Capítulo 42 ✗ El mensajero de la Corte

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No voy a mentir

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No voy a mentir. No puedo estar tranquila con todo lo que está sucediendo. Lo que pasó recientemente con Ana Liz me tiene preocupada, angustiada, con miedo a que vuelva a suceder, que su vida vuelva estar en peligro.

Desde ese día, he estado muy alerta, al pendiente con ella. Aunque al principio ella me rechazó, marcó distancia las próximas horas, me pidió tantas veces perdón que ahora está más tranquila. Ninguna lo a olvidado, más fingimos hacerlo.

Ana Liz se molestó con Darren al descubrir la verdad. Fue el responsable de llevarse a su cuervo y aunque a él no le importó, Ana Liz salió muy afectada. Una molestia que le duró pocos días.

La mayoría de tiempo intento no pensar en todo eso. Buscar una manera de distraerme mientras estoy sola en esta casa. Tras insistir, convenci a Darren de dejar ir a Ana Liz al instituto, la he visto mal, pensativa, aburrida que estar encerrada puede afectarle demasiado. Aunque no le agradó mucho la idea. Al final mi hija terminó aceptando siguiendo reglas, aceptar que será vigilada por uno de ellos.

Estos últimos cinco días, he estado sola mientras ella llega. Aveces suelo estar acompañada de Esteban, aunque últimamente su presencia en la casa es poco al salir mucho. Suelo estar acompañada de Ashley, fue la única que decidió quedarse y aveces se marcha al Castillo y regresa. Tengo entendido que Dominik y Owen regresaron al Castillo, eso me alivia un poco. Ellos no han regresado desde ese día y por último, tener que batallar con la presencia de Darren aunque he marcado distancia con él, puedo asegurar que siempre está cerca.

Suspiro y dejo mis pensamientos. Me obligo a no pensar en eso mientras acomodo la cama, acomodo las almohadas y debajo de ellas encuentro un frasco de pastillas. Lo tomo, lo abro notando su contenido vacío.

Bufo, lo vuelvo a cerrar y lo lanzo este cayendo en la cama. Continuo acomodando las almohadas. Me enderezco y poso la vista en ese cuervo.

Después de lo ocurrido, tampoco me gusta la idea de que Ana Liz lo conserve. Sin embargo ella le tiene mucho aprecio y no quiero que se repita lo mismo.

Me volteo hasta tomar asiento en la cama. Coloco mis manos sobre esta.

>Debo encontrar una forma de protegerla<

Suspiro y llevo mi mano a mi cuello tocando el collar que tengo. Puedo sentir la cruz al delinearla con mi dedo.

Hago una mueca y decido quitarmelo.

Me levanto de la cama y me acerco a una maleta. Esta la arrastro hasta subirla en la cama y la abro. Rebusco entre mi ropa perfectamente doblada hasta hallar esa caja. La abro guardando mi collar y la vuelvo a guardar entre toda mi ropa.

Prosigo a cerrar la maleta, sin embargo dejo de hacerlo al sentirme vigilada, alzo la vista viendo a Darren en el marco de la puerta cruzado de brazo. Sin dejar de verme.

—Deberias hacer algún ruido para escucharte y notar tú presencia.

Dejo de verlo, me obligo a no hacerlo y bajo la maleta de la cama.

✗VÍNCULOS DE SANGRE✗ © [SVD #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora