prohibido.

Ana Liz deja de beber.

—Por ella, ya veo. Puedes deshacerte de Carlos de forma fácil...

—Si lo mato querrá irse —la interrumpe Darren— si lo mata cualquiera de mí especie, de igual forma va a molestarse.

—Eso es cierto, mi madre te culpa de todo por ser vampiro. —hace una corta pausa— pero no me refiero a eso. Puedes alejar a Carlos sin tener que hacerle daño. Yo puedo convencer a mi madre que lo convenza de irse. Eso nos conviene a los dos. Tendrás una oportunidad con ella. —Ana Liz lo observa en espera de su respuesta. Sin embargo, Darren se limita a verla en silencio. Al ver sus intenciones de no articular palabra, ella se obliga a seguir — mira Darren, puedo ayudarte. Puedo convencer a mi madre a que convenza a Carlos de irse, un pretexto. Por mí hace cualquier cosa, me hará caso. —da tres pasos adelante— de lo demás, te encargas tú al ella estar sola, pero quiero algo a cambio.