Sentí el sol calar en mi rostro por lo que comencé a abrir mis ojos, me senté en la cama observando a mi alrededor; me estire y salí de la cama caminando hacia la ventana.
Su peculiar cabellera roja iba junto a la pelinegra, todo esto me fastidiaba de una gran manera.
Estaba cansada de estar aquí detrás de una bruja que manipulaba esta extraña realidad de una manera bastante rara.
Ni siquiera sabía porque Agatha me arrastraba a esto y lo peor es que yo accedía inmediatamente a cualquier deseo que ella tuviera.
Solo era una estupida enamorada de alguien que es muy difícil de amar.
(...)
Había oscurecido, la puerta de azotó de una forma violenta por lo que baje rápidamente las escaleras para verificar que todo estuviera en orden.
Vi a Agatha entrar, estaba de mal humor dando vueltas en su lugar.
—¿Está todo bien?—Ella volteo a verme al escuchar mi voz.
—Stella.—Susurro acercándose a mi.
—¿Estas bien? ¿Que paso?—Acaricie su rostro esperando respuestas.
—No es nada, fue un día pesado es todo.—Respondió alejándome.
Sentí la brusquedad con la que me aparto y claramente me dolió su comportamiento.
Me senté dejando mi mirada en el suelo, no quería discutir pero realmente estaba cansada de todo esto.
—No quiero que me molestes voy a...
—No te preocupes.—Le dije levantándome.—Me voy.
—¿Que?
—Estoy cansada Agatha, creí que podía hacer esto pero ya vi que no. Estas muy ocupada detrás de ella y yo vine contigo con la estupida idea de que íbamos por fin a ser una pareja normal.
—¿Normal? Por favor cariño, desde hace mucho tiempo debiste darte cuenta de que no somos una pareja normal, no seas ingenua.
—Yo no tengo la culpa de tus problemas, no me hagas sentir estupida, al menos tenme un poquito de consideración.—Ella suspiro.—No se como pude pensar que esto era real.
Camine hacia las escaleras, comencé a subir escuchando sus pasos detrás de mi.
Sentí una impotencia abrumadora, a la vez quería besar sus labios y vivir en nuestra propia burbuja sin que nadie nos hiciera daño, justo como la chica de la que ella estaba detrás pero yo no poseía esa clase de poder.
Me recosté en la cama cubriendo mi rostro, no quería hablar y lo más seguro sería irme al amanecer.
Pasaron unos minutos en los que el silencio reinó por completo, minutos en los cuales lo único en lo que podía pensar era nosotras.
Sentí como se recostaba a mi lado, paso uno de sus brazos por mi cintura dejando besos en mi hombro.
—¿Que haces?—Susurre con los ojos cerrados.
—Lo siento.—Yo suspire mirándola.—No quiero que te vayas.
—No te quiero dejar...
—Entonces no lo hagas.—Sentí sus besos en mi cuello, avanzando por mi mandíbula.
—Tengo que pensarlo.
—Piénsalo.—Se posó encima de mi besando mis labios.
Un movimiento de muñeca y ya había desaparecido mi ropa, sus besos recorrieron mi cuerpo desnudo.
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ℳ𝒶𝓇𝓋ℯ𝓁 ℱ𝒶𝓃𝓉𝒶𝓈𝒾ℯ𝓈 ll
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